Las excavaciones arqueológicas en la zona de la escena del Teatre Romà de Tarragona han desembocado en un hallazgo que permite los investigadores continuar dibujando la evolución de la antigua Tarraco. En este espacio del teatro han encontrado la parte posterior de un almacén portuario de dimensiones considerables. Los trabajos han determinado que seria del siglo I a.C. y se derrocó, precisamente, para construir el teatro. Esto supuso "la mayor intervención urbanística de la historia de Tarragona", que implicó desplazar infraestructuras portuarias hacia el río Francolí para permitir una redefinición de la ciudad. La Generalitat también ha avanzado que hacia finales de año se hará un proyecto para abrir más el espacio al público.
A finales de enero empezaron unas excavaciones a la 'hyposcaenium' del teatro, la parte semisubterrània donde se apoyaba la tarima del escenario. Los trabajos han permitido encontrar "una fase constructiva anterior y elementos que ayudan a entender mejor como se construyó y el cemento sobre el cual se sustenta la escena", ha explicado el director de las excavaciones arqueológicas, Jacinto Sánchez. En esta etapa previa había este almacén, delimitado por "dos grandes naves que se abren hacia el sur". La construcción se encontraba a un nivel inferior al teatro y correspondería con el de la zona de la playa, situada aproximadamente a unos 150 metros. Para hacer el teatro, pues, se abocó arena, tierra y otros materiales para elevarlo un poco y así aprovechar la pendiente de la roca próxima para colocar parte del graderío.
De las dos naves del almacén, el occidental tiene unos 7,5 metros de anchura, mientras que la longitud se hace difícil de saber porque actualmente queda por debajo de una calle. Una cosa similar pasa con la nave oriental, de la cual solo se ha podido excavar una parte. Con todo, los investigadores han afirmado que se trataba de un almacén que probablemente guardaba productos llegados desde la península Itálica por mar, como óleo, vino o cerámica. Su existencia se ha fijado en el siglo I a.C. y se estima que estuvo en funcionamiento como mucho un siglo.
Por los técnicos, esta zona portuaria "es la que vio el emperador Augusto cuando fue a Tarraco", entre los años 26 y 25 a.C.. "Augusto no ve el teatro, pero lo concibe", han señalado. Su voluntad de potenciar Tarraco como ciudad de referencia de Hispania implicó "la mayor intervención urbanística de la historia de Tarragona". Para hacer el teatro hizo falta reorganizar la zona portuaria, que se amplió y desplazar en dirección al río Francolí. También se tuvo que urbanizar la zona próxima y se derrocó un acueducto, para facilitar el acceso a la equipación desde otros puntos de la ciudad, como el Foro de la Colonia, centro neurálgico de la vida de Tarraco. La construcción del teatro supuso pues, el inicio de la unión entre el mar y la actual Parte Alta, donde había el Foro Provincial, el espacio destinado en los edificios administrativos de la provincia Tarraconense y que también acabó acogiendo el templo en honor a Augusto.
Nuevo proyecto de adecuación para visitas
Las excavaciones se alargarán todavía entre una y dos semanas más. La directora del Museo Nacional Arqueológico de Tarragona, Mònica Borrell, ha indicado que de cara al futuro "no hay previstas nuevas excavaciones". Lo que sí que se quiere impulsar desde la Generalitat, titular del monumento, es plantear un proyecto durante este 2020 que permita "adecuar el espacio para las visitas", según ha indicado Josep Manuel Rueda, director de la Agencia Catalana de Patrimonio Cultural.
"Queremos organizar temas de circulación de visitantes, poner señalización y asearlo un poco; no planteamos una gran intervención", ha definido. La intención es conseguir una subvención a partir del 1,5% del ministerio de Cultura y ejecutarlo a partir del año próximo. Mientras tanto se continuarán haciendo visitas concertadas los domingos por la mañana. La gran obra tiene que acabar siendo la construcción de un parque arqueológico de todo el ámbito. Un proyecto a largo plazo que todavía está al abecé.