Tarragona es la provincia catalana que menos vivienda construye por habitante

El año pasado solo se iniciaron 488 pisos en la demarcación tarraconense, una cifra que supone 0,62 residencias por cada mil ciudadanos. En 2006 este índice era de más de 34

24 febrero 2018 09:24 | Actualizado a 24 febrero 2018 09:33
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La provincia de Tarragona fue, relativamente por su número de habitantes, la demarcación catalana que menos viviendas inició el pasado año. Así lo ponen de relieve los datos que maneja la Secretaria d’Habitatge de la Generalitat de Catalunya, que aseguran que –a lo largo de 2017– en el conjunto de las diez comarcas tarraconenses solo se empezó la construcción de 488 viviendas, una cifra que está a años luz de las más de 20.000 que se iniciaron en los años de mayor esplendor de la burbuja inmobiliaria

En concreto, en Tarragona se empezaron 0,62 viviendas por cada mil habitantes, una cifra inferior a las 0,68 de Lleida; a las 1,45 de Girona; o a las 1,71 de las provincia de Barcelona. En el global de Catalunya, el índice medio fue de 1,51 viviendas empezadas por cada mil habitantes. Todos estos números no tienen nada que ver con los registros previos a la crisis económica, cuando el porcentaje en la provincia de Tarragona era de 34 viviendas iniciadas por cada mil ciudadanos

Parón en la licitación pública

Este análisis evidencia que, pese a la mejora general de la economía, el sector de la construcción aún está lejos de recuperar la ocupación que tenía hace una década, cuando en la provincia contaba con unos 66.000 trabajadores, mientras que ahora emplea a unos 26.000 (un 60% menos). En 2006, la construcción significaba el 15% del PIB de la demarcación, mientras que ahora está en el 6,5%

Fuentes de la Confederació d’Empresaris de la Província de Tarragona (CEPTA) se muestran convencidas de que «en tres años» la situación «se habrá estabilizado», si bien tienen claro de que «nunca se llegará a los niveles de antes de la crisis». En este sentido, la previsión es que el volumen de trabajadores pueda llegar hasta los 46.000, una cifra que, a su juicio, permitiría reducir la tasa actual de paro de la provincia hasta menos del 9%, cuando en la actualidad está al 15,9%, diez puntos menos que en 2012, pero diez más que en 2007. 

Desde la CEPTA se indica que el déficit del sector constructivo se debe, principalmente, al parón que ha sufrido la licitación de obra pública, especialmente por parte de la Generalitat de Catalunya y del Estado español. De hecho, según los datos que maneja la patronal tarraconense, un 60% de la construcción es de carácter privado, especialmente en lo relativo al sector residencial, mientras que solo un 40% es de la administración pública. 

Por comarcas, el Tarragonès fue donde se pusieron más primeras piedras: 198, lo que significa la cifra más elevada desde 2012, cuando fueron 574 los pisos empezados. Esta última cifra ya solo fue, por ejemplo, el 10% de los 5.700 iniciados en el año 2006. En el Baix Camp se empezó la construcción de 140 viviendas, una cifra que también está a años luz de las más de cinco mil de los años 2005 o 2006.    

Ni la mitad de lo necesario

Contrariamente a los inmuebles iniciados, Tarragona fue la demarcación catalana que más viviendas por habitante finalizó en 2017, con un promedio de 1,27 por cada mil ciudadanos. La media catalana fue del 0,92. En este sentido, cabe señalar que hace una década este registro fue de 26,81 viviendas por cada mil habitantes.

Así, a lo largo del pasado año en la provincia finalizaron las obras de un total de 1.010 residencias, que se habían empezado entre 2014 y 2015. Se trata del mayor volumen de los tres últimos años, si bien los datos no tienen aún nada que ver con los de antes de la crisis, cuando cada año se acababan cerca de 20.000 viviendas entre las diez comarcas de la provincia tarraconense. 

Ahora, en cambio, los cálculos de la Generalitat de Catalunya son que, en tres años, el sector de la construcción residencial se estabilizará a nivel catalán en unas 25.000 residencias anuales, una cifra que es más del triple de las casi 7.000 que finalizaron a lo largo del pasado año. 

Según el Govern, un 10% de las nuevas viviendas debería construirse en la provincia, lo que significa que el horizonte es que, a partir del 2021, la demarcación acabe cada año unas 2.500 viviendas nuevas, una cifra que es más del doble de las mil de la actualidad, y que situaría la ratio de construcción en unas cuatro viviendas por cada mil habitantes, un registro que la Generalitat consideraría como «moderado» después de la explosión de la burbuja inmobiliaria y de los recientes años de crisis económica. 

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