El nuevo Iot de la playa Llarga costará 50.000 euros al año

Tras un largo proceso judicial que acabó en noviembre, la Generalitat saca a concurso público la explotación del histórico local

22 marzo 2022 18:46 | Actualizado a 23 marzo 2022 06:14
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Tras 35 años de actividad en la playa Llarga, y tres de lucha judicial, el histórico Iot ya mira al futuro. Después de un polémico proceso en los juzgados que empezó en 2018 y que acabó en 2021 con la orden de desahucio por parte del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJCat), la Generalitat pasa página y ayer publicó la convocatoria del concurso público para sacar a explotación uno de los locales más emblemáticos de la zona de Llevant.

El emplazamiento, situado en los bajos del inmueble propiedad del Govern, está vacío desde el pasado 4 de noviembre. Ese es el día en el que el que había sido gestor del inmueble desde 1986 –Josep Maria Donato– devolvió las llaves del recinto a los funcionarios autonómicos, tras perder la batalla judicial que había iniciado a finales de 2018 para intentar prorrogar el permiso que tenía en vigor desde hacía tres décadas y que el Govern consideraba que ya estaba obsoleto, igual que el restaurante que entonces se encontraba en la planta superior: el Tòful de Mar. Este negocio rápidamente acató la decisión de la Generalitat y, desde 2019, el espacio ya está ocupado por la Sardineta. 

760 metros cuadrados
En cambio, el timing con el Iot se ha dilatado mucho más en el tiempo, y no ha sido hasta esta misma semana que el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) ha publicado la licitación del recinto por parte del Departament d’Economia i Hisenda. En el pliego de condiciones se especifica que el uso del espacio será un «bar-restaurante para el público en general», así como que el plazo de concesión será de «diez años desde la fecha de formalización» del contrato. El espacio cuenta 760 metros cuadrados: 258,93 de superficie contruida y 501,58 entre tres terrazas exteriores. Asimismo, entre las condiciones que exige el Govern está el hecho de que el gestor deberá abonar un canon anual «mínimo» de 50.725 euros (4.227 al mes). Esta cantidad, según indicó ayer el Govern mediante una nota de prensa, «es mejorable al alza en las ofertas que se presenten». Sin ir más lejos, el vecino de la planta superior (la Sardineta) paga 59.000 euros al año.   

Entre los requisitos, la Generalitat especifica que, junto con la oferta económica y técnica, se valorarán «aspectos relacionados con la gestión ambiental del restaurante», y que «se tendrán en cuenta los criterios sociales de los proyectos, como la posibilidad de contratar a personas en paro, con discapacidad, o trabajadores de la misma localidad; medidas para garantizar la paridad de género y la conciliación familiar; la capacidad de generar puestos de trabajo indefinidos y de calidad; o el compromiso de contratar proveedores y empresas locales».
Los interesados podrán presentar propuestas hasta las 14 horas del 22 de abril. Posteriormente, la mesa de contratación se reunirá el 12 de mayo –para abrir el sobre del proyecto de adaptación del local y de la explotación– y el 26 de mayo, con la oferta económica. Esto se traduce en el hecho de que el local estará cerrado por Setmana Santa... y que la posible apertura para el próximo verano se decidirá en la photo phinish.  

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