Tarragona: ser vecino de una casa en ruinas

La vivienda de Francisco Curiel toca los bloques 12 y 14 de la calle Lleó, que se han derrumbado

21 abril 2018 19:10 | Actualizado a 22 abril 2018 07:55
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Francisco Curiel vive, desde hace muchos años, un auténtico calvario. Cuando sube a la azotea de su casa, situada en el número 10 de la calle Lleó, se desmorona. Y es que los edificios colindantes se han derrumbado y solamente queda la fachada. La situación provoca miedo y preocupación.

Toda parece indicar que la pesadilla de este vecino de la Part Baixa está llegando a su fin, ya que el concejal de Urbanisme del Ayuntamiento de Tarragona ha firmado esta semana el decreto que pondrá en marcha el derribo de parte de la fachada de uno de los edificios. Con esta operación, el problema podría desencallarse. 

Se trata de los bloques número 12 y 14 de la calle Lleó. El primero es propiedad de la Autoritat Portuària de Tarragona y el otro, de una empresa de Barcelona que se encuentra, actualmente, en quiebra, según explican fuentes del Ayuntamiento. Ya hace años que los inmuebles se encuentran en muy mal estado y su interior ha ido, poco a poco, derrumbándose. «He llamado a todas las administraciones posibles, he pedido ayuda en todos los sitios, pero nadie me da soluciones», explica el vecino. 

El pasado 31 de marzo, Curiel y su familia estaban comiendo tranquilamente en su casa cuando de repente oyeron un fuerte ruido. «Pensábamos que moríamos allí, parecía una bomba. Salimos rápidamente a la calle y no vimos nada. Subimos a la azotea y ya nos dimos cuenta de lo que había pasado. Se había derrumbado el edificio número 14», relata Francisco Curiel, quien recuerda que «existe un peligro real, ya que mi fachada está ahora descubierta y ya empieza a haber grietas». 

Curiel explica que su intención es vender la casa «porque nos hacemos mayores y hay muchas escaleras». Pero cuando los interesados acuden a ver el inmueble ya no lo quieren. «Es normal, la imagen es fea», explica Curiel. El vecino asegura que en el interior de los edificios hay plagas de insectos y ratas. 

La solución está cerca 

La Autoritat Portuària siempre ha tenido la intención de derribar el edificio número 12. De hecho, ya hace tiempo que cuenta con la licencia de obra para ejecutar la acción. El problema es que para hacerlo es necesario que primero se tire al suelo el bloque 14, propiedad de una empresa en quiebra. «Hasta que ellos no lo tiren al suelo, nosotros no podemos hacer nada», explican fuentes de la Autoritat Portuària, quienes aseguran que «el edificio está perfectamente apuntalado».

Por su parte, el concejal de Urbanisme, Josep Maria Milà, ha firmado esta semana el decreto que permitirá realizar las actuaciones de derribo parcial de las plantas superiores del edificio 14. La intervención requerirá del control de técnicos municipales y de patrimonio histórico, ya que, según explica el Ayuntamiento, «hay partes de la fachada que se deben proteger por su valor patrimonial e histórico».

El concejal Milà asegura que ya se han pedido presupuestos a empresas y que en el plazo de diez días se realizará la actuación. Como medidas cautelares, el consistorio ha decidido cerrar la circulación de vehículos en ese tramo de la calle y desalojar el solar ubicado al lado del bloque número 14 y que se utilizaba de aparcamiento.


«Que nadie pase por allí»

Hace una semana aproximadamente que la calle está cerrada a la circulación, pero hasta ahora no había ninguna medida cautelar para evitar alguna tragedia. «Tanto a mi mujer, como a mis hijos y a mis nietos les digo siempre que no pasen por debajo de los bloques, que den toda la vuelta a la manzana», explica Curiel, quien destaca la peligrosidad de la calle, teniendo en cuenta que a escasos metros se encuentra un colegio.

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