«Ahora el gran foco de atención son los mayores»

Entrevista. Se está detectando que personas que no habían acudido nunca a los servicios sociales, ahora han tenido que pedir ayuda para su día a día

26 abril 2020 08:50 | Actualizado a 26 abril 2020 09:09
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Carla Aguilar Cunill (32 años) es primera tenienta del alcalde y concejal de Participació, Serveis Socials, Benestar Animal. Licenciada en Ciències Polítiques i de l’Administració por la Universitat Pompeu Fabra, con un máster en Migracions i Mediació Social por la URV, Aguilar Cunill encabezó la lista de En Comú Podem en las últimas elecciones municipales.

El estudio del gabinete Ceres ponía de manifiesto esta semana que el 33% de tarraconenses tiene menos ingresos por la crisis del coronavirus. ¿Se ha trasladado esta presión a los servicios sociales?

Sí, en cierta forma sí. Tanto desde la parte de las personas que sufren las consecuencias, como en lo que se refiere a la solicitud de información.

¿Qué tipo de consultas de ayuda recibe el personal de servicios sociales?

Una parte importante están relacionadas con las tarjetas monedero, que son la herramienta por la que hemos apostado, ya que nos permite hacer la recarga de forma telemática. Esto hace que la situación para esta persona sea muy cómoda, ya que puede cubrir sus necesidades básicas con una autonomía.

Esto implica que los Serveis Socials del Ayuntamiento tiene que hacer una valoración de cada caso.

Sí, para ello hemos agilizado todo este proceso. Una de las primeras medidas que tomamos la primera semana de confinamiento fue trabajar en un modelo de servicios sociales telemático.

¿Y que la atención sea vía telefónica?

Sí, esto nos ha permitido dar un salto, ya que es un modelo que a lo mejor habríamos desarrollado en años, pero que pudo ponerse en marcha en una semana, y que hemos ido mejorando a lo largo del confinamiento. Una de las cosas que hemos hecho ha sido ampliar la puerta de entrada, de forma que ahora se atiende a la gente en horario continuo de 8 de la mañana a 8 de la noche.

¿Cómo se canaliza?

Se ha reforzado a partir de personal propio, ya que había gente que se dedicaba a actividades más presenciales y pudimos ampliar la puerta de entrada y agilizar los trámites. Ahora en dos o tres días podemos resolver una cuestión, mientras que antes los tiempos eran más largos. Esto ha sido gracias al gran esfuerzo de toda la gente que trabaja al IMSS, que está haciendo muchas horas y se esfuerza para prestar un servicio muy básico. Y es fundam ental también que la gente se lo sienta muy próximo.

¿Qué cambios han visto en las necesidades de las personas desde los primeros días ahora, cuando ya estamos en la séptima semana de confinamiento?

Sobre todo constatamos un gran incremento en las peticiones a partir de que se iniciaron los ERTEs. De repente mucha gente vio la necesidad de tener una ayuda económica. Aunque aún estamos registrando un cierto aumento. Cada día se atienden entre 180 y 190 llamadas, a parte de todas las que hacemos.

¿Son nuevos casos de gente que necesita ayuda?

No, son personas que llaman para pedir información de su caso particular, que sí que son nuevas o que ya están dentro del sistema y tienen una nueva necesidad. Esto nos da una idea del dinamismo de la situación, ya que hay muchos cambios en la vida de las personas y en sus necesidades.

¿Ha cambiado el tipo de personas que solicitan ayuda?

Sí. Podemos definir tres líneas. Por un lado, gente que ya estaban en el sistema y pueden cambiar o incrementar sus necesidades. Después hay personas que a lo mejor en el pasado había recurrido a los servicios sociales y que ya había recuperado una autonomía, pero ahora tiene que recurrir de nuevo. Y, finalmente, personas que no habían tenido un contacto con los servicios sociales y que vivían al día, con unos ingresos limitados o una economía sumergida que les permitía sobrevivir, pero que ahora, al desaparecer, hace que tengan que pedir una ayuda cuando antes no lo habían hecho.

¿Habrá personas que tenían previsto trabajar en el turismo y que ahora no saben si podrán trabajar?

Claro. También gente que ha sufrido ERTEs y autónomos.

Tarragona se anticipó con iniciativas como el albergue para los sin techo, en el Serrallo. ¿Cuándo se detectó que debía actuarse con este colectivo?

Es un proyecto que teníamos claro desde el principio ya que es una línea prioritaria de este Gobierno. Enseguida que vimos a venir la situación consideramos que era prioritario que todo el mundo tuviera un espacio en el que confinarse de forma segura.

El proyecto surgió con Creu Roja.

Desde el principio empezamos a trabajarlo de forma conjunta ya que tiene una gran experiencia y profesionalidad. Aunque no deja de ser chocante trabajar con un servicio previsto para catástrofes, lo que te da una idea de la situación de excepcionalidad que estamos viviendo.

¿Se ha quedado gente desatendida por falta de plazas?

