La pospandemia baja la guardia: menos vacunación y más gripe en Tarragona

Esta vez es la gripe la que vuelve a tensar el sistema sanitario. En Tarragona, los casos se han doblado respecto a la campaña pasada, al pasar de 530 a 1.091 a la semana, según los últimos datos oficiales del Departament de Salut. La conselleria sostiene que «se mantiene la tendencia ascendente de ola epidémica de la gripe», lo que está impactando en el cómputo de todas las afecciones respiratorias.

De 5.568 diagnósticos del año pasado a los actuales 6.578, un 18% más, si bien es la gripe la patología que ha tenido mayor incremento y la principal responsable de una situación que desde ayer ha hecho recuperar la obligatoriedad de las mascarillas en los centros sanitarios. ¿Qué ocurre con las otras dos infecciones respiratorias más comunes? Salut indica que el pico de bronquiolitis «es claramente inferior al del año pasado y parece que la onda epidémica está finalizando». Sobre la Covid, «la incidencia del SARS-CoV-2 parece estabilizarse aunque los ingresos relacionados han aumentado». En la provincia también se ha registrado un aumento: de los 359 diagnósticos de coronavirus del año pasado a los 493 de este. Los ingresos de Covid son similares a los del mismo momento del curso anterior: 61 ahora frente a 68.

Más neumonía en menores de 14

El otro factor novedoso este año es lo que ha ocurrido con las neumonías, sobre todo las que afectan a los menores de 14 años. Durante todo este invierno Salut ha admitido «un aumento por encima de lo esperable de las neumonías diagnosticadas en primaria».

Siempre comparando la misma semana epidemiológica, en el Camp se ha pasado de 137 neumonías a 205 y en el Ebre de 45 a 57. Todo ello se debe a la incidencia de la bacteria Mycoplasma pneumoniae, que ya ha causado problemas en otros países.

Jordi Daniel, médico de Primaria en Salou y miembro de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (CAMFiC), alude a varias causas clave: «Se han juntado diversos factores. Uno de ellos es que, a diferencia de los últimos años, las personas ya no llevamos mascarilla. Pero también han influido los bajos porcentajes de vacunación de gripe y Covid-19. Eso hace que las personas tengan más vulnerabilidad. De alguna manera, la gente ha bajado la guardia, estamos menos preocupados y se ha generado esta situación. Es algo normal cuando pasa la alerta».

La situación no es de colapso pero sí de «muchísimo trabajo, por diferentes procesos víricos, la gripe A, Covid y también el virus de la gripe, y ahora veremos más casos a consecuencia de las reuniones de la Navidad», indica Daniel.

Este lunes se ha vivido el primer día de la vuelta de la mascarilla en CAP y hospitales. «La mayoría de médicos ya la llevábamos desde hace semanas. A la gente le cuesta recuperarla pero cuando llegan al centro les podemos dar una, aunque lo ideal es que la traigan de casa», añade Daniel.

Por debajo del 50%

La tasa de vacunación contra la gripe en el Camp de Tarragona en mayores de 60 años, el segmento más frágil de población, es del 46%, un dato calificado de bajo por Salut, como el del global de Catalunya (47%). En las Terres de l’Ebre la estadística es algo más elevada y se sitúa actualmente en el 49%. Todavía son más bajas las coberturas de la Covid-19: un 39% en el Camp de Tarragona y un 41% en las comarcas ebrenses.

Donde también impactan las afecciones respiratorias es en las farmacias, primero con el incremento de la venta de test y ahora con las mascarillas. «Desde el puente de la Purísima notamos un aumento bastante exponencial en los test de antígenos, que aún sigue», explica Toni Veciana, presidente del Col·legi Oficial de Farmacèutics de Tarragona (COFT). En las últimas semanas, «nos piden muchas más mascarillas, que es algo que desde las farmacias ya veníamos recomendando siempre que hay sintomatología».

Las farmacias lo notan

Las farmacias siempre han tenido un remanente tanto de las quirúrgicas como de las FFP2, pero ahora «volvemos a pedir más». Es algo habitual por estas fechas, igual que el incremento de medicamentos como antitérmicos, antigripales o jarabes para la tos, pero con una salvedad, como indica Veciana: «Venimos de tres o cuatro años en los que, por el uso de la mascarilla, no había tanta presencia de gripe. Ahora recuperamos la evolución previa a la pandemia. Quizás este año la ola es un poco más fuerte».

La vuelta del cubrebocas, algo que aplauden los médicos, cogió este lunes desprevenido a más de un ciudadano. «Hasta ahora los pacientes de los CAP no solían llevar, a no ser que fuera alguien con patología respiratoria que quería autoprotegerse», explica Maurici Sabater, del sindicato CATAC-CTS.

Sabater admite que «los centros están bastante saturados por las infecciones respiratorias, porque estamos en el pico de la gripe». En los CAP ayer hubo quien le cogió a contrapié la noticia de la obligatoriedad, aunque «la mayoría ya venían preparados con su mascarilla», según indica María José Pinazo, médico de familia en el CAP Torredembarra y delegada de Metges de Catalunya: «Predominan las patologías agudas respiratorias, con una mayor incidencia de la gripe. Estamos en invierno, y es algo cíclico, es lo que toca, el problema son las condiciones del sistema, que no hay suficiente personal y no se ha actuado a tiempo para poner remedio».

En el CAP Sant Pere de Reus hubo a primera hora cierta confusión. No todo el mundo sabía que la mascarilla es obligatoria. Incluso hubo alguna cara de sorpresa. La gente preguntaba, se informaba y mientras unos cumplían al pie de la letra, otros estaban despistados. También había gente, más que hace un mes, haciendo cola para vacunarse. Pero no tenían muy claro dónde.

El regreso de la mascarilla

En el Hospital Joan XXIII muchos acudían con su tela ya colocada, aunque alguno reconocía que le costó volver a recuperarla. «Ya no me acordaba yo de las mascarillas... He tenido que ir a comprarlas», admitía Sílvia, mientras se despojaba de ella a la salida del centro.

Marina Roig, del sindicato CATAC-CTS en el Joan XXII, admitía que «el hospital está a tope, hasta arriba, con un 80% de enfermos en urgencias que son respiratorios y que están aislados, lo que complica aún más la situación y dispara la sobrecarga asistencial». Roig señala que «también se han incrementado las urgencias pediátricas porque a muchas personas no les atienden en los ambulatorios, y las plantas del hospital están igual».

Roig, como otros trabajadores, es muy crítica con la gestión política del sistema sanitario: «Es una vergüenza que esto se repita cada año. No hay manera de que se actúe con previsión. Sabemos que en invierno hace frío y que hay muchas patologías respiratorias, y nos vuelve a pasar lo mismo cada año».