Dejad el miedo y los sueños en la puerta. Lasciate ogni speranza, voi ch’entrate (Abandonad toda esperanza, quienes aquí entráis) es la inscripción que Dante Alighieri encuentra en la puerta del infierno al iniciar su viaje, que le llevará desde allí al purgatorio y al cielo. Este clamo, ya tan famoso, es también una de las consignas que reciben los aguerridos visitantes que, un viernes noche del primero de noviembre, visitamos de noche la Casa Castellarnau para citarse con sus fantasmas.
Es noche de espíritus y de encontrarse con aquellos seres que no encuentran descanso y que viven cerca de nosotros, también en la Part Alta de Tarragona. El cicerone que nos acompañará en esta ruta viste con ropas que lo alejan de cualquier época histórica y, del mismo modo que lo hace el poeta Virgilio, nos introduce en una realidad llena de espíritus, venganzas y muertos vivientes.
Esta noche pasamos por delante de un escenario que muchos tarraconenses pueden contemplar cada día, pero, a la vez, todo se ha transformado. Los pasillos se han vestido para la ocasión con velas, música ahogada de piano que surge de alguna esquina que no vemos, el humo y el paso cadencioso de los criados y antiguos señores que vivieron alguna vez entre estas paredes.
Los asustados invitados nos mantenemos tan juntos como es posible y examinamos las fotos antiguas de nobles y ricos comerciantes, relatos de señores que partieron durante la Guerra del Francés abandonando a sus fieles servidores, dejando a sus descendientes un destino, en forma de venganza, peor que la misma muerte.
La casa es, realmente, muchas moradas diferentes y cada una guarda su relato. Así, nacen historias de cadáveres de guerra, víctimas de enfermedades, venganzas, clases de teosofía, familias rotas e hijos escondidos en habitaciones que pugnan por salir, en una ruta que, bajo el nombre de Tarrorífic, firma el trabajo sólido de los integrantes de Argos Tarragona. La ruta, con su combinación de historia e imaginación, ha sembrado un ambiente de misterio e inquietud que cada año confirma su éxito, ya que el público que llena cada una de las sesiones lo que reafirma que el misterio y el miedo, bien contados, siguen gustando. Todavía queda esperanza.
