El 80% del transporte de viajeros de Tarragona ve peligrar su continuidad

La facturación en el transporte de personas se ha hundido un 90%, mientras que siete de cada diez empresas han hecho despidos. El sector pide rebajas de impuestos y ayudas de la UE

14 julio 2020 19:10 | Actualizado a 15 julio 2020 11:37
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El 80% de las empresas de transporte de viajeros de Tarragona está viendo peligrar su continuidad. Es uno de los datos negativos que recoge una encuesta interna de la Federació d’Autotransport de Tarragona (FEAT), sobre una muestra representativa de las más de 700 empresas afiliadas, con una flota de unos 5.000 vehículos asociados. La encuesta radiografía el sector y pone de manifiesto que la facturación se ha reducido, de media, un 37,5%, un porcentaje que se agranda hasta el 90% en el sector del transporte de viajeros, el más castigado durante la pandemia. Un 72% de las empresas de este sector ha tenido que hacer despidos.

La FEAT quiere relanzar la entidad e incrementar la actividad después de los meses de confinamiento. La federación pretende iniciar una nueva etapa para prestigiar el trabajo que hace el sector del transporte de pasajeros y mercancías en las comarcas de Tarragona. El presidente de la federación, Francesc Domènech, remarcó que la crisis sanitaria ha puesto en evidencia qué sectores son absolutamente necesarios y cuáles no, y que hay que dar a conocer a la ciudadanía el papel del transporte, un sector a menudo «incomprendido» y «ignorado».

Para revertir esta percepción negativa, la FEAT ha actualizado la imagen corporativa y ha puesto en marcha una campaña promocional, a través de anuncios en las redes, a fin de proyectarse mejor.

El traslado a fábricas ha sido el único ámbito que ha aguantado durante estos meses

Para calibrar la realidad del sector después del primer envite de la pandemia del coronavirus, la FEAT ha llevado a cabo una encuesta interna a través de la cual se ha podido saber que el transporte de pasajeros –ahí se incluyen autobuses de escolares, turistas, trabajadores– ha sido el más «duramente golpeado» durante la pandemia, según expuso el director del ente, Josep Lluís Aymat. Así, si la reducción de la facturación en transporte de mercancías ha sido del 29%, en pasajeros ha caído hasta el 90%, de media.

El 76% de estas empresas –habitualmente pequeñas, con tres o cuatro vehículos– ha presentado un ERTE y el 72% ha despedido trabajadores. «Usar los ERTE ha sido básico para evitar despidos masivos, y aún así en el sector de viajeros el 72% de las empresas ha tenido que despedir a personal, lo que da una idea de cómo está sufriendo este sector» denuncia Aymat.

Otro dato contundente y más que preocupante que ilustra la situación actual: un 80% voz peligrar su pervivencia como empresa. «Son datos aterradores», dice Aymat. «Esto ya no se puede considerar crisis, sino catástrofe», añade. A los encuestados también se les ha preguntado por medidas que podrían ayudar a relanzar el sector y todos ellos ha coincidido en dos acciones: bajada de impuestos y ayudas directas a fondo perdido por parte de la Unión Europea. El Camp de las Terres de l’Ebre configuran un territorio con fuerte peso del turismo, una particularidad que ha hecho sufrir especialmente a los transportistas de viajeros de las comarcas tarraconenses. Si la dependencia del sector turístico ha resultado negativa, la otra cara de la moneda ha sido la industria química, con un mejor comportamiento, contribuyendo a la actividad del sector.

Las empresas de transporte de mercancías son las que han utilizado menos los ERTE y los despidos, dado que su actividad «no ha bajado tanto», y su estructura, básicamente de microempresa, «no puede usar estos mecanismos tan fácilmente como otros sectores». Aymat añade que el 8,71% de reducción media de los precios del transporte de mercancías se debe «en buena parte a la bajada del precio del gasóleo, y si no han bajado más es porque los precios anteriores a la crisis ya eran muy bajos».

Buena parte de las plantillas continúan en ERTE, a la espera de una mayor recuperación

Cada empresas es un mundo, pero la mayor parte de ellas relatan una situación dura que se prolonga desde marzo. Un ejemplo es Nika. «Hemos vivido alguna reactivación de rutas de talleres, transportando a personas con alguna discapacidad. Y se ha mantenido el trabajo de fábrica. Pero nada más. La flota está parada, los buses en las naves parecen un tetris, cada uno colocado al lado del otro», explica Elisa Miquel, la gerente.

Sin turismo

El turismo, en otros años una salvación, apenas se nota. «No vienen ni rusos ni ingleses, y eso se percibe. Y el turista de proximidad no solicita nuestros servicios porque suele venir con vehículo propio», añade Miquel. Nika ha podido ir desafectando a algunos empleados del ERTE, pero no hay esperanza ni en julio ni en agosto. La mirada está puesta más allá. «Tenemos peticiones de cara a septiembre, con el reinicio del curso. Tenemos los contratos suspendidos con la administración. Sabemos que el mes de julio, que era muy fuerte para nosotros, está perdido, igual que agosto. Nuestra esperanza es la vuelta a los colegios de septiembre».

Algo más optimista es José María Chavarría, gerente de Hife, empresa de Tortosa. La compañía se recupera progresivamente, a rebufo del turismo nacional pero con el corazón en un puño por los rebrotes. «Vamos a poco a poco. Hacemos líneas regulares, conectando el País Vasco, Navarra, Madrid, Aragón y la Comunitat Valenciana con el Ebre y toda la Costa Daurada», explica Chavarría. Este año, la empresa mantiene un 75% de la oferta, aunque la ocupación de las líneas ronda el 60% en plena temporada alta. Los rebrotes también causan un serio perjuicio: «En la frontera de Aragón con Catalunya ha habido rebrotes y, evidentemente, una línea como Lleida-Salou ahora está parada». Chavarría admite que los tiempos son de incertidumbre: «Por un lado, soy optimista porque pienso que podíamos haber caído más y creo que el turismo nacional aguantaría, pero, por el otro, tenemos ese miedo a los rebrotes. Cualquier situación puede influir. Vivimos en la provisionalidad».

La FEAT ha decidido emprender una medida solidaria a través del Banco de Alimentos de las Comarcas de Tarragona, que atiende a 29.000 personas al día. Feat pide a sus más de 700 asociados que aporten, de manera voluntaria y siempre que puedan, la cantidad de un euro mensual añadido a la cuota que pagan. Este dinero recogido se dará a la entidad.

También en la defensa del sector del transporte, la FEAT interpondrá esta semana un recurso contencioso ante el Supremo contra los nuevos criterios que aplica la Inspección Técnica de Vehículos, puesto que ahora no se contabiliza el periodo de validez desde que el vehículo pasa favorablemente la inspección, sino desde la fecha de la última inspección que conste en la ficha técnica. «Hay que dar un puñetazo sobre la mesa, queremos que se vuelva al criterio anterior y se dialogue con los sectores afectados», sostiene Aymat. Las empresas de transporte llevan los vehículos en una ITV en el término de Reus. «Está todo colapsado y tendríamos que tener prioridad para poder hacer servicios en Europa», concluye.

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