Manel Fernández, profesor de Economia y Empresa en la UOC, resulta ser una de esos muchos trabajadores que han decidido teletrabajar desde su segunda residencia, Torredembarra. Él ya lo lleva haciendo muchos años y la buena acogida por parte de la sociedad no le sorprende. «La segunda residencia es un espacio de ocio que te hace sentir más predispuesto a trabajar. Yo lo recomiendo y la estadísticas dicen que la gente que teletrabaja, produce más. Además, se trata de un espacio más agradable para la familia».
Teletrabajar en la segunda residencia se ha convertido en una nueva alternativa laboral que ha llegado para quedarse, ya que «permite encontrar un espacio de confortabilidad en el que poder trabajar». El Sociólogo en el trabajo ya lleva varios años teletrabajando y en esta última etapa lo hace desde que estallará la crisis del Coronavirus: «Yo llevo trabajando desde marzo en mi segunda residencia que está en Torredembarra y probablemente lo seguiré haciendo en septiembre».
Para Manel Fernández, el teletrabajo en las segundas residencias ha tenido tanto éxito entre los trabajadores debido a las múltiples ventajas que ofrece. «La gente se planteó seguir teletrabajando buscando la comodidad. Eso sí, se recomiendo que hay informar a la empresa antes de ello, ya que estamos en un momento con muchos vacíos legales, ya que se está creando una nueva normalidad de trabajo».
A la hora de encontrarle ventajas al teletrabajo desde el lugar de verano, Fernández no lo tiene claro aunque reconoce que «hay trabajadores que trabajan más horas para compensar la ausencia en la oficina. Es decir, el trabajador está más interconectado, pero esto es más un problema del cambio de modelo que del teletrabajo».
Además, el profesor de Economia y Empresa de la UOC reconoce que el teletrabajo en segundas residencias está provocando que muchas zonas desconectas de España se estén teniendo que digitalizar a marchas forzadas: «Es cierto que a nivel todo el estado hay zonas que tienen problemas por cuestiones técnicas, pero una de las cosas que ha provocado este cambio de modelo organizativo, es que hay zonas que han acelerado su proceso de adaptación al nuevo mundo tecnológico».
Todos estos argumentos permiten a Fernández afirmar sin tapujos que el teletrabajo tanto en la primera como en la segunda residencia ha llegado para quedarse: «Estoy convencido, ya que ya que la gente podrá decidir donde vive y se podrá ir del centro de las ciudades y podrán gestionar mejor el tiempo. Será un cambio en el modelo territorial».
Al igual que Fernández, Carlos, nombre ficticio, es otro ejemplo de teletrabajo en segundas residencias que se ha implantado en la provincia desde julio. Carlos habita habitualmente en Salou, pero cuenta con una segunda residencia en Santa Bàrbara, un pequeño pueblo tarraconense situado en la comarca del Montsià en el que suele veranear.
En este escenario es donde ha teletrabajado durante las últimas semanas. Ejerce como periodista y lo cierto es que su adaptación al que ha sido su lugar de trabajo durante unos días ha sido muy positiva: «Ha sido una buena experiencia. Aunque uno realmente lo que quiere es desconectar por completo en las vacaciones, olvidarse de todo el trabajo, como si no existiera y poder disfrutar solo de los días de fiesta. Pero en la cabeza sigues teniendo el trabajo y en buscar soluciones a temas pendientes. Ha sido cómodo en parte porque trabajas desde tu lugar de descanso y lo puedes compaginar de alguna manera.
Sobre como es trabajar y disfrutar de las vacaciones en el mismo contexto, Carlos tiene claro que no es lo ideal, aunque es consciente de que es algo que puede convertirse en rutina durante los próximos veranos: «Teletrabajar y disfrutar de la casa de veraneo se puede hacer y se hace, pero todo a medias. El teletrabajo se hace pero lo de disfrutar de la casa de veraneo... Eso ya es otra cosa. No al menos como hacía antes. Eso ha cambiado y creo que ha llegado para quedarse, aunque no debería ser así».
Los datos refrendan que el teletrabajo en segundas residencias es una alternativa con muchas opciones de convertise en una firme realidad en los próximos veranos. Sin ir más lejos, en julio se incrementó en un 36% el tráfico del móvil respecto a enero, cota que habitualmente llegaba más entrado el verano, es decir estas fechas, dándose el máximo en el puente de agosto.
Además, según recogen los datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), el 48’8% de los negocios ha utilizado el teletrabajo y el 15’1% ha incrementado el nivel de digitalización.
Se podría decir que el teletrabajo ha sido el embrión de una nueva alternativa en el mundo laboral. Con la llegada de los meses de verano, muchos trabajadores no solo han apostado por seguir trabajando desde casa, sino que han dado un paso más y han aprovechado sus segundas residencias para completar su jornada laboral desde ahí.