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A principios de marzo, voluntarios del GETE-Ecologistas en Acción, realizaron recorridos por la ribera del río Francolí, que se encuentra completamente sin agua, retirando gran cantidad de botellas de aceite de motor y filtros de vehículos que se vertieron al cauce del río.
En total, se retiraron más de medio centenar de botellas de 5 litros, así como una decena de filtros. Estos hechos se comunicaron tanto a la Guàrdia Urbana de Tarragona como a los Agentes Rurales, que se personaron y levantaron acta de los hechos, pudiendo ser constitutivos de un delito ambiental, puesto que algunas botellas todavía contenían residuos en su interior (la gran mayoría estaban vacías, puesto que las habían tirado con los tapones abiertos, pero todavía con restos aceite en el interior).
La misma entidad ecologista denuncia que continúa habiendo más botellas de aceite de motor al cauce del río Francolí, que no han sido recogidas.
Pero este no es el único problema que sufre, a día de hoy, el río Francolí. Con la primavera a las puertas, vuelven los episodios de mortandad de fauna en el río Francolí. Este 16 de marzo, voluntarios de Ecologistas en Acción se encontraron hasta una decena de anguilas muertas, debido a las oscilaciones irregulares del caudal del río.
Esta especie, catalogada como vulnerable, pero no está recibiendo la atención y el reconocimiento necesario por parte de las administraciones públicas para cambiar su situación de vulnerabilidad.
La inexistencia de agua en el río es el principal problema y es muy necesario atender a las razones que lo provocan: la sequía, puede ser una agravante de la situación, pero en ningún caso es el único causante.
La entidad reclama a todas las administraciones competentes que se pongan a trabajar para revertir esta situación de dejadez general y conviertan el río Francolí en un espacio de respeto ambienta y social.
