Tarragona dobla en un año las sanciones por vertederos

El Ayuntamiento tira adelante acciones con el objetivo de aumentar la recogida selectiva. Entre las medidas están los contenedores cerrados y dotar de más personal el servicio

06 agosto 2021 06:10 | Actualizado a 06 agosto 2021 06:24
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El Ayuntamiento de Tarragona ha abierto 45 expedientes sancionadores por vertederos ilegales en lo que llevamos de 2021. 39 de estos son sanciones graves, de más de 4.000 euros, mientras que seis son leves, de mil euros. Este año, la cifra de sanciones se duplica respecto al 2020, cuando se tramitaron un total de 28 expedientes, todos graves. «La explicación es que ahora somos más eficientes», explicaba ayer el concejal de Neteja Pública, Jordi Fortuny, quien añadía que «esta presión constante que hemos ejercido ha dado sus frutos».

Lo cierto es que en los últimos meses, el consistorio ha conseguido poner freno a la proliferación de vertederos ilegales en aquellas zonas donde eran más habituales, como es el PP9, el Camí de la Coma de Bonavista, el Camí del Llorito o detrás de las naves del Polígon Francolí. Pero, desgraciadamente, cada día surgen nuevos espacios. En los últimos días se han registrado algunas denuncias: un vertedero de 210 sacos de escombros encontrado en Bonavista, los restos de un piso –muebles y electrodomésticos– al lado de un contenedor en Rodolat del Moro y un vertedero ilegal proveniente de una plantación de marihuana, entre el Camí del Llorito y la urbanización Balcó de Tarragona. Este último ya está sancionado.

La mayoría de estos vertederos son detectados gracias a la colaboración ciudadana. Y en ellos se puede encontrar todo tipo de residuos y materiales, como madera, muebles, electrodomésticos, filtros de aceite de coches, pinturas, etc.

Además de estos grandes vertederos, la Guàrdia Urbana también controla los voluminosos y otros residuos que se encuentran alrededor de los contenedores. En estos casos, se aplica la Ordenança Municipal de Convivència Ciutadana. En total, la Urbana ha interpuesto 348 sanciones en un año y medio.

Contenedores cerrados

La lucha contra los vertederos ilegales es solo una de las medidas que el Ayuntamiento lleva aplicando desde 2019 para mejorar la relación ciudadano-residuo. Y es que el objetivo que se plantea el gobierno municipal es ambicioso y complejo. «El reto es conseguir aumentar la recogida selectiva, ya que por cada tonelada de basura que no se recicla, y que por lo tanto se debe incinerar, el Ayuntamiento se gasta cien euros», explica Fortuny.

Los datos del 2020 hablan de un 33% de recogida selectiva, un tanto por ciento muy bajo, según el concejal, que es imprescindible aumentar, «para mejorar la salud, el medio ambiente y también la economía de la ciudad», dice. Para ello, el Ayuntamiento pone en marcha una serie de acciones que impliquen una mejoría en la recogida selectiva.

Una de las estrategias pasa por cerrar tecnológicamente los contenedores. De hecho, el Ayuntamiento ya está llevando a cabo una prueba piloto en dos barrios de Tarragona, en el Serrallo y en Cala Romana. Bonavista se añadirá en septiembre. De momento, ya se han repartido las tarjetas a los vecinos –103 viviendas en Cala Romana y 199 en el Serrallo– y el próximo 23 de agosto se cerrarán los contenedores. «Es momento de acostumbrarnos a tirar la basura allí donde toca y en la hora que toca», decía Fortuny.

Otra de las medidas para aumentar la selectiva es empezar las recogidas específicas a grandes productores de residuos, como mercados, campings o restaurantes del frente litoral. Se trata de grandes generadores de basura. La primera parada ha sido en el mercadillo de Bonavista. Antes, se llevaba todo a la incineradora, ahora se recicla. Con esta actuación –solo en domingos–, el Ayuntamiento ha ahorrado 25.000 euros.

Más personal, mejor recogida

Para llevar a cabo todas estas acciones, se ha dotado de más personal técnico al departamento de Neteja Pública. Actualmente, cuenta con cuatro técnicos especializados, tres inspectores que se incorporarán en agosto y once agentes cívicos que el Ayuntamiento ha contratado expresamente para gestionar el tema del cierre de contenedores. A todos ellos, debe sumarse el equipo de educadores ambientales formado por cuatro personas. «Un ejército», dice el concejal.

Por otro lado, también se han contratado trece personas más para reforzar el trabajo durante los meses de verano, cuando se concentra mayor afluencia de personas en las calles y, por lo tanto, los contenedores y papeleras están más llenas y el calor genera más malos olores. Estos agentes intensificarán el servicio de limpieza en las zonas cercanas a las playas y en las calles más concurridas.

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