Un 43,7% de las personas que están sin trabajo en la ciudad de Tarragona llevan así durante más de doce meses. De los 6.568 desempleados que había durante el mes de octubre de este año 2023, 2.864 lo eran de larga duración, según las estadísticas que se desprenden del Observatori del Treball i Model Productiu del Departament d’Empresa i Treball. De hecho, un 28,8% de todos los parados en Tarragona llevan más de dos años en esta situación.
Son datos que vienen siendo habituales durante los últimos tiempos y que incluso se han incrementado si se comparan con la época dura del coronavirus: en octubre de 2020, por ejemplo, de los 9.826 parados que había, 3.886 llevaban más de doce meses buscando trabajo, lo que supone un 39,5%.
Mientras tanto, la tasa de paro general ha caído del 15,3% hasta el 10,2%. La dinámica es similar en el resto de capitales de las demarcaciones catalanas.
Evolución del número de parados en la ciudad de Tarragona a mes de octubre
Fuente: Observatori del Treball i Model Productiu
Evolución de la tasa de paro general y de larga duración en la ciudad de Tarragona
Fuente: Observatori del Treball i Model Productiu
En Barcelona, por ejemplo, la tasa de paro de larga duración es actualmente del 40,3%, mientras que hace tres años era del 36,9%. En Girona, ha pasado del 38,5% de octubre de 2020 al 40,4% actual y, en Lleida, del 37,5% hasta el 43,9%.
El problema se mantiene en el tiempo y afecta especialmente a mujeres y a personas a partir de cincuenta años.
En la ciudad de Tarragona hay 2.827 habitantes en esta franja de edad que están en el paro: es un 43% del total de parados y representa otra de las manchas del mercado laboral que, por otra parte, no es exclusiva de Tarragona ni de Catalunya, sino que se extrapola al resto del Estado.
«El paro de larga duración no ha bajado en la misma medida en la que lo ha hecho el general», Aurora de la Torre, jefa de gestión del Servei Municipal d’Ocupació
Aurora de la Torre es jefa de gestión del Servei Municipal d’Ocupació, coordinado por Tarragona Impulsa, y certifica que «el paro de larga duración no ha bajado en la misma medida que lo ha hecho la tasa de desempleo general».
«Es cierto que supone un obstáculo extra para el acceso al mundo laboral de las personas de más edad», añade.
Tres de cada diez personas sin trabajo llevan más de dos años en esta situación
Esto tiene «una influencia directa, en el sentido de que genera desmotivación y un sentimiento de exclusión para los trabajadores que sufren este tipo de problema».
Algunas empresas, según comentan desde el Servei Municipal d’Ocupació, son reticentes a contratar a personas que llevan mucho tiempo en el paro. «No todas, pero algunas no reconocen la experiencia que puede tener un trabajador de cierta edad», destaca el secretario general de UGT en Tarragona, Joan Llort.
«La formación es clave y, actualmente, ni se accede a ella ni está aprovechándose», Montse Margalef, delegación de CCOO en Tarragona
Los sesgos del paro prolongado
Desde la delegación de CCOO, Montserrat Margalef confirma que el desempleo de larga duración tiene dos sesgos: «Por una parte, en clave de género: más del 60% de personas que llevan más de un año en el paro son mujeres; y por otra parte, las personas de más de 45 años son también perjudicadas, ya que el 75% de las que están buscando trabajo llevan más de doce meses haciéndolo».
«Algunos de estos trabajadores tienen una baja formación y buscan una ocupación elemental», añade Margalef, quien insiste, en clave feminista, en facilitar la conciliación laboral y el acceso de las mujeres a los puestos de trabajo.
En la misma línea se expresa en relación con los mayores de 45: «Tienen muchas dificultades para encontrar salidas laborales, aunque aportan experiencia y criterio, además de facilitar la cohesión entre generaciones».
«No siempre está reconociéndose la experiencia que puede aportar un trabajador de cierta edad a una empresa», Joan Llort, secretario general de UGT en Tarragona
Coincide Llort, quien remarca la problemática de economía sumergida que existe en algunos sectores –como el de la limpieza y el cuidado a gente mayor– que normalmente son ocupados por mujeres, e incide en que «hay que cambiar la cultura: alguien de 55 años es totalmente apto para trabajar».
La receta para dar entrada al mercado laboral a las personas paradas de larga duración pasa también por «impulsar la formación a lo largo de la vida», apunta Margalef: «No se accede ni se aprovecha lo suficiente actualmente», comenta.
En este sentido, Llort afirma que «hay un problema con la formación continua y es que cuesta que la gente vaya entrando». Los expertos también apuntan a que la dificultad para entrar en la rueda va incrementándose conforme se alarga el período de desempleo.
Influye en los datos el hecho de que el mercado laboral va mutando con los años: hace más de una década, el sector de la construcción era el gran protagonista, mientras que, en la actualidad, ha perdido peso y están aflorando otro tipo de profesiones que no existían cuando una gran parte de la población activa se encontraba en época de formación.
«Estuve en Estados Unidos y vi cómo se rifan a la gente con más experiencia por su templanza a la hora de afrontar los problemas en el ámbito laboral», Julio Barriuso, exparado de larga duración
«La clave sería anticipar los cambios y lograr que la formación se produzca antes de que se asienten las modificaciones que tengan que venir; de esta forma, se cubrirían plazas que ahora quedan vacantes», remarca Margalef.
«Nos ven como obsoletos»
Julio Barriuso es un vecino de Tarragona. Era parado de larga duración y se apuntó al programa 30 plus, que subvenciona el Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC) y que en la ciudad gestionan los técnicos de Tarragona Impulsa. Gracias a él, hace unos meses pudo iniciar su trabajo actual, en la Fusteria Recasens de Salomó.
Tras estar diez años fuera del país, encontró algunos obstáculos en su vuelta: «Sigue viéndose a la gente de más de cincuenta años como obsoleta, pero, sin embargo, no se tiene en cuenta su potencial, la experiencia y la templanza ante un problema que pueda surgir». Él estuvo en Estados Unidos e indica que «se rifaban a la gente mayor».
«Mucha gente piensa que si estás en el paro es porque quieres; yo llevo cinco años sin encontrar un trabajo, y todo empezó por unos problemas de salud que me diagnosticaron», Cristina Julià, parada de larga duración
También apunta a la «complejidad de encontrar trabajo a través de las rutas habituales», como las páginas de empleo: «Hay mucha gente que no está habituada y no dispone de competencias digitales».
Cristina Julià es otra tarraconense que, lamentablemente, conoce lo que es el paro de larga duración: lleva sin empleo cinco años y medio, desde mayo del año 2018.
Ha participado en el programa Orienta, también del SOC y que gestiona Tarragona Impulsa: «Hice el curso y fue una experiencia gratificante y satisfactoria, ya que me dieron herramientas para hacer más efectiva mi búsqueda de trabajo».
Un 31% de los parados tienen más de 55 años, siendo la franja 60-64 la más desempleada
«Tengo 49 años y eso es, hoy en día, un obstáculo y un problema; en algunas entrevistas me han transmitido directamente que, para lo que ellos quieren, soy muy mayor, y en otras, me han dicho que soy demasiado joven, ya que no llego a los cincuenta años y, al parecer, las bonificaciones son mayores a partir de esa edad», expresa.
Cuatro de cada diez tarraconenses en situación de paro llevan así más de un año: una cifra elevada que no se reduce en la misma línea que la tasa general y que, según los expertos y los testimonios, tiene en la formación y la accesibilidad su llave de desbloqueo.
