Jordi Freixa: «Los raperos de ahora son los cantautores de los 70»

Cantante, poeta y pionero del rock catalán, Jordi Freixa o Jordi Català fue, en sus años jóvenes, un reivindicativo, guitarra en mano. Ahora lo hace desde la presidencia del Ateneu de Tarragona

19 marzo 2021 15:24 | Actualizado a 19 marzo 2021 15:30
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Jordi Freixa o Jordi Català es muchas cosas. Cantante, poeta, pionero del rock catalán y también presidente del Ateneu de Tarragona. Empezó a cantar con siete años y desde entonces, no ha parado. Allá por los años 70, en plena Transición, reivindicaba la libertad de expresión y la paz del mundo con la música, después de decidir que la política no iba con él. Pronto sus canciones sonaron en catalán, apenas la nueva democracia empezó a permitirlo, no sin algún que otro contratiempo menor. En su larga trayectoria profesional destacan formaciones como los Spejos o Lily and Tierra Virgen hasta llegar a la Orquestra Paper de Tornassol, «la más grande del sur de Catalunya». Asimismo, también ha publicado tres libros musicales. «Una trilogía, con la particularidad de que, como las películas de James Bond, cada uno de ellos empieza y termina», comenta. En tiempos de pandemia, Freixa ha adaptado las actividades del Ateneu, mientras trabaja en Tarragona té swing, la nueva sorpresa para sus seguidores.  

¿Jordi Freixa o Jordi Català?
Jordi Català empezó en 1977. Yo fui uno de los refundadores de la izquierda y cuando decidí dejarlo pensé que me dedicaría a hacer política, pero musical. Con la guitarra y el piano. Y lo empecé a hacer en Casa Boada.

En plena Transición. ¿Qué reivindicaba?
Empecé musicando poetas catalanes, mayoritariamente Joan Maragall. Luego cosas más europeas, como Bertolt Brecht. Defendía el humanismo, antimilitar, antiguerra, pero más allá de los Setze Jutges. En aquel momento era lo que se llevaba. Pero es que ahora también se lleva.

Desde la perspectiva actual, ¿han cambiado muchas cosas desde aquella época?
No ha cambiado demasiado. El sistema es el sistema. Todo funciona igual y ahora hemos ido a peor en el sentido de que se ha globalizado aún más la sociedad. Por lo tanto, el mensaje sigue vigente.

¿Libertad de expresión?
También. Está malograda porque los libre pensadores, los humanistas, molestan al sistema. La libertad de expresión nos ha de servir para reivindicar, para manifestar lo que no estamos de acuerdo, pero siempre moderadamente. Bien hecho. No como lo que ha sucedido estos días en Barcelona.

«La libertad de expresión está malograda porque los libre pensadores, los humanistas, molestan al sistema»

¿Hablamos de Pablo Hasel?
Lo encuentro un poco exagerado. La libertad de expresión no es esto. Nosotros reivindicábamos con la guitarra. Es decir, que los raperos de ahora son los cantautores de la época.

Pero a usted no lo metieron en prisión...
No. por suerte. Pero por poco me zurran. En aquel tiempo de cantautor, también hacia de telonero con famosos. Muy famosos, no. La Bonet i el Llach no nos querían porque restábamos entrada. Recuerdo un recital en el Martí i Franquès, con Pere Tàpias, en el que en la media parte entraron los falangistas de Fuerza Nueva. Que si Viva España, Viva Franco, bancos por el suelo... El recital se acabó como la Comedia de Falset. En el siguiente, con Marina Rossell, ya estábamos más preparados, pero no pasó nada. Anécdotas.

Usted, que ha tocado rock catalán, ¿cómo ve su evolución?
Ha habido más evolución de la música catalana fuera. A partir del 1 de octubre empezaron a salir grupos americanos e ingleses que hacían música tradicional. Temas como Els Segadors, pero en rock.

¿Cómo empezó en aquellos años?
Fue en 1980 cuando formé un grupo de rock en catalán. El primer disco salió un año después y se llamó Orgasme Sideral, aunque había un problema. Aún era pronto para cantar en catalán.

¿Tuvo problemas?
No. Salí en pelotas en la carátula. Me pusieron a parir, pero se habló de mí.

