Los tarraconenses salen en masa a recibir el agua de Sant Magí

No era una bajada más. Este año se conmemoraban los treinta años de la recuperación de la Baixada de l’Aigua de Sant Magí y Edu Martí tan solo ha fallado en dos ocasiones. «Un año porque me picó una mosca negra y no pude y el otro porque mi hija estaba de parto. Han sido las dos únicas ocasiones que he fallado», decía.

Cuando su sobrino tuvo un accidente, Martí hizo una promesa y desde entonces cada 17 de agosto sale de la Font de la Brufaganya para llegar caminando la vigilia del patrón hasta el Portal del Carro. Después de 28 bajadas, ayer decía: «Este año ha sido terrible por el calor. No lo había visto nunca algo así», afirmaba. ¿El secreto? «Hay que estar preparado, mucha gente se piensa que no es nada pero recorrer 64 kilómetros con este calor por asfalto requiere de preparación», argumentaba. Y la inmensa satisfacción de haber conseguido sumar un nuevo reto es la adrenalina que le moverá el año que viene a iniciar de nuevo el camino. «Si hay salud allí estaré», decía.

Detrás de cada uno de los ochenta portants que hicieron el recorrido hay una motivación personal. También la satisfacción tras el cálido recibimiento de los tarraconenses, cuando a partir de las 19.30 horas de la tarde iniciaron el último tramo de este viaje, a través de las angostas calles de la Part Alta. «Es arraigo a la ciudad, a las fiestas y al país», decía Montse Serra.

Serra era una de las muchísimas tarraconenses que hizo cola para comprar el agua milagrosa. Se fue con cinco botellas. «Tres horas a la semana hago compañía a una señora mayor y le voy a regalar una botella y las otras son para mis cuñadas de Valls, Alcover y La Pobla, que han venido a pasar el día de visita turística en Tarragona y les he comprado una para cada una», decía.

Para Montse Serra, el agua de Sant Magí «no es una cuestión religiosa, porque no soy creyente, pero me da igual. Para mi es un sentimiento de pertinencia», añadía. Ya sea por lo primero o por lo segundo, la cola para hacerse con una de las botellas o botijos no cesaba.

A las 5 de la tarde, la Comissió de Festes empezaba la venta de las 4.000 unidades, entre botellas y botijos, y la actividad no cesó ni un momento. «Viene gente mayor, pero también de todas las edades y las extranjeras nos preguntan la historia», explicaba Isabel Matas González. Hoy, a partir de las cinco de la mañana, abrirán de nuevo el punto de venta ubicado en el Portal del Carro, que permanecerá abierto hasta las 10 de la noche. Esto sí, si antes no han agotado las existencias, ya que el año pasado a media tarde ya no les quedaba nada.

No era menos importante la afluencia para comprar las tradicionales mides de Sant Magí. En este caso, con una gran afluencia de miembros de las cuatro colles castelleres que esperan que el patrón les acabe de dar las fuerzas para vivir una jornada inolvidable. Sant Magí no podrá relajarse, teniendo en cuenta que hoy todas llegarán a la Plaça de les Cols con objetivos de máximos para firmar una diada histórica.