«La Budellera es un problema de la ciudad, no de Llevant»

Los opositores retoman las movilizaciones para intentar evitar la aprobación inicial

14 octubre 2017 17:59 | Actualizado a 01 noviembre 2017 13:05
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Cuando ya se ha iniciado la cuenta atrás para la aprobación inicial del nuevo plan parcial de la Budellera, los movimientos contrarios a este proyecto retoman las movilizaciones. Su objetivo es paralizar esta polémica urbanización que a medio plazo debe enlazar la Vall de l’Arrabassada con Boscos y Cala Romana. Por ello, las entidades ecologistas y los vecinos de esta parte de la ciudad buscan implicar en su oposición al conjunto  de los tarraconenses. «La Budellera es un problema de ciudad, no de Llevant», afirma la presidenta de la Federació d’Associacions de Veïns de Llevant, Gemma Fuster.  

Las asociaciones vecinales de Llevant es uno de los colectivos  convocantes de la cadena humana que tendrá lugar el próximo sábado día 21, a las 18 horas, desde la Plaça de la Font a las escaleras de la Catedral. También estará la Federació d’Associacions de Veïns de Tarragona y plataformas ecologistas como Salvem la Platja Llarga.

La elección del emplazamiento no es casual. «Queremos poner de manifiesto que mientras las viviendas del Casc Antic se están quedando vacías y caen por falta de mantenimiento, se está priorizando la construcción de nuevas zonas residenciales», expone un miembro de la plataforma Salvem la Platja Llarga. 

Los que se oponen a esta intervención no tan solo buscan la complicidad de los vecinos de la Part Alta, también de los del centro ya que aseguran que los 35.000 metros cuadrados de nuevo suelo comercial supondrán que «los negocios del centro sigan degradándose mientras se facilita la llegada de nuevas superficies». 

¿Llevant o Ponent?
«No estamos en contra de que Tarragona crezca, pero no de esta forma. Se había luchado siempre para cohesionar los barrios con el centro de la ciudad», defiende Fuster. Éste era una de los objetivos del POUM que se aprobó definitivamente en junio de 2011, que además de la nueva zona residencial de la Budellera dibujaba el crecimiento de la ciudad alrededor de Terres Cavades y Horta Gran. «Se había luchado siempre para unir Ponent con el centro. Si ahora se empieza por la Budellera se estará hipotecando durante muchísimos años está conexión con Ponent, porque no hay tanta demanda de vivienda», dice la representante vecinal.

El objetivo de estos colectivos es frenar la aprobación inicial de este proyecto y que sus impulsores lo guarden en el cajón. «Ahora no es el momento. No es un ‘no’ rotundo, sino que estamos dando argumentos y asegurando que queremos Salvar la Budellera tal y como hicimos con la Platja Llarga», aseguran desde la plataforma ecologista.

Avanzan que la del próximo sábado será la primera de una nueva serie de movilizaciones que seguirán hasta conseguir su objetivo. Y recuerdan que ya había un proyecto inicial aprobado que gracias a la presión social consiguió tumbarse.

La recta final
La aprobación inicial del plan parcial PP24 de la Budellera podría producirse antes de fin de año después de que la Junta de Compensació Provisional presentó el día 10 de agosto el nuevo documento. Los 172 dueños de los solares y viviendas de la zona –que cuenta con una superficie total de 132 hectáreas– presentaron el nuevo plan con un mes de antelación respecto al límite que les había otorgado el Consistorio.

En el nuevo plan, los propietarios tuvieron que incorporar el 80% de las enmiendas presentadas. Entre las consideraciones que el Ayuntamiento exigió a los propietarios está el hecho de que la ejecución del plan parcial se lleve a cabo por fases, tal y como también pedían los técnicos de la Generalitat. Además, se exigió reducir la altura de los edificios de doce plantas a diez y de los de diez a ocho, lo que ha dejado el proyecto en un barrio con 4.200 viviendas, en el que se calcula que vivirán unas 10.000 personas.

Los vecinos y entidades que se oponen a este proyecto tienen otro argumento de peso para oponerse al desarrollo de esta nueva zona residencial. La futura Llei de Territori que está preparando la Generalitat no permitirá los modelos urbanísticos extensivos como el que se prevé en esta zona de Llevant. Aboga por «fomentar la calidad de las ciudades y definir cómo tratar aquellos espacios pendientes por construir, religando las ciudades».

Una declaración de intenciones a la que se acogen los opositores, pero que no se prevé que pueda paralizar el proyecto ya que si el Ayuntamiento de Tarragona aprueba el plan lo haría amparándose en la ley actual. Mientras, la Generalitat no tendrá su ley hasta 2018, siempre y cuando la situación política actual no lo retrase para más tarde.

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