Un investigador de la URV obtiene una beca de 1,5 millones de euros

El Consejo Europeo de Investigación concede a Agustín Mihi una Starting Grant para desarrollar su proyecto

19 mayo 2017 22:50 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:12
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Agustín Mihi, investigador del grupo de investigación Nephos, que pertenece al Departamento de Ingeniería Electrónica, Eléctrica y Automática de la URV, ha obtenido una beca Starting Grant del Consejo Europeo de Investigación (ERC). La ayuda está dotada con 1,5 millones de euros para un periodo de cinco años, para desarrollar un proyecto en el que busca crear estructuras fotónicas que controlen cómo se propaga la luz en dispositivos emergentes, por ejemplo en celdas solares, sensores o emisores de luz de nueva generación.

Las becas del ERCson altamente competitivas y el investigador la ha conseguido al primer año de presentarse. Las Starting Grant financian a investigadores prometedores que pueden establecer una línea de investigación independiente. Mihi había conseguido en 2014 un contrato postdoctoral Antoni Martí i Franquès de dos años de duración, que convocaba el Campus d’Excel·lència Internacional Catalunya Sud (CEICS) y tenía como finalidad que un investigador pudiera pedir una beca de estas características. Ahora, recibirá 1,3 millones de euros del Consejo Europeo de Investigación, que destinará, en parte, a contratar a estudiantes e investigadores postdoctorales y a comprar nuevos equipamientos que le deben permitir ejecutar el proyecto con un nuevo grupo de investigación que creará.

Su proyecto tratará de hacer estructuras fotónicas que controlen cómo se propaga la luz en dispositivos emergentes, por ejemplo en celdas solares, sensores o emisores de luz de nueva generación. La tecnología avanza hacia celdas solares o sensores más económicos, lo que se conoce como el rollo-a-rollo;es decir, un rollo de plástico donde se van imprimiendo dispositivos o circuitos de una forma más barata. Para mejorar el rendimiento de estas tecnologías se utiliza otro tipo de diseño óptico, una estructura muy pequeña que permita hacer más eficiente el uso de la luz en el dispositivo y que, además, sea compatible con el método con que está fabricado el dispositivo, sin aumentar su coste.

Ahora, por ejemplo, se buscan alternativas al silicio, que son más baratas pero no más eficientes. Y aquí es donde tiene que mejorar la tecnología y donde radica su tarea: conseguir, mediante el diseño óptico, que las celdas sean más eficientes o que se puedan fabricar sensores más eficientes de una forma más económica.

El investigador ha estudiado estructuras fotónicas –cristales fotónicos– o plasmónicas que estructuran metales de unas medidas que les permiten interactuar con la luz óptica. Al estructurar medidas por debajo de la micra, consiguen que la luz vea el material e interactúe, que cambie de dirección, que se propague más lentamente o que se concentre donde a ellos les interesa.

Según e?l investigador, batir el silicio es muy difícil pero puede haber mercados que quieran celdas solares flexibles, como por ejemplo un tejido o tatuajes. En este campo ya se han desarrollado tatuajes en que hay un circuito integrado en la tinta que permite, sólo moviendo las manos, por ejemplo controlar un drone.

Agustín Mihi se licenció en Física en la Universitat de València, donde comenzó el doctorado que acabó en el CSICde Sevilla. Después de los cuatro años y de los buenos resultados de la tesis, consiguió una de las cuatro becas postdoctorales de ciencias materiales que cada año ofrece el Instituto Beckman de la universidad de Illinois. Posteriormente trabajó en el Institut Ciències Fotòniques de Barcelona (ICFO) y en estos momentos es miembro del grupo Nephos de la URV.

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