Con una afluencia de espectadores superior a la de muchas competiciones deportivas de los Juegos Mediterráneos, ayer por la noche se realizó un espectáculo piromusical titulado La Mediterrània i els Jocs. Se materializó en La Pobla de Mafumet y destacó por tener un ritmo trepidante en los aproximadamente seis minutos que duró. Corto, pero intenso y con carácter ascendente.
La localidad es una de las sedes de las pruebas, en concreto, del fútbol. Fue precisamente en el Estadi Municipal el lugar que acogió el piromusical de anoche. La tribuna prácticamente se llenó e incluso se ocuparon sillas de la gradería de detrás de una de las porterías.
La función empezó con unos quince minutos de retraso según el horario previsto. Seguramente por una competición deportiva, pero no la que enmarcaba el acontecimiento si no por el Mundial y el partido de la selección española, que coincidía en el tiempo su final con el inicio de los fuegos. Después de los tres sonoros truenos de advertencia habituales, se inició la función.
Aproximadamente duró unos seis minutos y estuvo marcado por un ritmo crecienteEl comienzo fue esperanzador, con fuego a diverentes niveles de altura. En la parte inferior, casi desde el suelo y justo detrás de los vestuarios del estadio, aparecieron grandes fuentes, que se combinaban con pirotecnia de colores que al estallar se desplegaban con majestuosidad en el cielo poblense.
La música, épica y de videojuego. Literalmente. En concreto de Dragon Age: Inquisition, una saga de juegos de rol y fantasía. El tema principal destacó por su fuerza y sobriedad, una banda sonora imponente y poco conocida que cuajó fantásticamente bien con los cohetes.
En ocasiones incluso la sincronía era perfecta, cosa de agradecer en un piromusical ya que en algunos de estos espectáculos no se tiene mucho en cuenta este elemento.
Al final, una gran traca que retumbó por toda la localidad y que despertó la admiración de los asistentes, que expresaron su satisfacción con una sonora ovación.