Ha habido muy pocas personas que no hayan podido tener una plaza en el momento en el que la solicitaron. En estos casos se le hace un seguimiento y tienen acceso al resto de servicios. Cada noche se atiende a unas 75 personas, entre el pabellón y las pensiones.

El alcalde aseguró que había quedado sobrepasado por la llegada de gente de municipios vecinos. ¿Se han sentido solos por la falta de un servicio similar en otras poblaciones?

Es que estamos en un momento de mucha excepcionalidad y la rotación entre municipios es poco recomendable.

¿Cómo valora la Xarxa de Suport Solidari?

Muy positivamente. Es una plataforma que a partir de la base inicial ha articulado nuevas propuestas. Junto con el pabellón son modelos que nos han pedido replicar otras ciudades, ya que a parte de dar un recurso a las personas que lo solicitan, permite canalizar la solidaridad que ha surgido en estos momentos.

¿Se ha conseguido el objetivo de que nadie se quede desatendido en estos momentos?

Es el gran objetivo y esperamos que así sea, pero es un reto constante. Cada día debemos anticiparnos para detectar las nuevas necesidades y en el contexto actual, tanto esta parte como la difusión, se hace más compleja. Hacemos todo lo posible para que llegar a todo el mundo.

¿Hay colectivos que aún les preocupan?

Ahora el gran foco de atención son las personas mayores, que son las más vulnerables a nivel de afectación del virus y que pueden serlo también a nivel económico, de apoyo social y de atención.

¿Qué se hace?

Hemos mantenido y ampliado los servicios que ya ofrecíamos y aspectos como la teleasistencia se han reconvertido, de forma que se llama cada día a las personas para asegurarnos de que estén bien. El objetivo es detectar las necesidades con anticipación. Es una de las áreas que reforzaremos con las nuevas personas que contrataremos.

¿Se reforzará la plantilla?

Vivimos una situación de mucha emergencia, que crea una nueva realidad, en la que los servicios sociales cogen un gran protagonismo y deben dar la talla. Para ello debemos reforzar el equipo y se han iniciado los trámites para la contratación de 16 personas, y una parte de este equipo reforzará la atención a los mayores.

La partida presupuestaria en medidas de urgencia supera los 200.000 euros. ¿Hasta cuándo prevé que les llegue?

Los primeros 100.000 nos duraron un mes, lo que prevemos que nos permitirá cubrir otro mes. Para todo el año teníamos prevista una partida de 390.000 euros y casi llevamos gastada la mitad.

Obligará a revisar los presupuestos.

Sí, está claro que habrá que hablarlo de nuevo.

¿Qué es lo que pondrá encima de la mesa cuando empiecen a hablarlo de nuevo?

De momento lo gestionaremos con el dinero del IMSS, porque tenemos una parte de los servicios presenciales que podemos destinar a esto. Nos da un poco de margen. Pero tengo la seguridad de que los servicios sociales serán prioritarios y no creo que haya problemas. A parte estamos pendientes de que pueda utilizarse el superávit, lo que nos iría muy bien.

¿Habrá que incrementar el presupuesto del IMSS?

Aún no lo sabemos, porque puede haber muchos escenarios en función de la duración de esta crisis, de las ayudas que puedan aportar otras instituciones o de la reactivación económica. El futuro es incierto pero la prioridad será estar al lado de la ciudadanía.

¿Deberán paralizarse inversiones para destinar más recursos a servicios sociales?

Las inversiones son una forma de reactivar la economía y puede ayudar a la ciudad. No soy partidaria de ello.

¿Cómo debería hacerse el desconfinamiento?

Hay que mantener la responsabilidad, la solidaridad y el civismo que ha demostrado la ciudadanía. A partir de ahí creo que es bueno el planteamiento de que, si hay alguna medida que no es positiva, dar marcha atrás. Estamos delante de un escenario desconocido y hay que escuchar a los expertos.

¿Es necesario que los niños puedan salir?

Es una buena medida para descomprimir psicológicamente a una parte de la población para hacer más llevadero lo que queda.

Actividades como ir a conciertos, a la playa o a una terraza, ¿cómo se verán alteradas?

Deberá analizarse por separado, pero ahora mismo no sabemos cómo podrá hacerse.

¿Es precipitado el debate de si habrá Sant Magí y Santa Tecla o hay que ser realistas?

Hay que prever los diferentes escenarios, pero lo más importante es la seguridad de las personas.

¿Hay que ampliar el Gobierno para afrontar el nuevo escenario?

Es el momento de gobernar y de pensar en el bien común. Los planteamientos partidistas ahora han quedado en un segundo plano.

Cuando se habla de Pactos de la Moncloa y de grandes coaliciones, ¿lo ve posible en Tarragona?

La unidad es necesaria y creo que todos queremos que esto salga bien, independientemente de nuestras posiciones. En general ha habido un consenso.

Junts per Tarragona se ofreció para entrar en el Gobierno. ¿Se sentiría cómoda?

Las políticas e ideas que tenemos para la ciudad es lo primordial. A partir de ahí pueden analizarse los diferentes escenarios.

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