Los tarraconenses se marchan a municipios más pequeños

Catalunya ha comenzado a experimentar lo que el Idescat define como un proceso de «desconcentración urbana», es decir, cada vez más residentes dejan las ciudades para irse a vivir a municipios con menos habitantes.

En el conjunto de Catalunya las ciudades tuvieron un saldo negativo de -13.599 personas en el año 2022. Mientras, las áreas semidensas (5.000 a 50.000 habitantes) ganaron 9.531 habitantes y las rurales, 4.048.

El fenómeno lo encabeza Barcelona, el municipio con más salidas de residentes hacia otros municipios catalanes (-10.079 personas), seguida de L’Hospitalet de Llobregat (-1.518) y Badalona (-1.224). En esta lista Tarragona se coloca, aunque guardando las distancias, en el quinto lugar como municipio con mayor saldo negativo (-422).

Por contra, en la lista de municipios con mayor saldo positivo dentro Catalunya (con más entradas que salidas) están dos de la demarcación de Tarragona. A la cabeza se encuentra Calafell (+556 residentes) y en tercer lugar, Cunit (+465).

Menos que en la pandemia

Los datos de 2022 que se dieron a conocer ayer corroboran, no obstante, que el flujo en dirección a municipios más pequeños se ha moderado respecto a los años de la pandemia. En el caso de Tarragona también fue así, porque en 2021 el saldo migratorio con Catalunya había sido de -677 residentes y en 2022, de -619.

Con todo, no se trata de una tendencia reciente. Si se analiza el saldo migratorio de la ciudad con Catalunya puede observarse cómo el mismo ha sido negativo cada año desde 2005.

Si se va al detalle, en el saldo de la ciudad con el resto de Catalunya, la mayor parte del saldo negativo (-316 personas) se da dentro de la propia comarca del Tarragonès.

Y, efectivamente, si se miran los datos de municipios vecinos dentro de la propia comarca se constata como todos tuvieron ese año un saldo positivo. Altafulla (+95), La Canonja (+35), El Catllar (155), El Morell (+10), Els Pallaresos (+42), La Pobla de Mafumet (+18) Salou (+112) y Vila-seca (+33).

Pero esto no quiere decir que la ciudad tenga menos habitantes en su conjunto, puesto que hay que tener en cuenta también las entradas y salidas con el resto de España, que en 2022 se mantuvieron estables (el saldo fue de +10) y con el extranjero (+3.422). Así, gracias a las llegadas de extranjeros, ese año la ciudad ganó habitantes (el saldo migratorio total fue de +3.010 residentes).

Respecto al origen de las personas extranjeras que llegaron ese año a la ciudad el grupo más numeroso fue el de provenientes del continente americano (2.345), seguidas de las del continente africano (1.007).

En el caso de los 2.224 residentes en Tarragona que emigraron a otros países en la mayoría de los casos no consta su destino. Entre los que sí están registrados el destino más frecuente fueron otros países de Europa.

En cuanto a las edades, el grupo que más cambió de domicilio en la ciudad, tanto en lo que se refiere a las salidas como las entradas y tanto dentro como fuera de España, fue el de los 15 a los 29 años. Por sexo, hubo más hombres emigrando (4.140) que mujeres (3.557). También llegaron a vivir más hombres (5.580) que mujeres (5.127).