Dos años después volvía a repetirse, por fin, la foto de familia de ‘Festa per a Tothom’, una confirmación de que después de los tiempos duros que hemos pasado (y los que vengan, probablemente) hay derecho a la fiesta y la alegría.
Casi 300 personas entre voluntarios y participantes con algún tipo de discapacidad han vuelto a copar esta mañana el Balcó del Mediterrani con su presencia. Con sus camisetas amarillo chillón no había manera de que pasaran desapercibidos; una visibilidad que haríamos bien en tener presente todo el año.
La colla festiva ‘Festa per a Tothom’ cumple 32 años y los últimos 22 ha contado con el apoyo de la empresa DOW que, además, aporta voluntarios entre sus empleados y los familiares de estos. El director del complejo industrial en Tarragona, Ignasi Cañagueral, agradecía la labor de estos ‘fungivers’ (dadores de alegría, en inglés) que deciden vivir las fiestas dedicando parte de su tiempo a ayudar y a aprender «algo que además desestresa mucho».
«Con la ilusión a tope»
Carles Balañà, usuario de silla de ruedas, miembro histórico de la peña y fiestero de vocación, comentaba que este año «tenemos la ilusión a tope». Recordaba como pese a las circunstancias la colla no paró durante la pandemia pese a que el suyo era uno de los colectivos más vulnerables. El primer año se llevaron algunos actos a residencias como la suya, donde los días de encierro se hicieron muy largos. El año pasado ya hubo una reunión al aire libre pero con restricciones debido a la situación sanitaria... Y hoy, sin embargo, es momento de pasar página, «estamos de vuelta y vamos a divertirnos», advertía.
En el arranque ha vuelto a tener un papel protagonista Frida, la geganta inclusiva, pensada para ser portada por personas ciegas, sordas o en silla de ruedas.
La geganta ha cumplido ya cuatro años y uno de sus portantes, Romà Solè, impulsor de la Festa per a tothom desde sus inicios, destacaba que la geganta «ha sido capaz de cohesionar un grupo en torno a ella» y de hacer presente la discapacidad.
La colla que lleva la geganta ha sido puesta en marcha por la asociación de voluntarios Llegat 2018. Su presidente, Josep Antoni Tripiana, contaba que Frida tiene ya con una doble agenda, la que tiene en Tarragona en las fiestas y la que tiene fuera de la ciudad porque la llaman de municipios vecinos para que muestren su labor.
Frida ha contado, además, con un compañero especial, el Martí de Premià de Mar, un gigante adaptado que pueden llevar personas con discapacidad visual y auditiva o que van en silla de ruedas. Este año cumple nueve años.
Tampoco ha faltado a la fiesta el gigante Arcàngel del Centre d’Educació Especial Sant Rafael de la Diputació a Tarragona. La directora del centro, Mar Sendra, explicaba que alumnos y docentes de la institución esperan con ilusión este día y los abrazos entre portantes y músicos al llegar al Balcó así lo confirmaban. Se congratulaba, además, de que este año luce en todo su esplendor ya que acaba de pasar «una ITV completa» en el Taller Avall de Reus, donde lo crearon en 2016.
La fiesta la han completado otros clásicos como los Nanos Nous y los Gegants del Port. A estos últimos se unía una figura nueva, también del Port, la Clementina, un pulpo que sorprendía a los presentes lanzando agua. Pesa unos 20 kilos y un grupo de niñas que estaba entre las portantes explicaba que les hacía mucha ilusión que el estreno fuera en este acto «donde hay sitio para todos».
Entre las personalidades que han dado la bienvenida a los participantes estaban el alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, que ha asegurado que con actos como este tenemos «motivos para sentirnos orgullosos»; la concejal de capacidades diversas, Elvira Vidal, que los invitaba, igual que el presidente del Port, Josep Cruset, a «no perderse ningún acto».
Justamente en el Port tuvo lugar la tradicional comida de la peña. Lo siguiente será volver a encontrar su amarillo chillón por todos los rincones de la fiesta.
