«Si hubiéramos contado con un lugar como este hace 25 años la vida de nuestra familia habría sido muy diferente», opina José (nombre ficticio para proteger su intimidad). Él y su madre han quedado esta mañana en una dependencia de Serveis Socials de Campclar para hablar con Francisco ‘Paco’ Castells psicólogo, educador social y orientador familiar. Las heridas emocionales que les provocó la muerte de su hermana en un accidente cuando apenas tenía 24 años todavía hoy siguen marcando sus vidas.
La sesión a la que acuden forma parte del Servei d’Orientació i Acompanyament a les Famílies (SOAF) que puso en marcha el pasado mes de septiembre el Institut Municipal de Serveis Socials (IMSST). Es un servicio gratuito y universal al que puede dirigirse cualquier familia de la ciudad sin necesidad de ser usuaria de Servicios Sociales.
Se trata de un acompañamiento integral. Las consultas estrella tienen que ver con las dificultades en la educación de los hijos tanto niños como adolescentes, pero también problemas de convivencia y, como en este caso, situaciones de duelo.
En el caso de José llegaron al servicio cuando su madre tuvo un intento de suicidio. Ella tiene seguimiento a través del hospital y el está en tratamiento por un trastorno bipolar, pero aquí han tenido por primera vez la oportunidad de conseguir ayuda en familia. También han tenido sesiones con su otra hija.
María (nombre ficticio también) explica que las sesiones les están ayudando «nos hemos abierto bastante», señala. Ella coincide en que cuando su hija murió de forma trágica ninguno tuvo asistencia psicológica. A su marido, de hecho, le diagnosticaron depresión mayor a los tres años. Esta mañana, no obstante, durante la conversación aparecen las lágrimas, pero también se ríen recordando anécdotas.
El reto de criar
Para acceder al servicio hay que llamar para pedir cita. En principio se trata de seis sesiones que se realizan en la sede de servicios sociales más cercana a la persona o familia que la necesita. A las sesiones puede acudir toda la familia según el caso. En estos primeros meses el perfil mayoritario de los que acuden son familias monoparentales.
Tienen, además, relación con el resto de servicios que hay en la ciudad en centros sanitarios, escolares o de Servicios Sociales, lo que permite orientar y acompañar a los usuarios si necesitan otro tipo de ayuda. El servicio, de hecho, entra dentro del contrato programa del Ayuntamiento de Tarragona con la Generalitat de Catalunya.
Servicio comunitario
Además de la atención directa, el SOAF ofrece también talleres comunitarios de prevención, especialmente en llars d’infants, escuelas, institutos. Pueden tratar temas como formas de potenciar la autoestima, poner límites, inculcar hábitos saludables, gestionar conflictos o la relación con las nuevas tecnologías entre otros. En resumen, una compañía para hacer más llevadera la frase que proclama que los hijos vienen sin manual de instrucciones.
