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Si la gente se queda en casa confinada, si no hay turismo y la utilización del transporte público ha caído en un 90%, los taxistas se quedan sin actividad. En este contexto, se ha tomado la decisión de reducir temporalmente en un 80% las licencias de vehículos que operan en la ciudad. Es una medida que se ha acordado de forma conjunta entre el Ayuntamiento y los profesionales del sector, los cuales aseguran que «con el estado de alarma, ha caído en picado el trabajo».
La flota de 93 taxistas se ha visto reducida a menos de una veintena. «Está claro que mientras dure la alarma seguiremos así y, cuando empiece a animarse, se solicitará ampliar el servicio, pero ahora mismo la demanda está cubierta», argumenta el presidente de la Agrupació Radio Taxi, David Navarro. Los servicios mínimos están garantizados y, ahora mismo, estos pasan por cubrir los desplazamientos a hospitales, centros médicos y los juzgados. «Vivimos de la gente y, si no hay movilidad, el taxi no trabaja», añade Navarro.
El colectivo también ha tenido que tomar importantes medidas de protección, para poder seguir operando con seguridad. Únicamente puede viajar una persona en el taxi, que debe sentarse en la parte de atrás, en la zona más alejada al conductor. Tan solo puede subir más de un pasajero cuando viaja un niño o una persona que no pueda valerse sola. Asimismo, muchos de los profesionales están tomando medidas adicionales y ya están colocando mamparas de metacrilato.
Navarro avanza que el sector solicitará al Gobierno ayudas adicionales dirigidas a este colectivo, ya que prevén que el turismo, que es uno de los principales nichos de actividad, saldrá muy tocado de esta crisis.
