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Las diez claves que explican el deterioro de la Part Baixa de Tarragona

Es un barrio que lo tenía todo para convertirse en la zona más codiciada de la ciudad. Sin embargo, una suma de factores, la tormenta perfecta, lo ha deteriorado de forma galopante

21 mayo 2025 14:46 | Actualizado a 22 mayo 2025 11:00
Se lee en 4 minutos
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La Part Baixa de Tarragona ha sido históricamente el centro neurálgico de la ciudad. Todo se movía a través de este eje. La cercanía con el Port de Tarragona lo hacía muy valioso. Era la conexión entre el mar y la ciudad. Donde se comercializaba, donde se acudía para temas administrativos y, más tarde, donde los tarraconenses iban a comprar. La economía mueve una ciudad. Y, en el caso de Tarragona, la Plaça dels Carros y su entorno era donde se generaba más actividad de todo tipo.

Entre muchas de las virtudes actuales, la Part Baixa es uno de los pocos barrios que cuenta con una playa, a la que se puede acceder andando. También cuenta con el principal equipamiento en materia de movilidad, la estación de trenes, y con el auditorio más grande de la ciudad, el Palau de Congressos. Además, tiene naves y almacenes dignos de exposición y de ser visitados. En otras ciudades, como por ejemplo Igualada, estos equipamientos industriales han sido utilizados como atractivo para acoger un festival de moda. Antiguamente, estas naves albergaban grandes fabricas de licores y vinos que, hoy en día, son productos muy cotizados, como el Chartreuse o las bodegas de Muller.

Siguiendo con las virtudes, el Barri del Port está a un paso de el barrio de El Serrallo, una zona que cuenta con una oferta gastronómica destacada. Y, por último, y no menos importante, el Barri del Port también tiene en sus calles patrimonio romano. Como máximo exponente, encontramos el Teatre Romà.

Sin embargo, y pese a todo este potencial, la Part Baixa se ha dejado perder. El deterioro de los últimos años se debe, en buena parte, a la falta de inversión y de mantenimiento por parte de las administraciones.

«Lo teníamos todo para ser un barrio de referencia. Pero han dejado que todo se fuera estropeando», explica, apenada, Maria del Carme Puig, presidenta de la Associació de Veïns del Barri del Port. Los vecinos tienen la esperanza que la inversión prevista de la Llei de Barris y el nuevo Plan Integral de la Part Baixa consigan transformar de nuevo la zona. «Queremos volver a ser quién éramos. No pedimos mucho. Recuperar la identidad», añade Puig.

¿Pero cuáles son los factores que han llevado a este deterioro? Aquí van diez claves que ayudarán a entender lo ocurrido.

1. Edificios abandonados

Son muchos los edificios que han quedado vacíos, abandonados o a manos de fondos buitres. Cuando nadie se hace cargo de un inmueble, éste se deteriora y acaba siendo un problema para los que viven al lado. Primero por los daños estructurales. Son muchos los edificios que han sufrido desprendimientos, que en la actualidad están apuntalados y que suponen un peligro para los vecinos. Las únicas inquilinas son las palomas, que dejan todo el inmueble lleno de excrementos y demás plagas. Otro de los problemas que supone tener edificios vacíos es la llegada de la ocupación ilegal. Un grupo organizado de vecinos, la Xarxa de la Marina, ha presentado varias propuestas para dinamizar estos espacios.

2. Solares llenos de basura

Muchos de estos edificios abandonados han tenido que ser derruidos por problemas estructurales. El resultado son solares vacíos, que funcionan como vertederos de voluminosos y de basura en general. Los vecinos llevan años pidiendo que estos solares, algunos de propiedad municipal, sean utilizados para construir equipamientos para el barrio, como por ejemplo una sede para la asociación de vecinos. No hay forma de desencallar estos temas.

3. Limpieza y mantenimiento

La asociación de vecinos siempre ha argumentado que el estado de las calles del barrio se debe a la «dejadez» por parte de la administración. Hablan de que hace años que no se arreglan las aceras, que no se ponen a punto las plazas o parques infantiles, y que el servicio de limpieza no es suficiente.

4. Pérdida de edificios oficiales

Antiguamente, el Barri del Port albergaba los principales edificios administrativos y oficiales de la ciudad. La aduana en la Plaça dels Carros, o los consulados en la calle Reial, eran un claro ejemplo. Poco a poco, estos equipamientos se fueron perdiendo y, en la actualidad, muchos de ellos son pisos turísticos.

5. Naves abandonadas o convertidas en aparcamientos

Las calles interiores de la Part Baixa están llenas de naves y almacenes que, antiguamente, guardaban trigo u otros cereales. Los barcos llegaban cargados de género y, en la Plaça dels Carros, les esperaban los transportistas que trasladaban el producto en estas naves del Barri del Port. Hubo un momento, que los camiones no podían acceder a estas calles, debido a las grandes dimensiones de los vehículos. Fue entonces cuando las naves y almacenes perdieron su función y quedaron cerrados e inutilizados. Ahora, algunos son utilizados como aparcamientos o, simplemente, están cerrados y llenándose de suciedad.

6. Comercios cerrados

El eje Reial-Apodaca-Unió ha sido, durante muchos años, donde se concentraba la mayor parte de comercio de la ciudad. Hubo una época en la que no había ni un local vacío. La ciudad iba a comprar a este núcleo y, por cercanía, se acercaba a las calles adyacentes. Desde hace unos años, no es que no abran nuevos negocios, sino es que cada vez hay más persianas bajadas. Los negocios que aguantan lo hacen por amor al barrio, no porque se ganen la vida como sí lo hacían antes.

7. Inseguridad

En los últimos años, la inseguridad ha estado muy vinculada a la Part Baixa. Un ejemplo claro es lo ocurrido en la calle Orosi, donde se generaron momentos de tensión entre transeúntes que se habían afincado a escasos metros de la estación de trenes. Incluso Guàrdia Urbana y Mossos d’Esquadra desplegaron un dispositivo policial de alto nivel en el lugar. Actualmente, los vecinos aseguran que el asunto se ha calmado.

8. Concentración de servicios sociales

Los vecinos argumentan que buena parte de la problemática social que se ve en las calles de la Part Baixa se debe a una concentración de servicios sociales, como por ejemplo, el Punt d’Atenció de Persones Sense Sostre (PASS) o las oficinas del Institut Municipal de Serveis Socials de Tarragona (IMSST).

9. Sensación de aislamiento

Tampoco ayuda la sensación de aislamiento de algunos vecinos, debido al mal funcionamiento de las escaleras mecánicas. El Barri del Port conecta con la ciudad a través de dos grupos de escaleras mecánicas: las de la calle Vapor y las del Palau de Congressos. Es extraño el día que funcionan todas bien. Los vecinos con movilidad reducida, o familias con cochecitos de bebé, se sienten impotentes al ver que no pueden llegar hasta el centro de la ciudad a través de las escaleras.

10. Inundaciones

No se puede acabar este artículo sin hablar de las inundaciones que ha sufrido en los últimos años el Barri del Port. Cuando llueve un poco más de lo normal, los parkings soterrados y las entradas de los edificios quedan totalmente inundados. Tanto es así que incluso ha nacido una plataforma de afectados. Por el momento, las pérdidas siempre han sido materiales, pero hay vecinos que han decidido cambiar de casa para evitar más episodios de inundaciones.

La calle Reial era antes sede de consulados. Foto: Marc Bosch

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