Unanimidad para pedir la retirada de la plataforma del Miracle

El equipamiento se inauguró en 2001 pero su falta de mantenimiento obligó a cerrarlo en junio de 2013

19 mayo 2017 23:53 | Actualizado a 20 mayo 2017 21:41
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El Ayuntamiento de Tarragona solicitará a la Generalitat de Catalunya y al Gobierno Central el derribo de la plataforma del Miracle. Así lo acordó ayer el pleno municipal tras una moción presentada por el PSC que contó con el OK de los tres partidos de la oposición (CiU, PP e ICV).

La concejal de Medi Ambient, Carme Crespo (PSC), recordó ayer que para la construcción del equipamiento «se necesitó del vertido de 12.000 toneladas de hormigón y supuso convertir un espacio costero en un aparcamiento soterrado». La edil socialista lamentó que «este espacio debía ser fundamental para el ocio de la ciudad, pero desde el inicio esta plataforma ha presentado muchos problemas por la falta de inversión del Ministerio».

 

Apoyo de CiU y PP

Especialmente significativo es el apoyo de nacionalistas y populares al documento impulsado por parte del equipo de gobierno, ya que el espacio se diseñó y se puso en marcha con el alcalde Joan Miquel Nadal (CiU) en la Plaça de la Font y con José María Aznar (PP) en la Moncloa. De hecho, quien cortó la cinta inaugural de la instalación fue el entonces ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas (PP).

Ayer, el portavoz conservador, Alejandro Fernández, argumentó su visto bueno al documento, «ya que tiene en cuenta que desde el Estatut es el Govern quien debe tramitarlo ante el Gobierno Central». Por ello, el PP quiere que el Consistorio haga llegar su petición hasta la administración autonómica para que sea ésta a su vez quien haga llegar la solicitud al Ministerio.

«A partir de entonces debería negociarse un protocolo para repartir los costes que supondrían las actuaciones», manifestó el edil, quien considera que se trata de una operación «factible».

También se mostró partidario de ejecutar el derribo el principal partido de la oposición. El concejal Xavier Quintana (CiU) aseguró que la instalación «es un peligro que no aporta ningún valor añadido a la ciudad». En este sentido, el político nacionalista considera que debe negociarse «cuanto antes» con el resto de instituciones» la desaparición de la construcción, a la vez que reiteró al alcalde Ballesteros que «CiU estará a su lado para que la operación pueda llegar a buen puerto». Sobre ello, Josep Fèlix Ballesteros (PSC) remarcó que «iré a negociar donde sea necesario. Y espero que ustedes vengan a acompañarme». ¿Fue éste el primer síntoma de una futura sociovergencia?

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