Josep Rull: «Tarragona será, con el CRT, el gran destino de convenciones de Europa»

Josep Rull, Exconseller de Territori preso desde hace un año y candidato de Junts per Catalunya en Tarragona. «La sentencia será injusta» «Me veo capaz de estar preso y ser diputado. Sería un escándalo que la justicia me impidiera tomar posesión, vulneraría la voluntad soberana de los tarraconenses»  

30 marzo 2019 11:43 | Actualizado a 01 abril 2019 18:10
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Josep Rull concede al ‘Diari’ su primera entrevista tras ser designado como candidato por Tarragona de cara a las elecciones Generales del próximo 28 de abril. 

¿Qué supone para usted ser el candidato por Tarragona?
Es un honor. Siento un sincero agradecimiento a Junts per Catalunya por haberme designado y lo sentiré, aún con más profundidad, hacia la gente que me vote.

Su designación ha sido una sorpresa. ¿Qué raíces tiene usted en Tarragona?
Mi abuela era de Picamoixons. Como miles de catalanes, a principios del siglo XX se vio abocada a una emigración interior hacia las ciudades más industrializadas del país. Por otro lado, hace más de 20 años que voy a Porrera, en el Priorat. La familia de mi mujer tiene allí una casa. En el programa de la última Festa Major, en la que tuve el privilegio de colaborar, lo escribí: Terrassa es mi ciudad, pero Porrera –con permiso de los porrerans– me lo siento como mi pueblo, donde he construido una parte muy emotiva de mi imaginario personal.

¿Cree que la ciudadanía entenderá que se presente como cabeza de lista a una persona nacida en Terrassa y que nunca ha vivido en Tarragona?
Todo el mundo entiende que vivimos unos momentos políticos anómalos, y que encabezo la candidatura en mi condición de preso político. Hoy, desgraciadamente, no puedo vivir en Terrassa. Me hacen vivir en Madrid, en Soto del Real...

«La gestión de Andreu en el Port ha sido positiva. Cruset es un hombre con solvencia y un constructor infatigable de consensos»

¿Qué expectativas tiene de cara a las elecciones del 28 de abril en Tarragona?
La candidatura no es la continuidad estricta de la presentada por Convergència en 2016. Es bastante más amplia y transversal. De todos modos, será inevitable que se comparen los resultados, por lo que nuestro deseo es mejorarlos.

¿Lo mejor hubiera sido formar un frente común con ERC mediante una lista unitaria?
Siempre hemos sido partidarios de mantener y ampliar la fórmula de Junts pel Sí. El mensaje que se daría sería imbatible y habríamos evitado que la ciudadanía, que ha dado unas extraordinarias y continuadas muestras de unidad, se encontrara en el dilema de tener que elegir quién representa mejor sus anhelos de libertad. 

Esquerra se negó desde el primer momento a una candidatura conjunta.
La dirección, sí. Tengo la sensación de que las bases y, sobre todo, los votantes de ERC no lo ven de la misma manera. Es una lástima, pero su estrategia actual parece que no prioriza la unidad del independentismo, sino la unidad de las izquierdas.

«Mi abuela era de Picamoixons, y hace más de veinte años que voy a Porrera, donde la familia de mi mujer tiene una casa y la siento como mi pueblo»

¿El sector de Puigdemont ha ganado la batalla al PDeCAT en la confección de las listas?
Se ha tendido a hacer una simplificación hablando de sectores. Las listas son fruto de un esfuerzo de síntesis entre sensibilidades y orígenes diferentes de este instrumento de expresión mayoritaria que es JxCat. La lista de Tarragona es el ejemplo más evidente.

¿El futuro del PDeCAT pasa por ser un mismo partido con Junts per Catalunya y la Crida?
No. La Crida responde a un momento excepcional de país y tiene una vocación de duración limitada en el tiempo. 

¿Cree que, en caso de ser elegido, podrá tomar posesión como diputado?
Habrá que ver si las instituciones judiciales respetan la voluntad de la ciudadanía. En todo caso, me gustaría recordar que en 1989 un etarra en prisión preventiva fue puesto en libertad al ser elegido diputado en el Congreso. Si se aplicó este criterio a un terrorista, ¿no se aplicará ahora a políticos que han hecho de la democracia su filosofía vital?

