La cúpula nacional del PSC acusa al portavoz municipal del PP en el Ayuntamiento de Tarragona, Alejandro Fernández, de «chantajear» con los Juegos del Mediterráneo de 2017 para lograr que Mariano Rajoy (PP) siga como presidente del Gobierno Central. Así de claro se muestra el portavoz del grupo parlamentario socialista y número ‘3’ del PSC en la cámara legislativa catalana, Ferran Pedret, quien lamenta que el líder de la formación conservadora «utilice el evento como rehén» para lograr una posible abstención del PSOE en la próxima investidura del actual presidente en funciones.
Pedret, persona de la máxima confianza para el primer secretari del PSC –Miquel Iceta–y que también es el primer secretario del PSC en Barcelona, hizo estas declaraciones tras conocer las manifestaciones que Fernández realizó la pasada semana en la Cadena SER, en las cuales indicó que «si no hay investidura ni presupuestos, esto perjudicará gravemente la financiación» del evento deportivo. Ayer, en declaraciones a este periódico, Fernández añadió que «si se prorrogaran las cuentas de este año, en 2017 no habría partida suficiente para poder cubrir económicamente las necesidades que tiene la organización ni se podría cumplir con el compromiso acordado entre PP, PSOE y Ciudadanos para incluir en las cuentas una partida suficiente para asegurar el presupuesto operativo de los Juegos». Recientemente, el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros (PSC), detalló que esta inversión sería de nueve millones de euros –que se sumaría a los tres para la piscina olímpica–y que, por ello, «los Juegos están garantizados».
Pedret lamenta que Alejandro Fernández «frivolice» con los Juegos, que deben empezar el 29 de junio de 2017. «Tenemos todo el derecho a discrepar de las políticas del PP y de no querer investir a Rajoy. Lo que no puede hacer es coger como rehenes a los tarraconenses y someter a un chantaje a las otras formaciones políticas», expresó el alto cargo de los socialistas catalanes.
El PSC local se desmarca
Las palabras de Pedret fueron apoyadas por el también diputado en el Parlament de Catalunya Carlos Castillo, quien además de ser exconcejal del Ayuntamiento de Tarragona también es miembro de la ejecutiva local del partido en la ciudad de Tarragona y primer secretario de la formación en el Tarragonès.
Tras conocer la advertencia que Fernández lanzó a los micrófonos de la Cadena SER, ayer el representante socialista publicó un tuit en el que solicitaba a su partido «romper el pacto municipal» que el alcalde Ballesteros firmó con el PP y Unió Democràtica el pasado 2 de febrero en Casa Canals. A juicio de Castillo, «en la ejecutiva que se decidió aceptar el acuerdo se nos dijo que la razón principal era la de asegurar la celebración de los Juegos», por lo que considera que «si la influencia del PP de Tarragona en la financiación por parte del Estado es nula, el pacto deja de tener sentido». En este sentido, y en declaraciones a este periódico, el ahora diputado pide a Fernández «que se aparte en Tarragona y que Rajoy lo haga también en Madrid para permitir gobiernos de progreso» tanto en el Ayuntamiento como en la administración central.
Fuentes socialistas del equipo de gobierno expresaron ayer su malestar por las declaraciones realizadas por Castillo en las redes sociales. «Su opinión, como la de cualquier otro afiliado, es respetable, pero debe recordar que el acuerdo de gobierno se ratificó en asamblea», indicaron ayer estas fuentes al Diari. Cabe señalar que, después de materializar ese pacto, históricos militantes como la exedil Carme Crespo o el exmiembro de la dirección local Mariano Pescador se dieron de baja de la formación socialista.
‘Es una irresponsabilidad’
Alejandro Fernández criticó ayer las declaraciones de Castillo, las cuales calificó como de «irresponsables», a la vez que enfatizó que el exedil y actual diputado «nunca se ha caracterizado por su prudencia ni por su serenidad». El líder municipal del PP se mostró «convencido» y «optimista» con la posibilidad de que «finalmente pueda formarse gobierno», si bien reconoció que una nueva investidura frustrada «complicaría mucho la financiación, ya que no tendríamos nuevas cuentas y no se podrían modificar las de este año, ya que Bruselas nos multaría por el techo de déficit».
