¿Qué le parece el proyecto para que Tarragona sea una región de conocimiento?
Se trata de un proyecto muy importante que puede movilizar para un futuro mejor. Es clave capacitar a las personas para moldear su propia región.
¿Por qué forma parte del Comité Asesor?
Tengo experiencia internacional en analizar el papel y el impacto de las instituciones de educación superior en el desarrollo regional en todo el mundo, especialmente a través de mi puesto anterior en la OCDE, donde dirigí las revisiones de la educación superior en el desarrollo regional y urbano durante casi 10 años. Y una de las más de 30 regiones que participaron en estas revisiones fue Catalunya. Entonces pude conocer la URV.
¿Qué destacaría del trabajo de la URV?
Me impresionó el enfoque serio y pragmático del desarrollo regional que la URV había tomado. Había diseñado programas de aprendizaje y áreas de investigación que estaban alineados con las industrias clave en la región. También ha desarrollado una serie de innovaciones de gestión, por ejemplo, en la gestión del personal académico; este tipo de enfoques eran poco comunes en otras universidades españolas y, con frecuencia, se afirma que es difícil hacer cambios debido a los sistemas de toma de decisiones y las senado universitarias.
¿Tarragona está en camino de lograr su objetivo?
Creo que sí. La idea ha ido de la universidad a la ciudad, y a los líderes municipales y la industria. Ahora la atención se centra en movilizar a un grupo más grande de personas para que este trabajo cree propiedad y acción compartida.
¿Qué papel debe tener la URV ante las administraciones?
Ha realizado una gran labor para facilitar el proceso. Puede actuar como un intermediario neutral y ofrecer un espacio para las discusiones en un espacio equilibrado. Muchas universidades no tienen este rol. Es alentador ver que la Cátedra de la URV no solo está desarrollando la base de conocimientos, informes y estudios, sino que está haciendo un trabajo muy pragmático y útil para cambiar la mentalidad y hacer conexiones.
¿Tarragona tiene el potencial para ser una Regió del Coneixement?
Absolutamente. La región tiene una industria diversa, una universidad intensiva en investigación que ha seguido mejorando sus resultados, y una historia y cultura interesantes en su sentido más amplio, incluidas las tradiciones culinarias y las innovaciones. Creo que es importante ver la región en términos más amplios que solo Tarragona. La región en general tiene muchos activos de clase mundial en los que se puede construir. En Tarragona hay una de las ciudades romanas mejor conservadas junto con Split, en Croacia, pero al mismo tiempo veo mucho potencial sin explotar. Puedo estar equivocado, pero no veo muchos esfuerzos para comercializar, por ejemplo, Tarraco Viva o la ciudad romana en general a nivel internacional.
¿Cuándo cree que Tarragona podría ser una Regió?
Desde un punto de vista práctico, la Regió del Coneixement estará en en funcionamiento cuando existe una estructura regional que puede liderar el trabajo, diseñar e implementar las estrategias y acciones relevantes, y monitorear el progreso. Sin embargo, la Región del Conocimiento debería ser mucho más que una estructura, debería ser más como un ecosistema.
¿Qué tiene de bueno Tarragona para ser una región europea del conocimiento?
Esto puede generar riqueza y bienestar para los ciudadanos. Puede impulsar el desarrollo de nuevas empresas basadas en el conocimiento, crear trabajos de alta calidad y ayudar a retener y atraer talentos e inversiones. También puede ayudar a enfocarse en los desafíos clave de la sostenibilidad ambiental y social. La clave es adoptar un enfoque inclusivo y garantizar que el enfoque en el desarrollo de alta tecnología no conduzca a la desconexión de la población.
¿Qué supondría que Tarragona fuera una Regió?
Las barreras prácticas actuales que deben resolverse están vinculadas a la falta de datos sólidos sobre el nivel NUTS3 con respecto a indicadores clave relevantes para las regiones de conocimiento, como el gasto en I+D o el empleo en campos de alta tecnología. Creo que la Cátedra URV ya está trabajando en esto. Otra barrera concreta es la logística, a pesar del puerto y el aeropuerto, que es un desafío práctico para la Catalunya Sur que también puede obstaculizar la región del conocimiento.
