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El Grupo Municipal de Convergència i Unió en el Ayuntamiento de Tarragona critica la colocación de urinarios de pie –sólo aptos para hombres– en diversos espacios de la ciudad, «muchos de ellos emblemáticos, como en la entrada de La Murallas , el Passeig de les Palmeres y junto al Balcó del Mediterrani» según remarcó ayer el portavoz de la formación independentista, Albert Abelló, quien considera que este tipo de instalaciones son «una falta de respeto y un menosprecio a la historia y al patrimonio de la ciudad».
«Es inadmisible que junto a la entrada de uno de los principales monumentos históricos de Tarragona, como es La Muralla, la gente pueda orinar en la calle y a la vista de todo el mundo», manifiestel máximo representante convergente, quien lamenta que «hayamos vuelto a topar con un ejemplo más de la forma de gobernar socialista, desde la dejadez y la falta de ambición».
Según el líder de del partido soberanista, «con estas actuaciones, parece que se quiera hacer de Tarragona una ciudad de perfil bajo, en lugar de hacerla una ciudad puntera y modélica de la que los tarraconenses nos sintamos orgullosos».
Abelló fue más allá y considera que la colocación de estos urinarios «no es, en absoluto, la solución a los problemas de incivismo que sufre la ciudad». Para el que fuera candidato a la alcaldía el pasado 24 de mayo «no se puede abordar la solución al incivismo poniendo urinarios. La solución debe pasar por hacer cumplir la ordenanza de civismo que actualmente está vigente», concluyó el portavoz convergente en el Saló de Plens.
Polémica también en BCN
Se da la circunstancia de que, precisamente, la pasada semana también hubo polémica en Barcelona por un tema similar, que también denunció el grupo municipal de Convergència i Unió de la administración municipal. El Ayuntamiento de la Ciutat Comtal retiró el pasado 7 de agosto un urinario portátil ubicado junto a la fachada del Born Centre Cultural.
La instalación de este servicio suscitó un alud de críticas desde sectores independentistas que lo consideraronn una profunda falta de respeto. El consistorio respondió desplazando los WC a una esquina opuesta de la calle Comerç.
