La Escola Tècnica Superior en Enginyeria Química (ETSEQ) se ha convertido en la primera bolsa de trabajo para muchas de las empresas. Una de las multinacionales que coopera directamente con la universidad es Dow, que para ocupar determinados cargos no ficha a personas que no tengan el máster.
Alfred Arias, Innovation Support, Learning and Work Process Leader en Dow, apunta que «los futuros profesionales deben tener en cuenta que convivirán con un entorno marcado por la globalización, la digitalización de la industria 4.0 y la sostenibilidad». Por lo que algunos de los parámetros que se tienen en cuenta de cara a la incorporación de nuevas personas está que «tengan capacidad de aprendizaje, de resolver problemas, con una visión holística de las cosas y que, sobre todo, sean personas autónomas, muy creativas, que tengan la innovación en su ADN y capacidad de liderazgo». Unas competencias que Arias asegura que «crean valor» para la empresa.
En la multinacional Dow, con cincuenta años en el territorio, conviven diferentes generaciones de trabajadores. Millennials, baby boomers y empleados con una larga trayectoria en la compañía. «El aprendizaje es diferente. Los jóvenes son muy inquietos, no tienen paciencia y lo quieren todo para ya. Esto hace que a nivel de recursos humanos tengas que adaptarte y entender la mentalidad de la era digital».
En cuanto a las capacidades técnicas que presentan los graduados, Arias apunta que «respecto a países con un gran peso en la industria no tenemos nada que envidiar». En ocho años cuarenta personas de la planta de Tarragona han salido a trabajar al exterior. «Quizás falla el idioma, pero estamos exportando talento», concluye