Los chicos contienen la respiración unos segundos, pero enseguida llega alivio cuando Raúl, un usuario del Centre de Paràlisi Cerebral La Muntanyeta, consigue coger la especie de bola que le han construido y pintar con ella su nombre. El artilugio ha sido creado desde cero por parte de este grupo de alumnos de tercero y cuarto de la ESO del Institut Sant Pere i Sant Pau a partir de las necesidades que les había descrito el propio Raúl.
Ha sido en el marco del Projecte Hèlix, impulsado por la Fundació Tarragona Smart Mediterranean Region y el Programa d’Innovació Pedagògica STEAMcat del Departament d’Educació de la Generalitat. Con este proyecto los jóvenes han recibido formación teórica y práctica que les ha permitido diseñar artefactos que mejoren la calidad de vida de personas con discapacidad y, posteriormente, imprimirlos en tres dimensiones.
La bola para pintar con una punta de color intercambiable de este año es una evolución de lo que hicieron el año anterior, cuando diseñaron otro artilugio para coger el lápiz. Gracias a aquel objeto Raúl pudo escribir a mano por primera vez.
La otra serie de piezas que han diseñado esta vez tienen por objetivo mejorar el material con el que jugar a Boccia, un deporte con bolas que practican en especial personas en silla de ruedas. En algunos casos, como no existe una material específico, los deportistas se las ingenian adaptando utensilios de cocina.
Angels Estupinyà, directora del Centre Ocupacional Gresol La Muntanyeta, cuenta que, aunque ya existen materiales adaptados en el mercado, la peculiaridad de los que han hecho estos alumnos de instituto radica en que son a la medida de los usuarios y se tienen en cuenta condiciones como la presión que puedan ejercer o la fuerza que tengan.
Además, explica, desde el punto de vista social, a los usuarios también les ha venido muy bien el contacto con estos jóvenes. De hecho, los alumnos se mueven con confianza por el centro y conocen a los usuarios por su nombre. Raúl, sin ir más lejos, les invita a un ensayo del grupo de música del que forma parte.
El orgullo del trabajo
Fernando, uno de los 12 alumnos participantes, cuenta que esta experiencia le ha proporcionado «mucha alegría y mucho orgullo al ver que has hecho algo que funciona y que ayudará a otros». Raúl, a su lado, señala que este proyecto le había demostrado lo que es la planificación y proponerse metas: «No es hacerlo y ya está». Mientras, Lais apunta: «Y tienes que ponerle imaginación».
La formación de los alumnos ha ido a cargo de Petits Enginyers y cuenta con la colaboración de la Cooperativa Combinats, la Diputació de Tarragona, el Institut Municipal d’Educació de Tarragona y la Xarxa de Centres Cívics de la ciudad. Este año se han sumado, además, los institutos Josep Tapiró, de Reus, y el Institut del Morell.