Unos monstruos vienen a vernos

Es la Tarragona fantástica. Del basilisco de Reus a la cucala de Miravet. Un libro bucea en los miedos ancestrales y rescata las criaturas del imaginario catalán

06 noviembre 2017 10:33 | Actualizado a 06 noviembre 2017 11:20
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El basilisco, una mezcla horrible de gallo y serpiente en Reus. El fardatxo, un lagarto perturbador que se alimenta de muertos por el Priorat, la Ribera d’Ebre y el Alt Camp. Los marfantos, proscritos de ultratumba que malviven en el Delta, el Baix Ebre y el Montsià y que podían ser esclavos, moriscos o furtivos. La cucala, un espantoso pájaro negro que sobrevuela las noches oscuras del Castell de Miravet. Los gamusinos, bichos diminutos, nocturnos e imperceptibles que zigzagean por las Terres de l’Ebre.

Luego está el dip, una bestia del Baix Camp. Así la describe el escritor Joan de Déu Prats: «Ser mitad perro lobo negro, mitad vampiro, malvado emisario del demonio». Son sólo algunas de las 53 entidades desglosadas en ‘El gran llibre de les criatures fantàstiques de Catalunya’, una obra a cargo de Joan de Déu Prats y de la ilustradora Maria Padilla que indaga en el imaginario colectivo más primario: bestias de la leyenda y el sustrato mítico que servían para asustar a los más pequeños pero cuyo legado, aquí, se reivindica desde el mundo de la tradición y la antropología. «Cada pueblo tiene sus criaturas. Hemos descubierto que muchos personajes son tradicionales, pero también se incluyen divinidades griegas degradadas a personajes para dar miedo. Son divinidades degradadas por el cristianismo, o también espíritus de la naturaleza, que se pueden vincular con el animismo», explica Joan de Déu.

«Nos hemos dirigido a un público más adulto y hemos hecho algo que se puede considerar como una enciclopedia geográfica», aporta la dibujante Maria Padilla. «Estamos en un buen momento para la imaginación. La gente tiene ganas de imaginar otras maneras posibles de ser, y además actualmente las cosas de casa tienen un cierto valor. El libro mezcla un poco eso», añade Joan de Déu Prats. 

El bestiario en la provincia es amplio: la gusarapa, una especie de gato salvaje y fantasmal del Priorat; el Camunyes, un ogro fuerte y deforme de la Terra Alta; el Bufarut, un viento muy turbulento gobernado por un demonio que lleva en su interior y que aparece por la Conca de Barberà; y dos clásicos de la cultura popular, bien presentes en Tarragona: el Home dels Nassos y el hombre del saco. «Muchos son genios o espíritus que cuidaban de las cascadas de los ríos. Hay un culto en la naturaleza también ligado al mundo a la payesía. Eso se ve mucho en zonas como la Garrotxa o el Pirineo. No es algo sólo antropológico. El animismo aflora en estos personajes. Algunos son inventados pero otros vienen de antiguas divinidades paganas, íberas, griegas o romanas. El cristianismo los convirtió en demonio o espíritus malignos que luego acabaron en relatos infantiles», cuenta Joan de Déu. Este universo va más allá del folclore y la tradición. «La gente tiene ganas de imaginar otras maneras posibles de ser», añade el autor. 

Otros ejemplos en Catalunya: el Pericó, que vivió en las fraguas del Ripollès, la Cerdanya o La Vall Ferra, o el Papu, que se convirtió en el esperpento que devoraba sombras en las comarcas del Pallars. Maria Padilla reivindica todo ese cosmos: «Nos dejamos deslumbrar por Tolkien, pero aquí tenemos una gran riqueza». 

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