Un deporte con falsos prejuicios

Todos los fines de semana se reúnen en Camp Clar para jugar a la petanca

18 septiembre 2017 18:19 | Actualizado a 18 septiembre 2017 18:23
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Todos los fines de semana se puede apreciar la misma escena en el parque que actúa de frontera entre Camp Clar y Bonavista. Las mañanas son utilizadas por algunos de sus habitantes para practicar un deporte tan tradicional como subestimado por la sociedad. La petanca suele ser objeto de burlas a las primeras de cambio. Resulta triste ver como muchas personas crean un prejuicio sobre este deporte con tanta ignorancia.
Basta con observar el panorama durante unos minutos para saber que esa actividad alimenta sonrisas y esperanzas. En un barrio obrero donde los problemas cotidianos suelen hacer acto de presencia, la petanca resulta ser un arma muy eficaz para combatirlos. Actúa de elixir. No demanda tener un gran estado de forma. Premia de manera contundente la precisión en el lanzamiento de las bolas. «O eres sutil en el lanzamiento, o tienes poco que hacer. Es como todo, cuanto más prácticas, más mejoras», asegura uno de los jugadores.

Este deporte tiene su origen en la Ciotat, Provenza, en el sur de Francia, allá por el 1907 y consiste en lanzar bolas metálicas tan cerca como sea posible de una pequeña bola de madera, lanzada anteriormente por un jugador, con ambos pies en el suelo y en posición estática desde una zona marcada.

Entre los muchos prejuicios que existen sobre la petanca, uno de los que más fuerza tienen es el hecho de que sólo la practican los abuelos. Error. Basta con analizar las personas que se encuentran jugando para saber que hay gente de todas las edades. Desde más jóvenes hasta más adultos. 

Eso sí, todos comparten sonrisas a la hora de practicarlo. Sus rostros expresan concentración y serenidad. Es un deporte que precisa de sangre fría y tacto a la hora de practicarlo. «Es perfecto para desconectar. Nosotros venimos cada sábado y cada domingo y pasamos la mañana», explican en un momento de pausa del juego.

Si se miran cifras, este prejuicio de que este deporte sólo lo practican los abuelos también queda enterrado. Sólo en Catalunya hay 1.500 personas federadas menores de 35 años. Un tremendo zasca al mayor prejuicio que tiene que soportar día tras día la petanca. Además, no son cuatro gatos los que lo practican. Todo lo contrario. 10.000 personas hay federadas en Catalunya. Un tangible imponente que demuestra que es deporte tiene tirón.

Por suerte, estas burlas a las que está expuesta la petanca sólo se producen a nivel nacional. En otros países es un deporte extremadamente respetado. En Estocolmo o Nueva York es uno de esos deportes vanguardistas que despiertan la curiosidad de muchos habitantes. 

A pesar de los prejuicios que recibe en España, la selección nacional es una de las potencias a nivel continental. No debería sorprender puesto que es un deporte con un respetado nivel de fichas federadas.Más de 20.000 fichas federadas existen a día de hoy en España. 
Sin embargo, su componente social es el que le hace un deporte especial. Si se tienen en cuenta todos los jugadores que practican este deporte, tanto federados como no, la cifra de jugadores se dispara hasta los 100.000. Sin duda, un claro tangible que demuestra la popularidad de este deporte.  

Aquel titular en el que rezaba: «Volveré a estudiar; de la petanca no se puede vivir» se convirtió en un meme que se paseó por todas las redes sociales. No estaba alejado de la realidad. Sin embargo, olvidaba que muchas personas practican este deporte con un fin social y no monetario.  

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