Nuevo paso adelante de la Setmana Santa de Tarragona. La bailarina, coreógrafa y profesora tarraconense Arantxa Sagardoy ha pronunciado este domingo el pregón de la celebración religiosa en un acto en el Seminari con ingredientes innovadores y potentes. La bailarina ha terminado el discurso, como no podría ser de otra manera, con una poderosa exhibición de baile de su compañía. El acto de inauguración no ha contado con la presencia del alcalde, Rubén Viñuales, ni del arzobispo de Tarragona, Joan Planellas.
Sagardoy, espectadora de la Setmana Santa de Tarragona, ha explicado en el pregón su visión más personal de la celebración. Ha hablado sobre las sensaciones que las procesiones generan en ella, «como la belleza de los pasos y la necesidad de conectar lo terrenal con lo más espiritual».
Ha destacado detalles casi insignificantes de la procesión pero que forman parte del escenario del Viernes Santo, como la reflexión, el silencio, el olor «tan característico» del incienso y los cirios o el sonido «grave, constante y desgarrador» de las trompetas y los tambores que le conectan, ha dicho, «con su parte más primitiva». A lo largo del pregón, de poco más de diez minutos, Arantxa Sagardoy ha querido destacar el carácter histórico y artístico de la semana santa tarraconense en un discurso disruptivo y valiente.
Al terminar, Sagardoy ha invitado al público a «viajar juntos a través del movimiento» con una exhibición llena de poder y significado de sus alumnos. La coreografía, las túnicas y los tambores del Gremi de Marejants han hecho el resto para que el público quedara hipnotizado con la tensión, la belleza y la autoridad.
Francesc Seritjol, en el que era su último pregón como presidente de la Agrupació de Setmana Santa, ha reivindicado los cambios en la celebración, como pasar el discurso de la mañana a la tarde: «Debemos ser valientes y fuertes, avanzar con determinación». Y traer una exhibición de baile en el pregón es un claro paso en esta dirección.
