Siurana, el Montsant, Sant Simplici y la desembocadura del Gaià son tan solo algunos de los rincones que pueden apreciarse en la exposición de fotografías que ayer se inauguró en el Pati Jaume I del Ayuntamiento de Tarragona. Una muestra que sirve para conmemorar los veinte años del Grup d’Amics de Toni Achón (GATA) - Ecologistes de Tarragona, que reunió buena parte de la nutrida base social de esta entidad.
De hecho, esta organización cumplió su veinte aniversario en 2019, siendo esta otra de las celebraciones pospuestas a causa de la pandemia. El presidente del colectivo, Lluís Gurrera, es uno de los socios fundadores que siempre ha formado parte del colectivo. «Surgió de un grupo de amigos que íbamos a caminar y hacíamos excursiones por la montaña», explica. Enseguida se sumaron miembros de otras entidades ecologistas y naturalistas que mantenían un activismo, lo que hizo que muy pronto «surgiera un proyecto con gente de diferentes ámbitos del mundo social y medioambiental muy heterogéneo».
El Grup d’Amics de Toni Achón - Ecologistes de Tarragona adoptó su nombre del activista que en los años setenta ayudó a los grupos más desfavorecidos del barrio de Torreforta y que estuvo muy vinculado al mundo del escultismo, en entidades como la Fundació Alverna. «Fue un activista muy destacado que estuvo en el Gepec antes de morir, hace 24 años», añade Gurrera. Con la voluntad de homenajear al «activismo anónimo» que representó la figura de Achón, el colectivo adoptó su nombre, perdurando de esta forma en la memoria de muchos tarraconenses.
La muestra puede visitarse hasta el once de septiembre y el público puede votar las mejores imágenes
La pandemia ha relanzado la actividad que venía desarrollando esta entidad. En el año 2020 tenía alrededor de una sesentena de socios, una cifra que se ha doblado en estos últimos dos años. «La gente nos premió porque fuimos de las únicas entidades que mantuvimos nuestra actividad, siempre respetando las restricciones que había en cada momento», apunta su presidente. Y estas excursiones han sido una fuente de descubierta de entornos como la Anella Verda, el pulmón verde de Tarragona que para muchos ciudadanos tiene rincones completamente desconocidos. Esto, según Gurrera, ha hecho que «mucha gentes que antes no lo conocía, ahora defienden la necesidad imperiosa de proteger este entorno».
El GATA «no es el típico centro excursionista». Periódicamente se organizan excursiones y una veintena de guías se encargan de las salidas en kayac por el río o el litoral, además de las caminatas, actividades de barranquismo o las salidas en BTT. La estela es el senderismo, aunque estas excursiones siempre tienen un trasfondo reivindicativo que se ha traducido en la participación en las cadenas humanas y demás acciones que protagonizan las entidades medioambientales del territorio. En este sentido, el GATA mantiene estrechos lazos con organizaciones como La Sínia, Aurora, Gepec, Salvem la Platja Llarga, Residus 0 y, recientemente, también con SOS Costa i Camp de Tarragona. «Conocer es querer y de esta forma ha nacido otro activismo medioambiental», asegura el presidente de la entidad.
Este organismo nació en Tarragona, aunque desde los inicios ha tenido la vocación de reivindicar el conjunto del Camp de Tarragona, llegando a públicos de todas las edades. Y, en este sentido, recientemente se han creado las secciones Mini GATA y GATA Jove, con el objetivo de «ensanchar la base» y ofrecer actividades para las familias con niños y a partir de 12 años. Y es que, según reconoce su presidente, el perfil «más habitual» de los socios que forman este colectivo son «mujeres que buscan un espacio para socializarse».
