Plante también del personal médico del Centre Penitenciari de Mas d’Enric. Después de meses de petición para que un funcionario esté presente cuando pasan visita en el consultorio de cada módulo –la dirección les da la razón pero no se ha cumplido– finalmente han dicho basta. No pasarán consulta si a la puerta del consultorio no hay un funcionario de prisiones, para que pueda intervenir en caso de algún altercado. Y es que en los últimos tres años, los ocho médicos de la cárcel tarraconense han sufrido más de 90 agresiones, tanto físicas como verbales. Muchas de ellas han terminado en denuncia ante el Juzgado de Guardia.
Consulta en cada módulo
El centro penitenciario dispone de siete módulos ordinarios y uno de mujeres. En cada uno de ellos hay un consultorio, donde dos veces por semana –una por la mañana y otra por la tarde– los facultativos pasan visita. Cada interno puede pedir acudir al médico las veces que quiera, incluso dos por semana. Es un servicio a demanda, el interno lo pide al funcionario.
Teóricamente, a la puerta de la consulta tendría que haber un funcionario. Pero a veces, un módulo –donde hay 80 ó 90 internos– solo dispone de un funcionario de prisiones, que tiene que estar velando por la seguridad del edificio que tiene asignado, por lo que no puede estar vigilando la consulta médica.
Se han dado casos de internos que entran en la consulta sin estar apuntados, interrumpiendo una visita para pedir un aumento de su medicación, para solicitar psicotrópicos, etc. En un principio, durante la consulta solo tendría que haber un interno, pero a veces hay dos o tres, se quejan los médicos. Recuerdan que los consultorios es la única zona donde no hay cámaras, por privacidad de los pacientes. Y añaden que en la sala disponen de herramientas que son punzantes.
Sancionados en vez de jóvenes
Hay otro módulo, diseñado inicialmente para acoger a jóvenes, pero en el que actualmente hay el Departament Especial de Règim Tancat (DERT), donde por ejemplo están los internos que tienen alguna falta o sanción. Teóricamente tendrían que ser visitados detrás de una verja, como ocurre en otras prisiones. Pero en Mas d’Enric la visita se hace a la puerta de la celda, que no dispone de ninguna medida pasiva de seguridad, y en algunas ocasiones sin la presencia de un funcionario. Muchas veces también han sufrido agresiones, tanto estos como los médicos.
Existe otro módulo donde está la enfermería en la planta baja. En la primera está un ala de integración a la diversidad (con pacientes con problemas psiquiátricos) y en la segunda está el departamento de enfermería (con presos con patologías crónicas, convalescentes después de una cirugía, etc). En este caso sí que seguirán atendiendo a estos pacientes porque aquí sí que siempre hay funcionarios.
Escalada de agresiones
Los médicos han venido advirtiendo en los últimos años de la escalada de la tensión por las agresiones, incluso al psiquiatra. Siempre elevan los hechos al jefe de servicio, aunque no todos los facultativos terminan presentando una denuncia en el Juzgado.
Pero aparte de las visitas programadas, en la cárcel siempre hay un médico y un/a enfermero/a de guardia las 24 horas del día, los 365 días del año. Están para atender urgencias. Si acuden allá donde está el interno, siempre van acompañados de un funcionario. Pero si es el interno quien acude a la enfermería solo lo atenderán si hay presencia de un funcionario, lo que no siempre ocurre. A veces llega el preso solo, o acude con el funcionario y este vuelve a su sitio a vigilar porque está solo.
Los médicos solo piden que se cumpla el reglamento, que haya un funcionario vigilando por si pasa algo. No están en contra de este colectivo, al contrario. Saben que si actualmente no realizan esta vigilancia en los consultorios es porque no dan abasto.
