Los ‘detectives de la basura’ existen y están a pie de contenedor

Medioambiente. Una mañana con la UMA de la Guàrdia Urbana ayuda a entender sus fórmulas para ‘cazar’ a los incívicos

12 febrero 2022 18:50 | Actualizado a 14 febrero 2022 06:40
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Hay que reconocerlo, hasta que no hemos subido al coche patrulla camuflado no nos lo hemos creído: los ‘detectives de la basura’ existen; no son una leyenda urbana. Eso sí, aunque los hayamos bautizado así ese no es precisamente su nombre, son la Unitat de Medi Ambient, UMA, de la Guàrdia Urbana de Tarragona. Acompañamos a uno de sus miembros durante unas horas.

El agente, que lleva más de 30 años en el cuerpo explica que tiene dos años en la unidad y ha «aprendido mucho». Se le ve entusiasmado, como cuando nos cuenta que algunos días (y noches) toca hacer guardia durante horas en una zona apartada para pillar in fraganti a alguien que ha estado dejando residuos en el mismo lugar.

Justamente una vigilancia de este tipo fue la que les permitió identificar a un grupo que tenía una plantación ilegal de marihuana en interiores. Alertados por los vecinos de huertos cercanos, comprobaron que en un descampado (en la zona del PP9, cerca de Riu Clar) habían dejado restos de plantas y de la instalación eléctrica. Los cazaron cuando volvieron al mismo sitio a desechar más material.

La clave, no bajar la guardia

Parte de la jornada se dedica a inspeccionar las zonas donde había vertederos ilegales. Pasamos también por el descampado de Les Gavarres (detrás del supermercado Lidl), donde hasta hace unos años se acumulaban toneladas de residuos que hacían una montaña. La montaña ya no está y se ha cerrado el paso a los vehículos. Aunque todo parece en orden, no dejan de pasar cada día porque «a la mínima que se ven desperdicios la gente cree que se puede abocar. Aquí mismo hemos estado hablando que vecinos que nos insistían en que esto era un vertedero legal», recuerda.

Así, pues, para evitar el efecto llamada, nada más detectar residuos se busca cualquier pistas que ayude a identificar el origen del vertido e, inmediatamente, Neteja da aviso a la concesionaria FCC para que limpie.

En los lugares donde había vertederos se ha colocado un cartel que advierte de que la sanción mínima por lanzar basura en el sitio es de 4.001€. Según la ‘Ley reguladora de los residuos’ el «abandono, el vertido o la eliminación incontrolada de residuos de cualquier naturaleza y la constitución de depósitos de residuos no legalizados» es una infracción grave. El año pasado se impusieron en la ciudad 70 sanciones en referencia a esta ley.

A estas sanciones hay que sumar las 163 que se impusieron por incumplir la ordenanza municipal de convivencia ciudadana en lo que se refiere a dejar bolsas fuera de los contenedores o residuos voluminosos abandonados en la vía pública. La zona donde hubo más denuncias fue la zona centro (38), seguida de Botanista (28), Torreforta (25) y Sant Pere i Sant Pau (24).

Tirar del hilo

En el recorrido por la ciudad también nos acompaña una técnica de Neteja con quien los agentes están en comunicación constante «a cualquier hora».

La presión sobre los «puntos calientes» se está notando, por lo que ahora el riesgo es que comienzan a aparecer cúmulos de basura más pequeños, especialmente en zona apartadas. Nos llevan, por ejemplo, a uno que está cerca de la Nacional 340 donde en los días precedentes identificaron a una empresa de Reus que ya ha sido denunciada y que ya ha retirado sus residuos.

Muy cerca, no obstante, se ve lo que parecen los escombros resultantes de la remodelación de un baño y una cocina. Repasando entre ladrillos y maderas de repente ¡Eureka!, apareen unas facturas de la electricidad arrugadas pero donde el nombre del suscriptor todavía es legible.

No siempre es fácil encontrar documentos, pero también hay otras formas de «tirar del hilo», como explica el agente, como revisar las cajas y envases abandonados en el lugar, porque algunas veces con el código de barras se puede llegar hasta el productor e identificar a quién ha sido vendido. Lo han hecho con distintos elementos, desde un grifo hasta un horno.

