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    «Empezar de cero en otro país es un reto que nos emociona»

    Aventura en Manila. David e Ivone cierran una etapa de 12 años al frente del restaurante Lola para empezar una nueva etapa que les llevará a abrir tres nuevos establecimientos en Filipinas

    27 mayo 2022 20:06 | Actualizado a 28 mayo 2022 11:29
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    Tras doce años al frente del Lola, primero Tapes y después Bistró, y siendo uno de los pioneros del movimiento Slow Food en la provincia de Tarragona, David Amorós e Ivone Romera deciden hacer las maletas e irse a la otra punta del mundo para abrir tres nuevos restaurantes de cocina catalana en Manila (Filipinas).

    ¿Qué les ha llevado a emprender este nuevo proyecto?

    Ivone: Nos lanzamos porque el corazón y el cuerpo nos pedían un cambio... Necesitamos hacer cosas nuevas y sentirnos motivados.

    David: Conocer un país nuevo, totalmente diferente, con costumbres distintas a las nuestras, es un reto que nos emociona.

    ¿De qué se van a encargar exactamente?

    David: Junto con dos socios, uno filipino y otro español que viven en Manila de forma permanente, vamos a empezar desde cero el proyecto de 3 restaurantes diferentes, pero con un mismo hilo conductor, que es nuestro producto.

    ¿Cómo serán estos 3 nuevos restaurantes?

    David: Un wine bar con tapas para acompañar los vinos, un bistro de platillos para compartir y una especie de chiringuito más gamberro y divertido donde haremos pescadito frito, croquetas, bombas como en el Lola Tapes de la Plaça de la Font...

    Ivone: Nosotros vamos a encargarnos de la gestión de los tres locales, de diseñarlos, decorarlos, hacer las cartas, etc.

    David: «Abriremos un ‘wine bar’ con tapas, un bistro de platillos para compartir y una especie de chiringuito más gamberro y divertido»

    Una aventura profesional y personal de esta magnitud, ¿da más miedo o ilusión?

    David: Miedo, no, pero sí respeto. Tendremos mucha responsabilidad y no queremos decepcionar a nuestros socios, que han confiado en nosotros y creen en nuestro proyecto.

    Ivone: ¡Ilusión hay muchísima! La ilusión siempre es un motor muy importante.

    Al margen de su experiencia y conocimiento sobre cocina catalana, ¿qué creen que podrán aportar a los clientes de Filipinas?

    Ivone: En Manila hay algunos restaurantes de cocina española, pero no todo son «choricillos al vino tinto»... Vamos a hacer cosas que, aunque aquí ya se conocen, allí serán totalmente nuevas.

    ¿Cuáles de sus emblemáticos platos piensan que podrán exportar? ¿O la idea es que sea una cocina diferente?

    David: Seguiremos con la misma línea que el Lola Bistro. Allí no hay restaurantes como el nuestro, con platillos para compartir...

    Ivone: Me gustaría que los filipinos conozcan platos tradicionales de aquí, como los canelones, la crema catalana o las torrijas. Y ofrecerles también la mejor ensaladilla rusa de Manila, las mejores bravas con nuestra salsa secreta, la bomba de la Barceloneta... ¡Ideas tenemos muchas!

    ¿Tienen igualmente la intención de dar a conocer vinos catalanes, verdad?

    Ivone: Nuestras cartas serán con la mayoría de vinos de nuestra tierra. Ya se encargará David de venderlos con su gracia especial a nuestros futuros clientes.

    A lo largo de los últimos años se les han planteado otros retos profesionales y oportunidades de negocio bastante más cercanos. ¿Por qué Filipinas sí les ha acabado de seducir ahora?

    Ivone: David hizo hace poco un viaje a Filipinas para visitar a un amigo y se dio cuenta de que no había sitios como el nuestro, de cocina, llamémosla mediterránea de calidad, donde el producto es el actor principal.

    Ivone: «Nos lanzamos porque el corazón y el cuerpo nos pedían un cambio; necesitamos hacer cosas nuevas y sentirnos motivados»

    David: Nosotros siempre hemos trabajado con muy buena materia prima y así vamos a seguir... Además, nuestros socios ya tienen negocios de hostelería y han visto que es una gran oportunidad... Asia se ha convertido en la ‘tierra de las oportunidades’, es un continente en crecimiento total.

    La pandemia también les hizo reflexionar. ¿Ha sido un factor a la hora de tomar la decisión?

    Ivone: Nos hizo mucho daño, claro. Y realmente tantos meses sin trabajar nos hicieron replantear muchas cosas.

    ¿Cómo afrontaron el confinamiento y las posteriores restricciones que vivió la hostelería en Catalunya?

    Ivone: El confinamiento fue duro: pasamos de ir a 100 por hora a 0 en nada. Y nos costó mucho ponernos en marcha otra vez.

    Dejarán familia y amigos lejos, al menos por un tiempo. ¿Cómo lo van a llevar?

    Ivone: Dejarlo todo será lo peor: nuestra familia, nuestra casa, nuestros 3 galgos... Suponemos que habrá momentos de todo, pero precisamente ellos, nuestra gente de confianza, nos ha animado mucho a dar el paso. ¡Y sabemos que van a venir a vernos y a conocer el país!

    ¿Qué es lo que van a echar más de menos de Tarragona?

    David: Supongo que un poco de todo... A Ivone, por ejemplo, le encanta el frío en invierno, el fuego encendido, visitar de vez en cuando Londres, que es su ciudad preferida...

    Ivone: Yo a nuestros amigos, por supuesto. Pero seguro que allí conoceremos a mucha gente. Los filipinos son una sociedad muy amable.

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