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    Así vivió Tarragona el conciertazo de Serrat

    Serrat triunfó la noche del martes en la Tarraco Arena ante un público entregado desde el primer minuto del concierto. El ‘noi del Poble Sec’ repasó su trayectoria con una cuidada escenografía que amenizaba cada canción

    10 agosto 2022 16:45 | Actualizado a 10 agosto 2022 17:24
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    Tras dos horas y dos bises, Joan Manel Serrat puso el broche de oro, la noche del martes, a su concierto con Paraules d’amor, una de sus canciones más emblemáticas. No podía haber elegido mejor punto y final porque un idilio es lo que hubo entre el ‘noi del Poble Sec’ y el público que llenaba por completo la Tarraco Arena.

    Serrat repasó su trayectoria de seis décadas en la música al ritmo de 24 canciones. Pero también supo interactuar en todo momento con el público.

    Tras la canción de apertura (Temps era temps), Joan Manel quiso «dar las gracias personalmente a cada uno de ustedes»... «pero igual mejor por grupos: ‘gracias’, ‘gracias’, ‘gracias’», añadió, despertando las risas de los asistentes. Agradecer a sus fans la fidelidad de tantos años es precisamente uno de los motivos de su gira de despedida, ‘El vicio de cantar’.

    El artista tiró de ironía: «Este no es mi último concierto. Cada día queda uno menos, pero este no es el último. Si no llego al final, siempre podrán presumir de que estaban aquel día que... Si pasa eso, no les devolveremos ni un duro, pero podrán guardar las entradas y presumir». De nuevo las risas llenaron el escenario de la Tarraco Arena.

    $!El concierto duró dos horas. FOTO: PERE FERRÉ

    Siguió Serrat con una petición al público: «Dejen de lado la nostalgia y la melancolía y concéntrense en el concierto porque todo lo que nos queda es futuro». Ovación. Una de las muchas que recibió en el concierto.

    El público estuvo entregado desde el primer minuto. Es tal el respeto y el cariño que suscita que se le perdona todo. Si es que hay algo que perdonar.

    «Serrat estuvo muy bien. Se nota que sigue siendo uno de los grandes. Empezó flojo, con canciones poco conocidas, y nos preocupó a todos su voz, pero cuando cogió la guitarra las cosas cambiaron mucho», dice uno de los asistentes al concierto, el catedrático de Economía Aplicada de la URV Agustí Segarra.

    «Acompañado de siete músicos muy buenos, un diseño diferente para cada canción y una plaza en la que no había ninguna silla vacía se fue metiendo a todos en el bolsillo. Fue un gran espectáculo», sigue Segarra.

    La responsable de la Librería Adserà, Gertri Adserà, sostiene que «se le veía cansado, la edad no perdona, pero precisamente por esto se valora más el esfuerzo de la gira, una gira de diez».

    Adserà coincide con Segarra en la calidad de los músicos que acompañaban a Serrat: «El concierto fue muy emotivo por el sentido de despedida. Y también por los dos pianistas que lo han acompañado siempre. La violinista tenía una voz preciosa. ¡Qué descubrimiento!. Son cantantes que valoran a su equipo, se saben hacer próximos y se les quiere». Adserà alude a Úrsula Amargós que compartió con Serrat la canción ‘Es caprichoso el azar’.

    Para la presidenta del Ecce Homo, Elvira Ferrando, y su marido y secretario de la Congregació, Pere Ramon Armesto, el momento más emotivo del concierto fue «el broche final donde pudimos retornar y agradecer a Serrat con nuestra presencia y aplausos, los cientos de buenos momentos que hemos vivido, sentido, compartido, disfrutado y compartido con sus canciones».

    A lo largo del concierto, Serrat fue combinando el castellano y el catalán: El teu àngel de la guarda, El carrusel del Furo, Romance de Curro «El Palmo», Señora... fueron las siguientes canciones. Tras esta última, volvió a ‘dialogar’ con el público. «Hace más de 50 años que nos conocemos esa señora y yo y no sé ni como se llama. Los personajes no se hacen nunca viejos», dijo poco después de bromear con los achaques de la edad. «Cada vez me duelen más las rodillas, las cabronas». Más risas y más complicidad con la gente.

    $!El público aplaude puesto en pie al final del concierto. FOTO: X.F

    El feeling seguía con cada melodía. Por ejemplo, para Fina Vidal, «el concierto fue espléndido, con algún momento de descoordinación entre voz y música. La gente estuvo entregada en todo momento. El momento más emotivo para mí fue con la canción Pare y con las Nanas de la cebolla».

    Otra de las personas del público, Lali Amorós, apunta que «fue un concierto excelente y muy cálido. Serrat habló también de su experiencia y de las emociones de su vida. El momento cumbre fue al final, cuando todo el público de la Tarraco Arena se puso en pie para aclamarlo».

    Según Enric Sisternes, otra persona del público, «ninguna canción tiene desperdicio. Cada una evoca las vivencias del cantautor en varios momentos de su vida».

    La conexión con Tarragona le viene a Joan Manel desde niño, cuando cursó estudios en la antigua Laboral, como se recordó en una crónica pelacanyes publicada el 28 de noviembre del año pasado. La canción Decir amigo recuerda aquellos días. Serrat obtuvo el título de tornero fresador, pero, por suerte para el mundo, se dedicó a la canción.

    Maria Esther Fernández destaca que «había familias enteras: abuelos, padres y nietos. Son muchos años. Serrat ha marcado sus vidas con sus canciones».

    Tras Señora, vinieron Seria fantàstic, Me’n vaig a peu, Es caprichoso el azar, Algo personal y Cançó de matinada. Entre estas dos últimas canciones, una mujer gritó un «Te queremos, Joan Manuel», a lo que otra añadió «mucho» y una tercera un «¡guapo!». Fueron tres de las muestras de cariño que se sucedieron.

    $!La canción ‘Temps era temps’ sirvió para abrir el concierto. FOTO: PERE FERRÉ

    Otro de los momentos emotivos fue cuando Serrat recordó la figura del poeta Miguel Hernández, encarcelado por el franquismo y muerto en la cárcel de Alicante con tan solo 31 años. Fue la introducción a Las nanas de la cebolla, que precedió a otra de las canciones más recordadas de Serrat: Para la libertad.

    Cada una de las canciones iba acompañada de imágenes. Por ejemplo, cuando sonó Mediterráneo las instantáneas de tradiciones, paisajes y gastronomía se mezclaron con las de un joven intentando saltar una alambrada o de otros en patera. Serrat ha colaborado con la ONG Open Arms que rescata inmigrantes a la deriva en el Mediterráneo.

    Tras Para la libertad, Serrat interpretó Cançó de bressol, inspirada en una canción aragonesa que le cantaba su madre. «Se dedicaba a sus labores lo que quiere decir que trabajaba como una mula», recordó, en medio de la enésima ovación.

    Barcelona i jo, No hago otra cosa que pensar en ti, Hoy puede ser un gran día, Pare, Mediterráneo y Cantares fueron las últimas canciones antes de los bises. Tras Cantares, los aplausos a Serrat y sus músicos se prolongaron durante minutos hasta que Serrat tomó de nuevo el micrófono y sus compañeros los instrumentos para interpretar El meu carrer, Fiesta y Paraules d’amor. «Hasta siempre. Ha sido un placer haberos conocidos», se despidió Serrat. No, Joan Manel. El placer ha sido nuestro.

    Para ver la historia de Serrat en la Laboral

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