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Superado el luto por la marcha de Alejandro Fernández, el PP vuelve a oler la sangre en Tarragona. Cinco años después del adiós de su histórico líder en la ciudad –que ahora es el presidente y candidato a nivel autonómico–, la formación conservadora ha sobrevivido en la Plaça de la Font a los tsunamis de Ciutadans y Vox, y ya prepara las Municipales de 2023 con una tímida media sonrisa tras el temporal del último lustro.
Lejos quedan el 20% de los votos y los siete concejales de 2011, así como el 11% y los cuatro ediles de 2015. La aparición de competencia en el centro-derecha constitucionalista había dejado muy tocados a los populares, que en las autonómicas de 2017 se quedaron en el 6% de los sufragios, una cifra que se mantuvo en los dos ediles cosechados en unas Municipales de 2019 en las que Ciutadans casi triplicó en sufragios a los de José Luis Martín.
Sin embargo, y contrariamente a la tónica general de la demarcación –en la que se quedó sin representación– y de Catalunya –con solo tres diputados–, los comicios en el Parlament del pasado 14F han supuesto un espaldarazo para el PP en la ciudad. Contra todo pronóstico, Inma Rodríguez logró mejores resultados que Alejandro Fernández en 2017 y que José Luis Martín en 2019, y sumó un 7,7% de los votos que, pese a estar a años luz de los mejores tiempos populares, sí que permite al PP dibujar el futuro con un cierto optimismo... y más ante la evidente descomposición que está sufriendo Ciutadans.
¿El eje del centro-derecha?
Por ello, viendo con palomitas el naufragio de los naranjas tanto en Catalunya como en Madrid y las Cortes Generales, los populares han decidido mover ficha desde ya para volver a ser el eje central del centro-derecha en la ciudad y recuperar, de esta forma, gran parte del voto perdido los últimos años hacia los de Albert Rivera e Inés Arrimadas.
¿Y qué mejor manera de hacerlo que con un regreso a los orígenes? Por ello, José Luis Martín –en el que podría interpretarse como un primer gesto para postularse como alcaldable para dentro de 20 meses– presentó ayer el ciclo de diez ponencias Qüestions capitals que los populares lanzarán a partir de noviembre, y que pondrán el acento en uno de los ejes que se han demostrado ganadores para el PP en la ciudad: la reivindicación de la capitalidad y la «capacidad de gestión demostrada durante tres años».
«Defender que Tarragona es capital no se suplica, sino que se ejerce pese a que la hemos tenido constantemente amenazada desde la Llei de Vegueries de 2009», afirmó ayer Martín, quien denuncia la «decadencia, la inseguridad y la parálisis» actual con Ricomà como alcalde y Aragonès como President. En estas sesiones, parecidas al Fòrum tarragonisme i model de ciutat de 2013, se tratará con la sociedad civil temas como el comercio, la seguridad, el turismo, la cultura, la sanidad o las libertades.
«Queremos aglutinar y trazar estrategias con todos aquellos que piensen que la capital no es solo motivo de orgullo, sino que es incompatible con la resignación o la irrelevancia» destacó un José Luis Martín que ya tiene la mirada puesta en cazar a Ciutadans y bloquear a Vox en 2023. ¿Misión imposible?
