Joan XXIII formará menos médicos residentes porque se favorece a BCN

El hospital de TGN acogerá a 10 menos de lo acreditado. Lleida también se queja de la desproporción a favor de Barcelona

19 mayo 2017 19:44 | Actualizado a 21 mayo 2017 20:31
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Unos 60 estudiantes acudieron esta semana a la jornada de puertas abiertas que ofrecía el Hospital Universitari Joan XXIII. Es probable que de ese grupo salgan algunos de los 27 médicos, enfermeras y farmacéuticos que este año comenzarán a formarse en el centro. Serán cinco especialistas menos que los que entraron el año pasado.

El Jefe de Estudios de Formación Sanitaria Especializada del hospital, Cristóbal Añez, explica que los centros de salud deben pasar por un complejo proceso para acreditar que están capacitados para ofrecer una plaza para formar a un especialista. Se debe demostrar la cantidad de pacientes que se atienden, el número de médicos que trabajan en el servicio o la infraestructura con que se cuenta, entre otros datos.

Dichas plazas acreditadas en el hospital son 37 este año, 10 menos de las que finalmente el Departament de Salut oferta.

Explica el doctor Añez que, hasta la convocatoria del año pasado, los hospitales y Salut intentaban pactar el número de plazas a ofertar, pero en la de este año la administración autonómica cambió los criterios. Dicho cambio dejó a los hospitales medianos y pequeños con una importante reducción y favoreció a los más grandes de Barcelona que, proporcionalmente, han perdido menos plazas. De hecho, si se revisan los datos públicos (aparecen en el BOE), todos los hospitales de Barcelona crecieron en plazas ofertadas.

También desde Lleida han mostrado su incomodidad por el reparto. Hace pocos días el jefe de estudios de los MIR en el Arnau de Vilanova, Francesc Purroy, opinaba en declaraciones al diario Segre que la preselección de plazas sigue criterios de «interés centralista... Favorece a los hospitales grandes del área metropolitana de Barcelona y excluye a los más pequeños... Es un esfuerzo enorme conseguir una acreditación del Ministerio para formar facultativos y desaprovecharla», denunciaba.

Sin recambios para el futuro

Pero más allá del agravio comparativo a las regiones, el hecho de que en los últimos años el número de profesionales en formación vaya a la baja implicará dificultades en el relevo generacional. «Siempre será más fácil contar en el futuro con un especialista que se ha formado aquí, que tal vez se ha establecido aquí con su familia, que con alguien que debe venir de fuera», apunta Añez.

Defiende, además, la formación que se ofrece en hospitales como Joan XXIII. Apunta que, aunque algunos estudiantes consideran que un hospital grande, donde se ven casos más complejos, es más atractivo, no es siempre lo mejor para quien comienza a formarse como especialista. Apunta, además, que en los hospitales de menos tamaño los profesionales en formación tienen más oportunidades de practicar.

Este año los servicios del hospital que tienen plazas acreditadas pero no ofertarán ninguna son: dermatología, endocrinología, farmacia hospitalaria, hematología y hemoterapia, medicina física y rehabilitación y nefrología. Además, en el grupo de ginecología y obstetricia habrá una comadrona menos.

En lo que se refiere a otros hospitales de la provincia (sin contar las unidades de ginecología), también han sufrido un recorte en el número de plazas. En el hospital de Sant Pau i Santa Tecla, por ejemplo, este año no se ofertará la plaza para medicina interna que tienen acreditada. En el Verge de la Cinta de Tortosa las plazas acreditadas son 7, pero las que se ofertan han pasado de 6 a 3. En el Sant Joan de Reus, igual que el año pasado, se ofertan 15 de las 17 acreditadas.

En lo que se refiere a las plazas de medicina familiar y comunitaria en el conjunto de la provincia sí que se mantiene el número de plazas acreditadas, 43, y de ofertadas, 34.

Añez reconoce que esta reducción continua del número de plazas (hace justo diez años en Joan XXIIIhabía 28 acreditadas y las 28 de ofertaban) tiene como objetivo adaptar el número de especialistas que salen a las posibilidades del mercado laboral. No obstante, considera que se debe hacer un esfuerzo por «proteger a los territorios».

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