Las pruebas PCR a las aguas residuales, un termómetro de la evolución de la pandemia 

Así funciona el modelo desarrollado por Ematsa para rastrear los restos del virus en diferentes zonas de Tarragona y que comienza a ayudar a los epidemiólogos en sus predicciones

26 noviembre 2020 18:10 | Actualizado a 27 noviembre 2020 05:49
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Hay siglas como PCR (reacción en cadena de la polimerasa en inglés) que se han hecho más que familiares durante la pandemia. Pero lo que pocos saben es que, además de ser la técnica por excelencia para diagnosticar la Covid-19, también se está usando en laboratorios como el de la Empresa Municipal Mixta d’Aigües de Tarragona, Ematsa, para medir la presencia del virus en las aguas residuales de la ciudad.

Antonio Oliver, biólogo y Joan Bové, bioquímico, cuentan que antes del confinamiento ya se habían planteado comenzar a rastrear el virus en las aguas que desechamos porque contaban con el aparato para hacer los análisis, un ‘termociclador en tiempo real’, que ya se usaba para la detección rápida de la bacteria de la Legionella. Eso sí, tuvieron que comprar los reactivos específicos para la SARS-CoV2.

Pero el estado de alarma y la pandemia vinieron a acelerarlo todo. La primera motivación, reconocen, era saber que los empleados de las depuradoras y el personal que trabaja en el alcantarillado no corrían riesgos de salud teniendo en cuenta que se demostró que el virus se excreta por las heces.

Los primeros análisis dieron la respuesta: en el agua se pudieron encontrar restos del virus, pero no el virus completo, por lo que no había riesgo de infección. Oliver recuerda que el virus «es delicado, tiene una capa de grasa que se rompe en el agua; por eso se nos insiste en el lavado de manos». Por esta misma razón, aclara, no se realizan pruebas en el agua del grifo, porque el virus muere al contacto con el cloro que usan para tratarla.

Así pues, en unos dos meses tuvieron un protocolo para hacer este análisis que, reconocen, es un proceso complejo, laborioso y que cuenta con muchas etapas. Trabajaron todo el confinamiento y por grupos para que el estudio no se parara en caso de que alguien enfermara.

Ayudar a predecir

El siguiente paso fue ponerse a disposición del Departament de Salut, a través de la Región Sanitaria, para ver cómo estos datos podían ser útiles para ayudar a completar panorama de la extensión del virus.

Cuando se comenzaron a comparar los resultados del laboratorio de la empresa de aguas con los casos diagnosticados, se vio que la concentración en el agua «crecía de 3 a 4 días antes», explica Pilar Caballero, jefa del servicio de control del laboratorio.

Enric Rovira, epidemiólogo de la Región Sanitaria del Camp de Tarragona, confirma que, aunque la metodología es joven y se está poniendo a prueba, se ha visto que la curva del virus en el agua sube unos días antes de que aumenten los casos. Se pudo ver, explica, la anticipación de la subida de principios de octubre y la bajada de mediados de noviembre.

Paralelamente, en otros países también se comenzaba a trabajar en el análisis de las aguas. En abril al Unión Europea creó el proyecto Umbrella en el que participan 30 países y al que se adhirió Ematsa.

Eso sí, Rovira considera que el caso catalán es excepcional. Aquí, gracias a un proyecto liderado por el ACA, se analiza el agua de 56 depuradoras a donde llegan el 80% de las aguas residuales que se generan en Catalunya.

Tarragona, todavía en naranja

Estos datos son públicos desde hace unos días y se pueden consultar por municipios en la web del ACA. Los municipios aparecen con un código de colores similar al de un semáforo, desde el verde para concentraciones bajo el límite de detección hasta el rojo que habla de concentraciones muy elevadas.

Según estos datos la semana pasada, del 16 al 22 de noviembre, se asignaba a la depuradora de Tarragona el color naranja y un símbolo de ‘igual’, lo que habla de una circulación del virus ‘media’ y con tendencia estable. En resumen, que no se puede bajar la guardia. Eso sí, hay que tener en cuenta que a la depuradora llegan también las aguas de Constantí y Els Pallaresos.

Y he aquí una de las peculiaridades de la ciudad de Tarragona, aquí, además de las muestras que se toman de manera automática durante 24 horas a la entrada de la depuradora, se toman, además, muestras en ocho puntos del alcantarillado de la ciudad. La intención es ver cómo está siendo la evolución en cada una de las ocho regiones sanitarias de Salut.

Rovira apunta como, por ejemplo, los datos de las aguas residuales también reflejan las diferencias de circulación del virus por barrios y confirman la tendencia a encontrar más concentración en los barrios con menos renta.

De bacterias a drogas

No es la primera vez que se usan las aguas residuales para estudiar aspectos relacionados con la salud; se trata de una disciplina que nació a finales del siglo XX y que se ha aplicado en el estudio de la circulación de diferentes sustancias como estupefacientes, medicamentos, virus o bacterias. Ya se usó, por ejemplo, para comprobar que el virus de la polio no siguiera circulando en zonas donde se estaban realizando campañas de vacunación a ver si eran efectivas. «Hablamos de un análisis de orina y de heces, pero a lo grande y de manera anónima», explican.

En Ematsa, por ejemplo, existía la experiencia previa de haber participado en un estudio internacional, entre 2016 y 2018, para conocer el porcentaje de bacterias resistentes a los antibióticos.

Lo que ya ha quedado claro, explica Oliver, es que el análisis de aguas residuales cada vez se va a usar más en la vigilancia poblacional de todo tipo de problemas de salud. La UE, de hecho, ya ha anunciado que se va a incluir en el estudio de futuras pandemias.

Jordi Fortuny, presidente de Ematsa, reconocía el trabajo que ha realizado el laboratorio «en un tiempo récord, con mucha prudencia y rigor, para garantizar unos datos fiables que faciliten la toma de decisiones de las autoridades sanitarias... Disponer de información que permita anticiparse a los posibles brotes de contagios es primordial y hemos trabajado para contribuir, desde nuestra experiencia y pericia, al desarrollo de esta alerta temprana».

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