El sol empieza a esconderse, son casi las ocho de la tarde y una gran pantalla empieza a levantarse en medio de la playa de La Móra. Desde la otra punta, mucha gente comienza a acercarse, algunos por curiosidad y otros, que ya saben de qué se trata, rápidamente, colocan sus toallas y sillas para escoger el mejor sitio y así disfrutar de una nueva sesión de Cinema a la Fresca: «Hemos llegado a las ocho para coger sitio en primera fila y poder disfrutar de la peli», comenta Andreu, uno de los primeros en llegar.
«La semana pasada ya vinimos y nos encantó la experiencia», añade el joven. A escasos metros, se encuentran tres mujeres que, como Andreu, nos comentan que esta es su segunda vez: «La semana pasada nos gustó mucho y hoy hemos venido a media tarde, nos hemos traído la cena y ahora nos quedaremos a ver la peli», señala Marga.
Jóvenes, mayores, con amigos, en pareja o en familia. Un público muy diverso y que, a pesar de que algunos ya han visto el film, aseguran que la película en sí, es lo de menos: «La película me es indiferente, lo que me gusta es el plan, el ambiente... Si lo hicieran más veces vendría», nos comenta Aina. «La situación, el ambiente, el mar de fondo, todo es especial», afirma Marga, que, convencida, asegura que «clarísimamente volverían».
Cinco Lobitos era el largometraje seleccionado para la segunda noche de cine en la playa. Un evento que ha tenido «muy buena acogida» y que a «sorprendido» a todo el equipo: «Estamos muy contentos, la verdad, ha sido una experiencia muy positiva, hemos tenido muy buena acogida en la primera proyección de la primera temporada. Nos ha sorprendido», afirma, Julina Espadano, directora de Cinema Lliure a la Platja.
Uno de los objetivos de la entidad, afirma, es dar visibilidad a la producción local y de calidad: «Muchas veces no llegan a las salas comerciales y si llegan están pocas semanas». Otro de los objetivos, señala Juliana, sería el de «visibilizar las obras realizadas y dirigidas por mujeres».
Cinco Lobitos es un largometraje, dirigido por Alauda Ruiz, que trata sobre las relaciones familiares: «Creemos que tiene un mensaje muy bonito y la gente la disfrutará mucho viéndola en este maravilloso lugar».
Después de hablar con todos ellos, la playa se ha convertido en una sala de cine, repleta de sillas y toallas, donde muchas personas esperan a que el último rayo de sol se esconda y así poder ver la película a la perfección.
No obstante, cada vez hay más gente y muchos optan por colocarse fuera del recinto e invadir el paseo. Muchos de ellos, aseguran que desconocían esta actividad, pero al verla, no han dudado en quedarse: «Veníamos a pasar unos días de vacaciones, hemos venido a dar una vuelta y a cenar y nos hemos encontrado con esta agradable sorpresa. Una iniciativa muy buena y bonita».
A pesar de ser la decimosegunda edición de Cinema Lliue, esta es la primera vez que se realiza en Tarragona, de la mano del Patronat Municipal de Turisme. El movimiento empezó en 2015 y desde entonces se ha expandido por otras ciudades del litoral catalán y por Mallorca.
Son las diez y empieza la película. Todo el mundo se muestra atento a lo que va sucediendo. De fondo, se aprecia el sonido de las olas. Lágrimas a flor de piel y mucha emoción es lo que desprende esta segunda sesión.
«Buscábamos un plan y hemos venido. Nos está encantando la experiencia, volvería la semana que viene. Ojalá se vuelva a repetir», afirman Laura y sus amigas, que como la mayoría de asistentes no quieren que la noche termine. Aftersun cerrará el próximo lunes esta primera experiencia de cine en la playa.
