El inicio escolar, más allá de la preocupación de la Covid en los alumnos no vacunados por su corta edad, ha empezado con otro problema generalizado: las horas concedidas para cuidadores (vetlladors) una figura clave para poder desarrollar el modelo de escuela inclusiva que se aprobó por decreto el 17 de octubre de 2017.
El decreto establece las directrices para que los centros puedan atender la diversidad del alumnado con diferente intensidad de medidas y apoyos. Entre estos criterios del nuevo modelo educativo está la figura del cuidador, un profesional que se encarga de velar por la atención individualizada de estos alumnos especiales.
Los cuidadores cubren tanto el horario lectivo como el comedor escolar, pero este año, y de momento sin ninguna razón todavía explicada, se ha reducido el número de horas creando un problema en los centros educativos por falta de personal especializado en atender la singularidad de estos alumnos.
Los directores de las escuelas de Tarragona ya llevan tiempo intercambiando opiniones sobre esta «reducción de horas sin sentido» y han expresado de forma conjunta este agravio al Departament d’Educació y a su actual director de los Serveis Territorials, Joan Manel Audí.
El cuidador es una figura clave en el modelo de escuela inclusiva que se aprobó en 2017El problema de fondo es económico. La falta de recursos o de previsión han dejado menos horas en los centros, generando un problema organizativo para poder atender a estas personas.
El coordinador de directores de las escuelas de Tarragona, Josep Queraltó, expone que «las horas concedidas para este curso son insuficientes. Hay alumnos que deben tener una vigilancia permanente y nos genera un problema si hay un tiempo en el que no están atendidos».
Se centraliza la designación de horas
Las escuelas han visto como el nuevo curso ha empezado con cambios en la puesta en acción del decreto. Desde el Departament se ha centralizado la concesión de horas de cuidadores, ya sean para el aula como para el comedor. Estos últimos hasta la fecha los coordinaba el Consell Comarcal, que se ha quedado únicamente con la adjudicación del servicio ya sea para empresas ya sea para asociaciones de madres y padres.
La centralización de la gestión de horas de los cuidadores no ha comportado mantener las mismas o aumentarlas. Todo lo contrario, se han reducido, sobretodo en el horario de comedor.
Ello conlleva un problema logístico en las escuelas donde estudian estos alumnos. Los directores argumentan que el problema de fondo es de financiación. No hay dinero para poder sufragar las horas necesarias para estas figuras y su reducción causa problemas en el día a día escolar.
«El servicio de comedor escolar depende del Departament d’Educació y por tanto es igual de importante que la enseñanza en las aulas. No podemos perder horas porque los alumnos deben estar atendidos siempre», argumenta Queraltó.
¿Cómo funciona la asignación?
Con la puesta en marcha del decreto 150/2017, el objetivo del Departament era crear un sistema educativo inclusivo reduciendo el número de alumnos en las escuelas especiales y buscando la normalidad en la diversidad del colectivo.
Los centros eran los encargados de informar de los alumnos que podrían necesitar este apoyo y es un Equipo de Asesoramiento Psicopedagógico (EAP) el que hace el informe que debe sustentar la petición del centro. El informe se remite al Departament y allí una comisión formada por técnicos de Educació, representantes de las escuelas, EAP… decide el reparto de las horas en función de las necesidades.
Educació sostiene que el número de cuidadores no ha variado respecto al curso pasado«La asignación de un cuidador es compleja y los criterios del informe marcan la designación. Pero hay casos que son indiscutibles y si no tienes esta figura el esfuerzo lo debe hacer el profesor en el aula. ¿Pero y en el comedor? Quién asume este papel si el Departament no cubre las horas: la empresa que gestiona el comedor, la familia del alumno, el resto de padres…», reflexiona el también director de la Escola Torreforta.
Diversos directores, que prefieren mantener su anonimato, explican que los alumnos que requieren a un cuidador no han disminuido respecto al curso pasado, que ya de por sí faltaban horas.
Por tanto no entienden esta medida y siguen reclamando al Departament una reflexión. Consideran que el problema de fondo es económico y que por alguna razón que desconocen no han incrementado la partida en uno de los puntos clave del decreto de escuela inclusiva.
El número no ha variado
Consultados al respecto desde el Departament d’Esucació responden que: «El número de cuidadores respecto al curso pasado no ha variado. Pero como este curso no hay ninguna recomendación de reducción de ratios, se prevé que la distribución de cuidadores se haga con una proporción diferente y no se destinen tantos a comedor». Apuntan, no obstante, que «todavía estamos ajustando esta distribución para cubrir necesidades puntuales que vayamos detectando».