El vídeo electoral de Podemos ha generado tanto éxito como polémica. Si ayer por la tarde ya pasaba de las 73.000 visualizaciones en Youtube, difundiendo el nombre del Nàstic por todas las redes sociales, también crecía la molestia entre parte de la afición, por haberse hecho un uso partidista del club. Oficialmente, la entidad prefiere ser cauta, aunque recelosa. «No hemos tenido ninguna comunicación de Podemos, así que ha sido una sorpresa. Nunca hemos politizado el Nàstic ni el deporte. Somos contrarios a hacer eso. Representamos a un colectivo amplio e importante y no nos podemos vincular a una acción política», decía el director general, Lluís Fàbregas.
Pese a esa incomodidad, Fàbregas hallaba el lado positivo: «El hecho de que se elija al Nàstic quiere decir que el club es relevante, se destaca. Eso hace que se conozca. La sensación no es ni de agradecimiento ni de molestia, sólo de sorpresa, de shock». A la pregunta de si la entidad pedirá la retirada del vídeo, Fàbregas añadió: «No lo hemos hablado».
Más visceral eran las voces señaladas de la afición, aunque con matices y gradaciones. La presidenta de la Federació de Penyes del Nàstic, Dolors Vargas, elogia el vídeo («la historia está muy bien», confiesa) pero siente cierto disgusto por ver al Nàstic involucrado. «Llevamos mucho tiempo intentando separar política y fútbol y esto es justamente lo contrario, lo une», añade Vargas. Jaume Gené, presidente de Febre Grana del Baix Camp, apuntaba: «El nombre del Nàstic no se puede utilizar en una campaña política. No me ha gustado. El vídeo en sí está bien, pero no me gusta el uso del club y de la afición para nada que no sea algo que beneficie a la entidad como captar seguidores y socios. El Nàstic está abierto a ideologías de todo tipo, es más que Podemos y más que cualquier partido».
Críticas duras
Tomàs Cremades, otro socio carismático, además de accionista y peñista, es aún más contundente: «Me siento indignado, lo veo muy mal. El club tiene que ser apolítico y estar al margen de todo. Aquí hay socios de todos los partidos y pido al club que exija la retirada de las redes sociales, y más aún si han utilizado la imagen del Nàstic sin consentimiento». Cremades apostilla: «El fútbol es pasión y debe estar ajeno a la política. Hay gente a la que el vídeo le parece simpático pero muchos amigos de mi entorno del Nàstic son de mi opinión y lo ven mal». Ignasi Budesca, de la peña Nàstic Serrallo, matiza: «Es un tema espinoso, pero es verdad que puede herir la sensibilidad. Sí es verdad que tendrá más reconocimiento a nivel estatal». Enric Cavallé, presidente de la peña Nàstic Ribera d’Ebre, es también muy claro: «Lo veo fatal, y más si no han pedido permiso. El Nàstic no tiene que dejar hacer eso. No me parece bien, y no porque sea Podemos».
En las opiniones más ácidas, ni siquiera la repercusión mediática ‘on line’ será un beneficio colateral apreciable. «El Nàstic tendría que hacer la publicidad de otra manera. A mí, que se hable del Nàstic más, no me da ni frío ni calor. Es el partido político el que se hace publicidad gracias al Nàstic. Yo he seguido al Nàstic por toda España y el prestigio, por ser un club con tanta historia, ya lo tiene», afirma Cavallé. La disparidad de opinión proliferó en redes y foros, donde abundó la crítica y un notable descontento entre la afición.
