La esencia de los domingos se mantiene intacta

Los vecinos de Ponent salieron a pasear en la primera franja de la mañana, pero fueron muchos los que decidieron quedarse en casa

03 mayo 2020 21:00 | Actualizado a 04 mayo 2020 06:53
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Son las 08.00 horas de la mañana y suena el despertador del teléfono. Créanme que esa es una de las cosas que menos he echado de menos de la relativa normalidad. Madrugar no es lo mío y el confinamiento ayuda a no hacerlo. En todo caso, ayer tocaba hacerlo para relatar en primera persona el segundo día de una relativa normalidad. Desde las 06.00 hasta las 10.00 horas de la mañana es la primera franja horaria que ha fijado el Gobierno para poder salir a pasear y hacer deporte.

A las 09.00 horas salgo de casa con la mascarilla puesta y con mi documento acreditativo. Tengo una hora para intentar engullir toda la información posible. Ponent amanece y no es un domingo cualquiera. Es el primero en el que el confinamiento total no está presente después de muchas semanas. El día es espléndido. Hace calor y el sol brilla con fuerza. Me recuerdo a mí mismo que ya estamos en mayo. El tiempo ha pasado rápido pese a estar confinados. La cuarentena se declaró a finales de marzo y ya han pasado más de 50 días desde entonces.

Comienzo mi carrera continua dirección a la Rambla de Ponent, el punto céntrico de Torreforta y que conecta dos barrios como son el ya mencionado y Campclar. Para mi sorpresa, no encuentro a demasiada gente por el camino. Esperaba más. Pienso que debe ser que todavía no he llegado a la Rambla, pero cuando llego a ella me doy cuenta de que no ha cambiado nada. Hay gente, sí, pero no tanta como yo imaginaba o como había visto ayer en los medios.

Curiosamente, el perfil de las personas que pasean por la Ramba es casi calcado. Ciudadanos de mediana edad (30-60 años) que caminan tranquilamente. Me cruzo a una pareja que sí que corre, pero el resto de vecinos pasean con calma y respetando siempre la distancia de seguridad. Noto a la gente concienciada y en sus miradas hay menos temor que hace un par de semanas. No hemos superado la crisis del coronavirus, pero por lo menos la esperanza comienza a reflejarse en las retinas.

Resistencia a las mascarillas

Hay un detalle que me llama la atención y es que no toda la gente lleva mascarillas. No son obligatorias, pero sí recomendables. En todo caso, no parece gustar a toda la población y mientras no sea de uso obligatorio muchos vecinos preferirán no llevarlas. Yo he de decir que para correr son bastantes incómodas. Uno no respira de manera tan limpia y siente un poco más de ahogo. Pero es lo que hay y yo prefiero eso que no llevarlas, mientras no haya normas referentes a este tema, que cada uno decida según su voluntad.

Una vez he recorrido toda la Rambla de Ponent me marcho al paseo que colinda con la carretera de Valencia. Allí espero encontrar a más gente, ya que es un trayecto predilecto para corredores y personas que salen a caminar. Mi intuición no falla y cuando llego a uno de sus tramos encuentro un ajetreo de gente mucho mayor en comparación con la Rambla. Gente que camina, en bicicleta, en patines, en patinete y corredores, de estos últimos muchos menos, circulan de arriba para abajo.

Baños en las playas

Me cuentan mis amigos y compañeros que pudieron pasear por el centro de Tarragona capital que allí hubo gentío al igual que el sábado. De hecho, algunos se animaron a bañarse incluso en el mar. Así lo demuestra una de las fotografías que ilustran esta crónica. La realidad es que el tiempo invitaba a ello. Mientras se sigan las recomendaciones sanitarias y de seguridad no hay problema. Eso sí, después del remojo a secarse y taparse bien que no está la cosa como para coger ni un simple resfriado.

Me retiro a casa pensando en que la realidad es que me he encontrado una mañana de domingo muy corriente. Este día de la semana está concebido para descansar, al menos en nuestra cultura. Ni el hecho de que ayer se pudiera a salir a primera hora de la mañana a pasear rompió esta tradición. Fueron muchas más las personas que se quedaron en casa que las que salieron a la calle. Siendo sinceros, la mañana estaba para una cerveza en una terraza, pero eso todavía es un lujo, para el que habrá que esperar... por lo menos hasta el 11 de mayo y la fase 1.

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