La remodelación definitiva de la Subdelegación en TGN, para este febrero

La nueva fachada se fijará con clavos con el fin de que las baldosas que diseñó Alejandro de la Sota no puedan caer a la vía pública

19 mayo 2017 20:58 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:15
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La fachada del edificio de la Subdelegación del Gobierno, en la Plaça Imperial Tàrraco, está ‘desnuda’ de baldosas desde hace ya algunos días. Hacía muchos meses que la fragilidad del mortero que sujeta estas piedras, procedentes de una cantera castellonense, invitaba a una revisión de todas las caras. El edificio, levantado en 1956 y diseñado por el prestigioso arquitecto Alejandro de la Sota, había cambiado las baldosas de su fachada poco antes de 1995 por la misma razón de seguridad.

En febrero de este año, el BOE publicaba el anuncio de licitación de la obra con un presupuesto estimado de 800.000 euros. El trámite burocrático terminó en junio, y entre las 40 empresas que optaron a adjudicarse esta obra pública, la firma Arcadi Pla SA, de Girona, fue la que se llevó la adjudicación por 507.111,3 euros un 36,5% más económica que el presupuesto de licitación publicado en febrero.

En verano, concretamente en el mes de agosto, empezaron los trabajos previos de esta remodeliación: colocación del andamiaje, lona protectora y extracción baldosa a baldosa de las dos caras que dan a Plaça Imperial Tàrraco y Avinguda d’Andorra.

Cuatro meses después, casi la totalidad del edificio ya está desprovisto de las antiguas baldosas y en breve se irán colocando las nuevas, extraídas de la cantera de Borriol, la localidad castellonense de donde son originarias las piedras, al igual que se reemplazaron en 1995.

El subdelegado, Jordi Sierra, augura que «esta será posiblemente la última remodelación del edificio». Argumenta que las nuevas baldosas no sólo utilizarán mortero para fijarse en la fachada, sino que también se utilizarán varillas metálicas para anclarlas y evitar que alguna se desprenda y caiga a la vía pública. De esta forma, la sujeción es más consistente.

Las obras tienen de plazo hasta febrero de 2016, un año después de la licitación. Sierra admite que esta es la fecha deseada por todos, pero reconoce que la ejecución de la obra puede alargarse alguna semana. «Sin embargo, es cierto que se trabaja a buen ritmo», apunta.

 

El color

El único factor que es difícil de tener bajo control es el color de la piedra. El objetivo del proyecto escontar con una misma partida de piedra monocromática, pero la cantidad necesaria implica que se deba hacer más de una extracción en la cantera y ello no garantiza que el color sea uniforme en todas las fachadas.

Aparte de la rehabilitación de la fachada del edificio, la misma empresa eliminará barreras arquitectónicas en la planta baja. Así, se cambiará la actual puerta de cristal (la que da a la calle) por una con hojas correderas, de forma que las personas con movilidad reducida podrán acceder fácilmente, ya que las puertas se abrirán con sensor. La otra mejora es un pequeño elevador que sorteará los tres escalones que acceden a la zona del Registro.

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