La técnica de Neteja nos recuerda que los ciudadanos que, a título particular, necesiten tirar residuos voluminosos cuentan con el Telèfon Verd, donde pueden acordar un día y hora para dejarlos junto a los contenedores para que los pasen a recoger. La otra opción es llevarlos a la Deixalleria Municipal.

En el caso de las empresas la situación cambia porque están obligadas a tener un gestor de residuos, recuerda. «Gestionar un residuo cuesta dinero, desde el transporte hasta el proceso en sí», recuerda la técnica. Eliminar un colchón, por ejemplo, cuesta 27 euros.

No obstante, hecha la ley hecha la trampa. De hecho la colaboración entre Neteja y la UMA ayudó a identificar a una empresa que usaba los nombres y direcciones de sus clientes para que pasaran a recoger los residuos que generaba. Los sancionaron.

Jordi Fortuny, concejal de Nateja, explica que cuando se comenzó a trabajar en desmantelar los vertederos una de las cosas que observaron fue que pequeñas empresas y autónomos no tenían gestor «porque con los volúmenes que tenían a las gestoras no les salía a cuenta» llevarse sus residuos. Por eso se cambió la ordenanza para que también pudieran llevar sus residuos a la deixalleria pagando la correspondiente tasa.

Tras la pista de las sacas

Uno de los problemas recurrentes son las sacas donde se desecha material de construcción. Actualmente ya se ha conseguido que algunas empresas importantes del sector que trabajan en la ciudad coloquen números en las que venden con lo que, si alguien las deja fuera de lugar se les puede identificar.

Más difícil está resultando identificar las sacas de rafia más pequeñas, que hemos encontrado en varias partes del recorrido tanto en descampados como al lado de contenedores. En este caso, como no se puede identificar a quien las ha abandonado porque las tiendas de bricolaje no las numeran (no han conseguido su colaboración), lo que se hace es denunciar a las tiendas por publicidad en la vía pública ya que en las sacas aparece su logotipo. En cada caso el agente las numera y les hace fotos.

A pie de contenedor

Explica Fortuny que para este año, sin bajar la guardia en los vertederos, la idea es centrarse en la recogida selectiva tanto en las zonas donde se han cerrado contenedores como otras donde se han detectado problemas como la Plaça de l’Oli en la Part Alta y la Rambla Vella.

En estos últimos sitios, explica la técnica de Neteja. el problemas está en la restauración que, pese a tener una recogida comercial específica puerta a puerta tira su basura en los contenedores que acaban saturados y con la basura fuera.

A nuestro paso por Les Gavarres, pro ejemplo, el agente y la técnica explicaban que habían tenido que pasar prácticamente por todos los negocios para recordarles que debían tener un gestor.

Sin embargo las bolsas de basura de basura dejadas fuera por vecinos siguen siendo un problema pese a que se han reducido, reconoce Fortuny.

Durante el recorrido también somos testigos de como se abren las bolsas que están fuera. En uno de los casos se trataba de restos de poda y ha sido fácil identificar de dónde provenían. Igual que con los vertederos, aquí también se buscan elementos que lleven a la identificación.

En todos los casos, explica el agente, la colaboración de los vecinos es clave (a estas tareas el la UMA solo están asignados dos agentes). Los presidentes de las asociaciones están en comunicación constante, pero puede llamar cualquiera. Cada llamada se confirma y se habla con la persona responsable y se les explica por qué se les sanciona.

Fortuny asegura que esta colaboración Guàrdia Urbana Neteja esta haciendo «que cada vez seamos más eficiente porque tenemos más conocimiento de como es el comportamiento de los incívicos».

Por su parte Cristina Guzmán, concejala de Seguretat Ciutadana, también valora muy positivamente esta colaboración. Reconoce que «hay que visualizar este trabajo de la GU que no es conocido por una parte para que tenga un efecto disuasorio para que la gente sepa que la policía está controlando que no sucedan y por otra parte para sancionar en el momento que se produzcan».

Cerca del final del recorrido el teléfono de la UMA vuelve a sonar. Esta ves no es una queja sino un vecino agradecido. Después de denunciar se ha identificado a quienes han dejado varias bolsas de basura, incluida una llena de palomas muertas, delante de su edificio. Ya las han retirado. El agente nos enseña la foto de la bolsa con las palomas. Parece claro que para este trabajo, además de paciencia, hay que tener estómago.

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