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El gobierno municipal y la CUP han reactivado esta semana las negociaciones para intentar aprobar el presupuesto para 2020 en el pleno municipal de pasado mañana. Esquerra y Comuns tienen asegurados los tres votos de Junts per Tarragona, pero siguen necesitando los dos de las cupaires para poder avalar las cuentas.
Después de varias semanas en las que la relación entre ambas formaciones se había quedado en el congelador –y especialmente helada tras el «No» de las cupaires en la comisión del pasado viernes previa al pleno–, el último movimiento ha permitido concretar el deshielo, hasta el punto de que la asamblea local de las anticapitalistas avaló anteayer «seguir trabajando» hasta el tiempo de descuento, «con la voluntad de poder aprobar, por primera vez, unos presupuestos municipales en Tarragona», según se detallaba en un comunicado.
Representantes de los dos grupos volvieron a reunirse el pasado lunes, en un encuentro en el que quedó claro que, a día de hoy, las diferencias entre las dos partidos es el equivalente al 1% de las cuentas: 1,7 millones de euros.
Acuerdos por 725.000 euros
Los guiños de los últimas semanas del ejecutivo del alcalde Pau Ricomà (ERC) han convencido, en parte, a la CUP para no romper las negociaciones e intentar un acuerdo in extremis sobre la bocina, después de que avalen –«haciendo una interpretación muy generosa»– que el gobierno cumple con las cinco exigencias que las cupaires pusieron sobre la mesa para forzar el cambio en la alcaldía del pasado 15 de junio, sumando una aportación total de 725.000 euros al presupuesto.
Así, el Pla de Millora i Protecció de l’Anella Verda i el Seu Entorn Natural –que cuenta con una dotación de 10.000 euros– podría cumplir con la exigencia de hacer un informe paisajístico para frenar la urbanización del barrio de la Budellera, entienden las cupaires. De hecho, ayer el concejal de Territori, Xavier Puig (ERC), aseguró en Tarragona Ràdio que las previsiones para el próximo año «apuestan por la sostenibilidad y la cohesión».
Otro punto acordado son los 25.000 euros para llevar a cabo el censo de pisos vacíos, así como los 40.000 para los gastos para el estudio sobre «la nueva prestación del servicio de la limpieza», que avalaría la voluntad por analizar la internalización del servicio. El cuarto aspecto que Laia Estrada y Eva Miguel ven suficiente son los 200.000 euros para el estudio sobre la calidad del aire –pedían 300.000–, mientras que los 450.000 euros previstos para la participación ciudadana –contando la inversión de 200.000 euros más la parte prevista para el Pla Integral de la Part Baixa–, se considera «suficiente» para seguir hablando.
Educació, el punto clave
Ahora, para avalar las previsiones, la CUP exige un paso más, siendo el área de Educación el centro de las demandas, con tres peticiones que suman 700.000 euros. Las cupaires piden 300.000 euros para los Casals Municipals d’Estiu, y la misma cantidad para el Projecte Educatiu de Ciutat, mientras que condicionan también sus votos a aumentar en 100.000 euros la dotación en becas comedor.
Sobre este último punto, ayer el gobierno anunció la creación de una nueva linea de becas comedor para los alumnos de las Llars d’Infants, valorada en 35.000 euros. Esta opción es bien vista por las cupaires, que piden 65.000 más «para los otros centros educativos de la ciudad».
El ejecutivo también reivindicó ayer que las previsiones para 2020 prevén un incremento del 22,4% del presupuesto del área de Educació, llegando hasta los 11 millones. En las cuentas también se ha previsto la equiparación salarial de las empleadas subrogadas de las guarderías con el personal fijo, así como 700.000 euros para el mantenimiento de las escuelas.
Ensenyament aparte, las cupaires exigen un millón para rehabilitar pisos vacíos y 60.000 euros para que el Consistorio se persone «en casos de corrupción». Todo ello, para firmar un acuerdo «crítico y de mínimos», que permita al bloque soberanista tener fumata blanca para tirar hacia adelante los primeros presupuestos de Ricomà y evitar que la estabilidad municipal dependa del plan B de ERC y Comuns: el PSC.
