La siniestralidad en las carreteras de Tarragona se cerró en 2024 con 34 víctimas mortales, 116 personas críticas o muy graves y otras 1.652 heridas de menor percance. Unas cifras que en este primer mes de enero empiezan con peores datos que hace un año (5 muertos registrados este enero en carreteras interurbanas por 3 en el mismo mes de hace 12 meses).
El balance de 2024, con una reducción de víctimas respecto a los ejercicios anteriores, «indican que vamos en la dirección correcta para reducir la siniestralidad, aunque mientras haya una sola víctima mortal nunca se podrá estar satisfecho», así lo explica el director del Servei Català de Trànsit, Ramon Lamiel.
El análisis de datos del balance de accidentalidad de 2024 es una base importante de la estrategia de este departamento de la Generalitat para intentar mejorar la seguridad en la red viaria catalana. Y con el estudio de los datos, Lamiel explica cuáles serán las líneas principales del Servei Català de Trànsit para este 2025.
La importancia de la AP-7
«Este 2025 seguiremos aplicando restricciones de movilidad en la AP-7 con el fin de reducir la siniestralidad», dice Ramon Lamiel. Desde 2022, los tramos que discurren por la provincia de Tarragona y Barcelona son los más fluidos de Catalunya y en los que se deben potenciar las medidas necesarias para aumentar la seguridad de esta arteria viaria.
En los tramos de la AP-7 de Tarragona, el número de víctimas mortales en 2024 fue una. Ocurrió en marzo cuando la salida de la vía de un camión provocó una colisión del vehículo en una zona arbrada y el conductor sufrió heridas irreversibles. A pesar de ser una víctima mortal, el descenso de fallecidos es notable respecto a 2023 (6 muertos).
El Servei Català de Trànsit considera que la AP-7 es una arteria clave para absorber tráfico de otras vías secundarias y permite reducir accidentes potenciales en toda la red viaria (menos tráfico, menos accidentes).
Por ello, este 2025 será nuevamente una de las vías más controladas por la Generalitat para evitar accidentes. En el caso del tramo de Tarragona, la principal novedad será en la zona de Terres de l’Ebre. Trànsit instalará en el tramo de la AP-7 que va de Camarles a Calafat (L’Ametlla de Mar) un radar para controlar los adelantamientos de los camiones, una maniobra prohibida cuando solo dos carriles por sentidos de circulación.
«El objetivo es mejorar la fluidez y la seguridad en un tramo de AP-7 en el que todos reconocemos que debería tener tres carriles, pero hasta que no sea así, hay que buscar formas de garantizar la circulación y reducir los accidentes», añade Lamiel.
Aparecen los radares-remolque
La instalación de radares en 2025 es una de las novedades que se contempla en las carreteras de la provincia. El Servei Català de Trànsit tiene estudiados y analizados una serie de puntos y tramos conflictivos de la provincia que pretende mejorar con la instalación de radares móviles que van montados en remolques y que pueden ubicarse en cualquier carretera.
En noviembre del año pasado, el Servei Català de Trànsit informó de la compra de cuatro de estos radares móviles (tienen autonomía energética y solo requieren de un espacio adecuado al lado de la carretera).
Este año se ampliará la flota de estos radares-remolque con otros seis y se cubrirá más territorio, incluyendo Tarragona, afirma Lamiel. «Tenemos detectados en Catalunya cerca de 150 puntos sensibles y en ellos iremos rotando esta flota de 10 radares móviles», explica. Estos puntos sensibles, en el caso de Tarragona, son vías con gran fluidez de tráfico y a su vez tienen un mayor número de accidentes y de víctimas mortales.
Lamiel señala que la N-420 o la N-340 son dos ejemplos de carreteras donde estos radares móviles tendrán presencia a lo largo del año, sin olvidar las carreteras secundarias de las zonas más turísticas y de movilidad: Tarragona, Cambrils, Reus, Salou, Miami Platja o Torredembarra, entre otras. «Son carreteras que nos preocupan y en las que debemos reducir los accidentes y las víctimas», explica.
De hecho, esta misma semana un estudio hecho público del RACC, señalaba que la carretera N-420 es la vía más peligrosa de la Red de Carreteras del Estado (estudio que comprende el periodo 2021-2023).
El ‘Falcó’ y los Mossos
Dentro de esta política de control de la velocidad y de la búsqueda de la mejora de la seguridad en las carreteras de Catalunya (donde hay un total de 12.000 kilómetros de red viaria), Trànsit también tiene previsto, en coordinación con los Mossos d’Esquadra, promover los radares en línea (las cajas naranja que vemos a pie de carretera) y repartirlos en los 550 kilómetros de las vías catalanas con más infracciones de velocidad y riesgo de siniestralidad. «Son controles necesarios para reducir los accidentes en las vías con más tráfico del país y muchos tienen relación con la velocidad inadecuada en la vía», explica Lamiel.
La otra medida que podría estrenarse en la red viaria de Tarragona (posiblemente sea más puntual que programada) para gestionar la seguridad del tráfico sea la presencia del ‘Falcó’, el sistema de radar de última generación que incorpora uno de los dos helicópteros del Servei Català de Trànsit.
Lamiel explica que se está trabajando desde el Servei Català de Trànsit en el aspecto informativo de este avanzado sistema de vigilancia aérea: «Pretendemos informar y avisar cuando estamos con el ‘Falcó’ en el aire controlando un tramo de una carretera catalana».
Por otra parte, el director explica que la base de los helicópteros de Trànsit está ubicada en Barcelona y de momento, el ámbito de actuación de esta tecnología de cámaras y láser se centra en carreteras de la zona metropolitana de Barcelona.
Pero aunque el ‘Falcó’ trabaja más en Barcelona por la autonomía de vuelo del helicóptero, Lamiel señala que este año podría vigilar puntualmente carreteras del norte de la provincia, bàsicamente en el Baix Penedès. “¿Comprar otro ‘Falcó’ para cubrir más territorio? No es descartable”, concluye Ramon Lamiel.
¿Radares fijos? No, pero...
El director del Servei Català de Trànsit explica al Diari que en 2025, el Govern no tiene previsto instalar radares fijos o de tramo en las carreteras de la provincia de Tarragona, a excepción del que tiene contemplado en la AP-7 para evitar adelantamientos de los camiones en una zona de dos carriles por sentido de la marcha.
Sin embargo, remarca que han recibido peticiones de municipios que por su interior pasan vías con mucho tráfico y que piden un radar de travesía. «Es un modelo de radar que se está estudiando para que en estos tramos urbanos y con vías con mucho tráfico haya la máxima seguridad», concluye.
El perfil del conductor
Más allá de la instalación de radares para mejorar la seguridad de las carreteras, el Servei Català de Trànsit ha estudiado detenidamente las características de los conductores que han fallecido o han terminado gravemente heridos en accidentes de tráfico en 2024 en las carreteras de Tarragona.
Uno de los aspectos que resalta Lamiel tras el análisis de datos es que el conductor en el que más accidentes está involucrado es tiene una edad situada en la franja de los 55 a los 64 y en la de los 65 a los 74. «Es un patrón que se refleja en los datos de Tarragona, pero también es parecido en Catalunya», señala.
Lamiel admite que es una franja de población importante que ha crecido con el uso del coche y que se debe tener en el foco de las campañas de prevención «porque quizá tenga un exceso de confianza al volante», apunta. Lamiel apunta que se está hablando también con centros homologados para la renovación de permisos para que allí también haya máxima información para estos conductores.