«Es una lástima que la dirección de ERC no priorice la unidad del independentismo, sino la de la izquierda»

¿Es compatible estar en prisión preventiva y ejercer las tareas en la Cámara Baja?
Este es un punto que deberá resolver la Mesa del Congreso. Su responsabilidad es garantizar que los diputados electos puedan disfrutar de sus derechos y ejercer sus funciones porque, de lo contrario, se está traicionando la decisión soberana del electorado. Negar el derecho a poder asistir a las sesiones parlamentarias sería un nuevo escándalo democrático que es imposible que pase inadvertido al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. De hecho, después de haber visto los interrogatorios de la Fiscalía, centrados esencialmente en desobediencia, nuestra prisión preventiva es más vergonzosa que nunca.

¿Se ve capaz de hacerlo?
Sin duda. Además, conviene recordar que nuestra tradición política hace que un diputado no esté solo, sino que se integra en un grupo parlamentario.

Usted fue conseller de Territori hasta el 27 de octubre de 2017. ¿Qué valoración hace de su tarea en referencia a Tarragona?
A pesar de las limitaciones presupuestarias, impulsamos proyectos relevantes. Uno fue el Euromed con paradas en la Aldea –Amposta– Tortosa por primera vez– y en Tarragona, a precio de regionales, para compensar el mal funcionamiento estructural de Adif. Otro, el acuerdo con los ayuntamientos del territorio para desviar el tráfico pesado de la N-340 y la AP-7 ha reducido drásticamente los accidentes mortales. Y la aprobación del Pla Director Urbanístic del CRT de Vila-seca y Salou, que puede convertir este territorio en el primer destino de turismo de convenciones de Europa. 

Recientemente, Josep Andreu ha dejado la presidencia del Port de Tarragona. ¿Cómo valora su gestión durante estos siete años?
Positiva. Ha sido capaz de gestionar con diligencia un escenario grave de crisis económica. Los datos que deja son impactantes.

¿Es cierto que usted ha sido una pieza clave para que el relevo de Andreu haya sido Josep Maria Cruset?
Quien lo nombra es el Govern, a propuesta del conseller de Territori, Damià Calvet. En los despachos habituales que hacemos, me pidió criterio sobre Josep Maria Cruset. Le dije que es una hombre de una solvencia y de un compromiso con el territorio incontrovertibles. Es un constructor infatigable de acuerdos y consensos.

¿Cómo ve a Dídac Nadal como alcaldable por Tarragona?
Le conozco desde hace tiempo. Siempre lo he visto como un valor muy sólido. Vino a visitarnos en la prisión de Lledoners desde su compromiso con la libertad. Se lo agradecí mucho. Quedé impresionado por el conocimiento tan preciso que tiene de la ciudad. Se nota que ha pisado la calle, barrio a barrio. Valoro mucho su humildad y su proximidad. Lo veo como un muy buen alcalde.

Desde que su padre se fue que el espacio convergente no levanta cabeza en la ciudad...
Es una cuestión de ciclos. Se acaba uno absolutamente agotado en torno del PSC. Y este mayo se abrirá uno de nuevo y potente, liderado por Dídac Nadal. 

¿Cómo vive el juicio?
De entrada, con un gran cansancio físico. Se ha diseñado una vista oral que va en detrimento de la salud de los acusados presos y, en consecuencia, de su capacidad de defensa. También lo vivo con la indignación de quien constata que el objetivo de este juicio no es impartir justicia, sino escarmentar el independentismo pensando que, de esta manera, no levantará cabeza nunca más. 

¿Cómo valora su declaración ante el Tribunal Supremo?
Tuve la oportunidad de deshacer los argumentos objetivables de la Fiscalía y la Abogacía del Estado. Y tuve también la ocasión de expresar los principios políticos que me movieron en ese periodo de tiempo y que desmigajan los argumentos subjetivos en que se sustentan las acusaciones de rebelión, sedición y malversación. Aunque perdí la soltura con la que me expreso en catalán, creo que mi exposición fue bastante clara y reveladora. 

¿Cree que la sentencia ya está dictada?
En sus aspectos esenciales, sí. El mismo Rey aprovechó un acto ante juristas para advertir que los argumentos de la defensa no eran admisibles. Del mismo modo que salió el 3 de octubre para avalar la represión, ahora lo ha hecho para reclamar una condena dura. No creo que el Tribunal se resista.

¿El futuro pasa por Estrasburgo?
Desde el principio lo hemos tenido claro, y así lo hemos expresado: éste es un juicio político y, por ello, cargado de vicios de procedimiento para mantenernos en prisión preventiva y para cargarnos de unos delitos inexistentes, que los tribunales de varios países europeos no han sabido encontrar. Como la sentencia será injusta, tendremos que ir a los tribunales internacionales para que la evalúen con la independencia y la imparcialidad que en España no tenemos.

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