Ya hay 55 pueblos tarraconenses que no deben ni un euro al banco

Son los primeros de la clase, alumnos aventajados en cuanto a solvencia financiera. Tres de cada diez poblaciones de Tarragona pueden alardear de tener a cero la casilla de la deuda con el banco. Ese saneamiento hasta lo impoluto es cada vez más común. A cierre de 2017, había 55 consistorios en la provincia que no debían ni un euro al banco. Un año antes, la cifra se quedaba en 43. Algunos de esos pueblos que se han añadido a la lista de la gestión eficiente en el último ejercicio son Botarell, La Fatarella, Nulles, Conesa, El Lloar, Poboleda, El Rourell, Senan o Vallclara, entre otros.

«Es igual que en casa. Si teníamos diez, gastábamos diez. Nunca nos volvimos locos», resumía la gestión Sergi Cotilla, alcalde de La Febró, otro de esos municipios ‘limpios’.  Buena parte de esos pueblos destacaron en su momento por un mesurado gasto, siempre acorde a los ingresos. Mientras otros derrochaban, ellos no se volvieron locos ni siquiera en la época en la que el dinero solía entrar a espuertas. En ocasiones, son los ingresos extra procedentes de una fábrica o una instalación determinada los que han mantenido las cuentas saneadas a lo largo de los años. 

Un caso significativo fue, por ejemplo, el de Vilanova d’Escornalbou, que pasó de deber 228.000 euros a dejar su deuda en cero. Más reseñable es la situación de La Pobla de Mafumet, que de una deuda de 3,4 millones en 2016 pasó a no deber nada. Algunos endeudamientos súbitos se deben a que, en su momento, el consistorio pide un crédito para sufragar una infraestructura en concreto. Ascó, Batea, Cabra del Camp, Forès, Vilaverd, Mont-ral, Masllorenç, L’Aleixar, Cabacés o Caseres también forman parte de la lista de pueblos sin deuda.