Que hablen, aunque sea mal...
El disco sonó por toda Catalunya. Fui por todas las emisoras, también a la televisión. No me quiero atribuir que fui el fundador del rock catalán, pero moralmente sí.

¿Qué destacaría del rock catalán?
Canciones puntuales. La que me encanta y que he versionado es Boig per tu. Es una canción que no tiene nada a nivel musical, pero en cambio tiene una sensibilidad. Me gusta mucho.

¿Cómo ve la salud del catalán?
Catalunya es como una viuda o un viudo rico, pero feo. Solo la quieren por el dinero. Yo canto en catalán desde hace muchos años. Pero en 1985, después de haber ayudado a muchos partidos catalanistas, después de todo el trabajo que hice, no me tuvieron en cuenta. Entonces, a partir del 87 surgió el famoso rock catalán y promocionaron grupos que no decían nada, la música que se hacía no tenía ningún compromiso. Las letras no tenían nada. Y aquello me decepcionó mucho. Consideré que se habían aprovechado de mí políticamente para promocionar el catalán, pero en realidad se estaban promocionando ellos. Pero yo no dejé de cantar en catalán. Con un grupo que se llamaba Fan Fan i Claudinet.

Cuando entró en el Ateneu, ¿lo hizo como Jordi Català?
No. Como Jordi Freixa. En 1863 empezó la andadura el Ateneo Tarraconense de la Clase Obrera, resultado de la Ilustración de mediados del siglo XIX. Pero con motivo de la Guerra Civil española, desapareció. Entonces, en 1989 un grupo de tarraconenses decidió crear otro y yo me hice socio. A partir de aquí empezó a funcionar lo que ahora somos. En la actualidad, tenemos 300 socios.

¿Qué actividades hacen?
Hacemos de todo, menos dinero. Los Ateneos, en principio se crearon para dar estudios a los trabajadores, a los hijos de trabajadores, a los pobres. 

«Los Ateneos en principio se crearon para dar estudios a los trabajadores, a los pobres. Son resultado de la Ilustración»

Continúa siendo obrero, en el sentido amplio de la palabra.
Exacto. Pero también había de derechas y más elitistas. Aunque todos se dedicaban a la cultura, a la enseñanza. Pero ahora ha cambiado porque las universidades ya tienen este papel.

¿Cuál es su nuevo cometido?
Tradiciones, música, baile, conferencias de todo tipo, de medicina, de feminismo, de ciencia... Defensa de la cultura y del hecho catalán, pero desde un punto de vista humanista, no político. Defendemos el catalán, pensamos en catalán pero, evidentemente, estamos abiertos a todo el mundo. En un momento determinado incluso tuvo un equipo de fútbol. Es un cajón desastre cultural. 

Y ahora están de aniversario...
Este 2021 celebramos los 25 años de la revista. Somos la única asociación de Tarragona que, de momento, aún hacemos un boletín mensual. También celebramos una década del Grup d’Havaneres que formamos, aunque con la pandemia hemos tenido que reducirlo. El grupo forma parte de Jordi Català i Paper de Tornassol.

¿Cómo de fácil o difícil es la cultura en Tarragona?
Regalar, no regalan nada. Todo lo que hacemos lo hacemos con creatividad y trabajando, pero tener un local donde estar facilita muchos las cosas. Y hasta la pandemia, las entidades como el Port, la Diputació y el Ayuntamiento nos han ayudado mucho. A mí particularmente como Jordi Català y al Ateneu de Tarragona, que en cierto modo va ligado. Nos ha permitido trabajar para la cultura. Particularmente a mí las cosas me han ido bien. Ahora, si se sale de las comarcas tarraconenses, en Barcelona son ellos y en Girona también.

¿Qué quiere decir?
Jordi Català i Paper de Tornassol tenemos la orquesta más grande del sur de Catalunya. Ofrecemos conciertos con canciones y bailes en catalán, así como una parte en castellano o inglés. Sin embargo, aparte de la fiesta mayor de aquí  y algún pueblo puntual, la gente sigue contratando las orquestas de siempre.

¿Y cómo ha cambiado Jordi Català como músico?
No he cambiado prácticamente nada. Y eso que canto desde los siete años, cuando empecé con mi padre. Incluso la mili me la pasé cantando. 

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