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«¡Qué guapo lo que acabamos de hacer! ¡Eh profe?», exclama una niña nada más acabar de interpretar una bulería zumbera con el grupo de batucada que conforman los alumnos de primero y segundo de la ESO del Institut Escola Mediterrani. Y no le falta razón. El sonido es atronador, pero dan ganas de bailar y suena «guapo» como dice ella.
Los chicos apenas llevan tocando juntos desde octubre, pero este tiempo ya ha servido para descubrir varias cosas, como que el día que toca clase de batucada no falta ni Dios.
El ‘profe’ es Joan Anton Romagosa, docente de la Escola Municipal de Música de Tarragona. Viene aquí una vez a la semana. Los instrumentos, de hecho, también son propiedad de la escuela, que ha puesto en marcha una iniciativa para llevar las clases de instrumentos a escuelas donde generalmente los alumnos no tienen oportunidad de estudiar música.
Además de la batucada en este centro, ofrecen clases de guitarra en las escuelas Saavedra y Marcel·li Domingo, siempre dentro del horario lectivo.
Romagosa está contento con sus alumnos. Son responsables y vienen motivadísimos. Carmen, de segundo de ESO, reconoce que ya había visto tocar batucada «pero nunca pensé que pudiera hacerlo yo, me gusta mucho». Y es fácil creerla viéndola concentradísima, como el resto de sus compañeros, golpeando el zurdo, un tambor de dimensiones considerable que cuelga de su cintura.
Este jueves por la tarde, si todo va bien, harán su debut delante de sus compañeros en el carnaval de la escuela. Será el momento de matar la curiosidad porque la actividad ha creado muchísima expectativa y mucho ruido, literalmente. «Mi madre desde casa nos escucha», cuenta un niño entre risas.
La batucada, además, es agradecida, porque en poco tiempo comienzan a verse los resultados. Además los chicos aprenden, de manera práctica, el valor del trabajo en equipo, donde todos tienen un papel importante: «Si yo pierdo el ritmo ellos también», reconoce una niña.
Experiencia para replicar
Alexis Lanza, director de la Escola Municipal de Música, explica que tanto aquí como en las otras dos escuelas se está consiguiendo el objetivo «conseguir experiencias transformadoras que crean ilusión».
El ‘problema’ es que la iniciativa está generando tantas expectativas que ahora lo complicado será dar respuesta a todos los centros. Montserrat Fortuny, directora del Institut Municipal d’Educació de Tarragona, impulsor de la idea, explica que de momento se ha decidido comenzar por las escuelas más vulnerables.
Francesc Roca, concejal de Educació, señaló que están convencidos de que esta experiencia, además de música, les enseñará otras competencias que les servirán a lo largo de la vida, por lo que se hará todo lo posible por replicar la experiencia el curso que viene.
