El uso del ‘burkini’, la ropa puesta en tela de juicio estos días, constituye actualmente una excepcionalidad en Tarragona, al menos en lo que a población establecida aquí se refiere, aunque comienza a proliferar más entre los visitantes extranjeros que acuden a la provincia a hacer turismo.
La utilización de esa prenda de baño de manga larga que cubre desde la cabeza hasta los tobillos, pero no el rostro, está en el ojo del huracán y se ha colado en pleno debate a raíz de lo ocurrido en Francia: varias ciudades costeras han prohibido su uso en las playas. Las autoridades galas han multado a mujeres por llevar el bañador islámico, algo que incluso ha desencadenado violentos enfrentamientos.
Si bien el burka sí ha generado controversia en España (sin ir más lejos, en Reus, donde no se ha podido prohibir pese a las tentativas del ayuntamiento), en torno al ‘burkini’ impera un vacío legal: no se ha legislado ni regulado y no ha habido un debate real, al menos hasta el momento.
Licra o neopreno
Parte de la disyuntiva actual en cuanto a la permisividad o no del atavío en cuestión está también en los parques acuáticos. Diversos de ellos en Tarragona permiten acceder a sus instalaciones y bajar por sus toboganes a aquellas mujeres que lleven ‘burkini’, en gran parte turistas. Eso sí, con algunos requisitos que deben seguir aquellas féminas, por otro lado cada vez más abundantes, que deciden portar ese atuendo.
Así, PortAventura Caribe Aquatic Park permite esta vestimenta siempre que sea una pieza de licra o neopreno que no quede amplia, sino adherida totalmente al cuerpo. Es una medida de seguridad muy compartida por diferentes parques a fin de evitar la fricción con los toboganes.
También permite el acceso Aqualeón, el parque ubicado en Albinyana (Baix Penedès). «Igual que muchos clientes nórdicos vienen con neopreno, también está permitido el ‘burkini’, para lanzarse por los toboganes siempre y cuando el material sea el adecuado, no un jersey normal, y siempre que la cara esté visible. No hay ningún problema», afirma Patricia Boyano, responsable de marketing y comunicación del parque. Aunque esporádicos, se han dado algunos casos. «No podemos decir que se trate de algo habitual, pero sí que ha venido alguien, y también hemos tenido consultas de personas que lo han preguntado. Siempre hemos dicho que sí, que adelante, que cada uno tiene todo el derecho del mundo a bañarse como quiera».
En otros puntos de Catalunya se ha llegado a prohibir la utilización de esta vestimenta, en ningún caso por cuestiones ideológicas sino por seguridad. Es el caso del parque acuático Aquabrava de Roses, que ha prohibido el ‘burkini’ como vestido apto para el baño, ya que las prendas anchas pueden conllevar accidentes con las diversas atracciones.
Sin prohibición expresa
La normativa en lo que atañe a las piscinas públicas queda al amparo de lo que establezca la regulación de cada ayuntamiento. Por ejemplo, en el caso de Tarragona no está permitido entrar a las piscinas municipales con ‘burkini’, a pesar de que no existe una prohibición expresa ni formal.
La norma de las instalaciones deportivas municipales tarraconenses contempla como obligatorio el uso del gorro de baño y del bañador o bikini de dos piezas. Más allá de eso, fuentes municipales afirman que no se permite el acceso con neopreno, por lo que tampoco se autorizaría el baño con la citada vestimenta de origen islámico. «No se trata del tipo de material. Si llevas un atuendo que dé pie a que puedas llevar ropa interior, no se permite porque no sería bueno higiénicamente y podría conllevar riesgos para las personas que comparten el espacio. Se haría servir el mismo criterio con el neopreno que, en este caso, con un ‘burkini’. No se trata de una cuestión ideológica ni de la prenda en sí, sino que es un tema higiénico», añaden fuentes municipales.
En cambio, en Reus, precisamente donde más polémica ha habido en torno al burka en los últimos años, el reglamento sí que tolera esta práctica, a pesar de que hasta el momento no se han dado casos de mujeres que hayan acudido a las piscinas municipales con la indumentaria de marras. «Las normas de las piscinas dicen que el uso del bañador es obligatorio. No puedes bañarte con ropa de calle ni ropa interior. El ‘burkini’ está permitido siempre que se trate de una pieza específica para el baño», explican fuentes municipales.
Otro lugar público clave son las playas, donde precisamente ha germinado la conflictividad en Francia y allí donde se han aplicado las prohibiciones. En la costa tarraconense tampoco existe regulación específica que contemple esos usos, ni por supuesto que los vete. «No hay ninguna prohibición. Si voy a una playa con un ‘burkini’, puedo estar, está permitido, a no ser que estemos en un espacio considerado nudista. Entonces no se autorizaría ni el ‘burkini’ ni cualquier otra prenda, como es normal», explican fuentes del Ayuntamiento de Tarragona.
